El siguiente artículo fue escrito originalmente en inglés y apareció en la página de “ABC of Yoga” http://www.abc-of-yoga.com/
El Tantra se preocupa principalmente con las experiencias internas, místicas, a diferencia de la creencia popular de que es el Yoga del Sexo o una forma de terapia de parejas. En el Tantra todas las actividades mundanas son oportunidades para experimentar lo divino, especialmente cuando se acerca uno a ellas con consciencia e intensión. Mientras que el Tantra es un camino profundamente personal en este sentido, el viaje interno debe generar la consciencia de que todo está conectado, de hecho, la palabra Tantra a menudo se traduce como telaraña o tejido, lo que implica un tejido junto con todo lo que es. Los momentos de deseo y de placer interno son oportunidades para experimentar este sentido de conexión directamente.
En la cosmología Tántrica, el universo entero vibra con placer y deseo. Los tántricos entienden el proceso de la creación, que siempre está desenvolviéndose, en términos explicitamente sexuales – la atracción y la unión de las polaridades masculina y femenina. “Shiva” y “Shakti” en la tradición tántrica hindú. Así, en el tantra, la experiencia de placer a nivel microcósmico, individual, evoca el proceso universal. En los momentos picos del placer, el practicante tiene una oportunidad de experimentar una fusión, un estado de unión (o Yoga) con todo lo que es.
Esta actitud hacia el placer se hace explícita en el Vijnanabhairava Tantra, un texto de Kashmir Shaivite del siglo XII y una de las ecrituras Tantricas más importantes. “En la ocasión en la que se está obteniendo un gran gozo... uno debe meditar acerca del gozo mismo y absorberse en él, entonces su mente se identificará con éste.” Otros versos enfatizan que el deseo imregna al universo y que una persona puede lograr una comprensión de la realidad última al contemplar al deseo mismo, en lugar de al objeto de ese deseo.
La cultura americana en particular está imregnada por una ambivalencia extraordinaria acerca del placer y del deseo. El deseo impulsa la mercadotecnia y el consumismo con la idea de que se se puede encontrar el placer en la siguiente compra; desde luego el placer es pasajero. Conforme retrocede, es reemplazado por un deseo por otra cosa en un ciclo que nunca termina. Estamos condicionados por los anuncios para creer que seremos más sanos, más felices, más hermosos, que podremos atraer a un hombre o a una mujer muy guapos, si tan sólo hacemos la compra adecuada. Mientras que esta observación no es nueva, es importante y se olvida demasiado fácil, dada la saturación de los mensajes consumistas.
Al mismo tiempo, nuestra sociedad, principalmente, aunque no exclusivamente, debido a la influencia de la cristiandad, tiende a considerar al cuerpo y sus placeres como algo sospechoso, en el mejor de los casos, y como algo malo en el peor. Las tradiciones religiosas orientales tienen sus propios tabúes sexuales y sus actitudes que niegan el placer, sin embargo sin una deidad punitiva y juzgadora ni con una creencia en la perdición eterna. Parece haber una correlación entre el surgimiento de la religión institucional y la negación del cuerpo, y esto tiene sentido. Si las actividades naturales de la vida cotidiana se definen en términos negativos, la gente empieza a considerarse a sí misma como llena de fatas o lo que es peor, esto los hace estar más dispuestos a renunciar a su autonomía y a obedecer las exigencias de un sistema institucionalizado – religioso, social, político, militar o económico.
Nuestra herencia puritana todavía tiene un profundo impacto en nuestras costumbres sociales. Los puritanos consideraban la riqueza como un signo del favor divino y creían que cualquier forma de actividad sexual fuera del matrimonio o al deseo como un camino a la perdición, ya que Satanás podía explotar el cuerpo y robar el alma. Sin importar la mercadotecnia del sexo, los Estados Unidos sigue siendo una cultura negativa sexualmente, anhedónicos (que cuestiona el pacer) que valora el trabajo y el “éxito” material por sobre todas las cosas. Mientras que muchas sociedades europeas son más tolerantes con el placer, les difícil escapar a a herencia de 2,000 años de mensajes que niegan o buscan controlar la sexualidad y el gozo.
