Ya hemos hablado de la historia del yoga, de algunos de sus beneficios y de la respiración.
Ahora nos toca ver algo acerca de la meditación, uno de los cinco principios del yoga. Este es un tema muy importante para poder aprender a tener la mente en calma, aprender a concentrarnos y a poder enfocar la mente en el aquí y ahora en lugar de dejarla divagar y engancharse con una serie de pensamientos que a veces pensamos que son realidad pero que sólo están sucediendo en el interior de nuestras mentes.
Yo llevo ya varios meses practicando la meditación. Toda mi vida había estado interesado en ella pero tenía el concepto herróneo de que el objetivo era poder dejar la mente en blanco. Durante varios años, me daba por épocas, intentaba ponerme a meditar, pero pronto me desesperaba debido a que no dejaba poner la mente en blanco.
Ahora después de estos meses de estar practicando la meditación Zen, he descubierto que ese no es el objetivo, que no se puede poner la mente en blanco. Aunque he oído y leído muchas interpretaciones de lo que significa “poner la mente en calma”, la que me ha parecido la mejor, la que me ayudó a realmente entender de que se trata ésto fueron las palabras de Martine Batchelor, una mujer francesa que pasó varios años en un monasterio koreano practicando el Zen y que ahora imparte, junto con su esposo, platicas y conduce retiros en varios lugares del mundo. Ella dijo algo así como “no se puede poner la mente en blanco, no se pude dejar de pensar así como no podemos dejar de escuchar ni de ver.”
Efectivamente, no dejamos de escuchar los sonidos que hay a nuestro alrededor, ni dejamos de ver las imágenes que pasan frente a nuestros ojos. Y aunque no hayamos comprendido esto intelectualmente, racionalmente; sí lo sabemos de manera instintiva, por así decirlo, intuitiva más bien, sabemos que los sonidos, las imágenes, los olores y las sensaciones que percibimos por el tacto tienen una naturaleza pasajera. Duran unos cuantos segundos y luego pasan para ser sustituidas por otras. Tienen una naturaleza impermanente.
Lo que hay que hacer es aprender a dejar pasar los pensamientos al igual que no nos enganchamos en un sonido o en una imagen, en un olor o en sabor, a estos los dejamos pasar, pero no a los pensamientos. Y esto es lo que para mí es el objetivo de la meditación, aprender que los pensamientos también son impermanentes, que surgen y se desvanecen, si no nos enganchamos en ellos, para ser sustituidos por otros. Ésto ahora lo comprendo de manera racional, pero me falta llegar a comprenderlo de esa manera intuitiva, cuando ya no tenga que hacer un esfuerzo consciente y decírmelo cada vez que me encuentro enganchado en un pensamiento. Y eso sólo se logra con la práctica y por eso sigo practicando.
Aunque para mí, esto de la meditación merece un espacio aparte, y pronto estaré haciendo un blog aparte para hablar de mis experiencias y de temas relacionados con la meditación, quiero incluir en este blog algunos textos que nos hablan de la meditación, de los tipos de meditación y de sus beneficios. Porque finalmente la meditación es parte del yoga, y es el origen de la meditación budista, de la meditación Zen y de todos los tipos de meditación que proliferan hoy en día. Así es que durante los próximos días podrán leer estos textos.
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