En un contexto científico, la palabra caos tiene un significado ligeramente diferente al que tiene en un uso general como un estado de confusión, falta de cualquier orden. El caos, en referencia a la teoría del caos se refiere a una falta aparente de orden en un sistema que no obstante obedece leyes o reglas particulares; esta interpretación del caos es sinónima con la inestabilidad dinámica, una condición descubierta por el físico Henri Poincare a principios del siglo XX que se refiere a una falta inherente de predictibilidad en algunos sistemas físicos. Los dos componentes principales de la teoría del caos son que las ideas de que los sistemas, sin importar que tan complejos puedan ser, dependen de un orden subyacente, y que sistemas muy simples o pequeños pueden causar conductas o eventos muy complejos. Esto último se conoce como una sensible dependencia en las condiciones iniciales, una circunstancia descubierta por Edward Lorenz a principios de la década de 1960. [3]
Lorenz, un meteorólgo, estaba corriendo ecuaciones computarizadas para modelar teoricamente y predecir las condiciones del clima. Habiendo corrido una secuencia en particular, decidió replicarla. Lorenz volvió a ingresar el número de su resultado impreso, tomada de la mitad de la secuencia y lo dejo correr. Lo que encontró a su regreso fue, contrario a sus expectativas, que estos resultados eran radicalmente diferentes a los primeros. Lorenz, de hecho no había utilizado precisamente el mismo número, .506127, sino que el número redondeado .506. Dado que los números utilizados se consideraban prácticamente iguales, la secuencia resultante debería haber variado sólo ligeramente de la original, porque se consideraba que las mediciones con tres decimales eran bastante precisas. Debido a que repetidas experimentaciones probaron lo contrario, Lorenz concluyó que la más ligera diferencia en las condiciones iniciales, más allá de la habilidad humana para medir, hacía la predicción de resultados pasados o futuros imposibles, una idea que violaba las convenciones básicas de la física. [3]
El efecto mariposa, descrito por primera vez por Lorenz en la reunión de la American Association for the Advancement of Science en Washington D.C. en diciembre de 1972, ilustra vividamente la idea esencial de la teoría del caos. Basada en una aseveración de un meteorólogo anónimo, Lorenz refinó la idea para expresarla como “Predictabilidad: ¿Puede el aleteo de una mariposa en Brazil desencadenar un tornado en Texas?” El ejemplo de un sistema tan pequelo como el que una mariposa sea responsable de crear un sistema tan grande y lejano como un tornado en Texas ilustra la imposibilidad de hacer predicciones para sistemas complejos, a pesar de que estos estén determinados por las condiciones subyacentes. [3]
De acuerdo a James Gleick: autor de “Chaos: Making a New Science, la teoría del caos es “una revolución no de tecnología, como la revolución del laser o la revolución de la computadora, sino una revolución de ideas. Esta revolución empezó con un conjunto de ideas que tenían que ver con el desorden en la naturaleza: desde la turbulencia en fluidos a los flujos erráticos de epidemias, a los movimientos arrítmicos del corazón humano en los momentos anteriores a la muerte. Ha contribuido con un conjunto más amplio de ideas que se pueden clasificar de una mejor manera bajo el rubro de la complejidad”.
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