¿Dónde queda la posibilidad de libertad? Todos estamos atrapados entre los mensajes conflictivos del hedonismo como una herramienta de mercadotecnia y el tema cultural omnipresente que nos dice que el gozo conduce a la perdición. Algunos pueden sobre reaccionar y convencerse a sí mismos que la autoindulgencia es una forma de resistencia, pero a menudo siguen atrapados en el ciclo. Otros pueden rendirse y reprimir sus deseos de mil maneras diferentes.
El Tantra ofrece varias maneras para salir de este aparente dilema. Al traer a la consciencia el deseo y el placer, al hacer un estudio de lo que realmente nos hace sentir la vibración de la vida dentro de nosotros y a nuestro alrededor, podemos empezar a funcionar con más autonomía. Puede que nunca lleguemos a liberarnos totalmente de los constructos culturales que nos dan forma, pero si estamos conscientes de nuestras acciones y reconocemos que esos constructos no son más que eso y nos comprometemos a explorar el deseo y el placer deliberada y conscientemente, podemos empezar a encontrar maneras para bajarnos de la rueda.
En términos prácticos, esto significa desarrollar nuevas formas de ver el deseo y el placer. El deseo es una poderosa fuerza que puede motivar e inspirar. Reprimirlo implica reprimir nuestra humanidad fundamental, y la mayoría de las personas pagan un alto precio por esto. El problema no está en el deseo mismo, sino con el apego a los resultados, así es que como primer paso, es importante cultivar una actitud de no apego. Para parafrasear al Vijnanabhairava Tantra, no debemos enfocarnos en el objeto del deseo. En cambio, debemos de enfocar nuestra consciencia en el deseo mismo y reconocerlo como una energía que está tanto dentro como alrededor nuestro. Armados con esta comprensión, es posible llegar a ser un poco más libres, ya sea que persigamos o no a un objeto particular de nuestro deseo.
A continuación, es importante reconocer la cualidad sagrada del deso (incluyendo al deseo sexual). Bhagavan Das nos enseñó que cuando sientes una carga erótica, puedes mirar a la persona que la despierta y ver a esa persona con reverencia y asombro, mientras mentalmente repites un mantra de gratitud y alabanza, como Om Namah Shivayah (Alabanza a Shiva) o Jai Ma (Alabanza a la Diosa), o cualquier forma de alabanza que consideres apropiada.
El perseguir inconscientemente al placer como un camino espiritual requiere conciencia. La gente generalmente considera al placer ya sea en términos puramente instintivos o como un constructo cultural. Pocos de nosotros pensamos lo suficiente en lo que verdaderamente nos causa placer, tanto eroticamente como en términos más generales. Al descubrir y cultivar las verdaderas causas de tu propio placer, puedes empezar a liberarte de las ideas limitantes y las respuestas condicionadas. La forma más sencilla para empezar esta exploración es hacer una lista de las cosas que te dan placer y luego examinar la lista, identificando las cualidades de cada una de las cosas listadas y buscar patrones, conexiones y temas.
Una vez que has desarrollado una comprensión de lo que llamamos tu “Paleta del Placer”, puedes empezar a cultivar un sentido de reverencia en el contexto del placer. No hay nada intrínsecamente malo con buscar el placer por sí mismo, pero la experiencia del placer es mucho más rica cuando se entiende y se aprecia completamente. Esto es cierto para cualquier experiencia. Desde comer un helado hasta sentir la brisa sobre tu piel. En el contesto de la sexualidad, la conciencia de lo que te lleva al pico del éxtasis se puede traducir en reverencia por tu pareja y por la experiencia misma.
La chispa erótica existe en cualquier parte en la que se encuentran el placer y el deseo. Surge como un recordatorio de que todo es divino. Reconocer ésto y cultivar la reverencia pueden transformarte, la gente lo sentirá y lo reciprocará, enérgicamente. Los beneficios regresarán a ti y se multiplicaran, dejándote más abierto a los demás, más creativo, con más confianza y sintiéndote sensual y menos restringido por las barreras mentales, cualquiera que sea su origen.
Copyright 2006, Mark Michaels & Patricia Johnson.
Vínculo directo al artículo original:
http://www.abc-of-yoga.com/info/tantra-yoga.asp
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