miércoles, 3 de febrero de 2010

Introducción al Yoga Om 3

El siguiente artículo se publicó originalmente en inglés en la página Atma Jyoti Ashram, pueden acceder al artículo original haciendo clíc en el título de esta publicación.

A continuación les ofrezco la traducción:



Swami Nirmalanda Giri

Simple y fácil.

El Yoga Om también es tan simple y fácil porque va directamente a la raíz de nuestras ataduras.

¿Puede ser tan simple y fácil? Sí, sí puede, y lo es. Supón que algunas personas que siempre ha vivido en tiendas entraran a una casa y se encontraran con una puerta cerrada con llave. Como no saben nada de puertas, cerraduras y llaves, ¿cómo la abrirían? Podrían lanzarse contra ella, golpearla con sus puños o con objetos pesados como un marro o incluso alguna especie de ariete. Si alguien se les acercara con una pequeña llave que ellos podrían romper en dos fácilmente y les dijera que eso abre la puerta, se reirían de él. Pero él simplemente insertaría la llave en la cerradura, la giraría y entraría. Sería así de simple y fácil. El Yoga Om también es así de simple y fácil porque va directamente a la raíz de nuestras ataduras que es una sola (y por lo tanto simple) cosa: perdida del darse cuenta.

Ahora observemos los diferentes componentes de nuestra práctica de Yoga Om para poder entenderla completamente.

Sentarse derechos.

Nos sentamos derechos por dos razones. Primero, para no quedarnos dormidos. Segundo, para facilitar el movimiento hacia arriba de la fuerza vital sutil llamada prana.

Es importante que nuestra postura de meditación sea cómoda y fácil de mantener. El Yoga Sutra 2:46 dice: “Postura [asana] debe ser firme y cómoda”. El Yoga Vahishtha (6:1:128) simplemente dice, “Se debe sentar en un asiento suave en una postura cómoda que conduzca al equilibirio”. Shankara comenta: “Que practique en una postura en la que, una vez establecida, sy mente y sus extremidades se harán firmes, y que no cause dolor”. En esto la relajación es la clave. Aunque te sientes derecho, asegúrate de que siempre estés relajado, ya que el Yoga Sutra 2:47 dice: “La postura se domina con la relajación”.

Hay varias posturas de piernas cruzadas que se recomiendan para la meditación. Son las posturas del Loto, Perfectas, Auspiciosas y Fáciles, o: Padmasana, Siddhasana, Swastikasana y Sukhasana. Pueden encontrar una mejor descripción en libros de posturas de Hatha Yoga, recomiendo especialmente el Yoga Asanas de Swami Sivananda de la Sociedad de la Vida Divina, ya que está escrito desde la perspectiva del desarrollo espiritual y también da muchos consejos para ayudar a aquellos que están iniciando la meditación a una edad avanzada y cuyos cuerpos necesitan un entrenamiento o compensación especiales.

Si te puedes sentar en una postura de piernas cruzadas sin que se te duerman las piernas y que tengas que estarte moviendo frecuentemente, eso es muy bueno. Algunos yoghis prefieren sentarse en el suelo usando un cojín. Esto también está bien si tus piernas no se duermen fácilmente y te distraen. Pero la meditación que se hace en una silla es igualmente buena. Mejor sentarse cómodamente en una silla y estar consciente internamente que sentarse con las piernas cruzadas y estar consciente casi totalmente de tus pobres piernas que protestan constantemente.

Si utilizas una silla, sería bueno que la pudieras utilizar únicamente para la meditación. (Lo mismo es aplicable a un cojín, almohadilla, o tapete utilizados en la meditación con las piernas cruzadas). Esto recogerá las vibraciones benéficas de tu meditación y cuando te sientes en él tu mente se calmará y tu meditación será más fácil. Si no puedes dedicar una silla exclusivamente para meditar, usa alguna especie de tela o de cubrecama que puedas poner sobre una silla cuando meditas y guardarlo cuando termines. (A algunas personas también les gusta usar un chal especial o ropa de meditación o una bata cuando están meditando).

Si tienes dificultades en la espalda, haz compensaciones para ellas, y no te preocupes si no te puedes sentar totalmente derecho. Trabajamos con lo que tenemos, la idea es sentarse cómoda y relajadamente.

No hay ninguna objeción a que tu espalda toque el respaldo de la silla, tampoco, mientras tu columna esté derecha. Mantener tu espalda en tensión es una distracción. Si puedes sentarte con la espalda derecha sin ningún apoyo y prefieres hacerlo, esto también está bien.

Pon las manos sobre tus muslos, tus rodillas o en tu regazo; juntas, separadas, una sobre otra – como tú prefieras. Las palmas pueden estar hacia arriba o hacia abajo. Realmente no importa como coloques tus manos. Siempre y cuando estén cómodas y te puedas olvidar de ellas. No hay necesidad de molestarse con “mudras” ya que son irrelevantes para nuestra práctica de Yoga Om-

Sostén tu cabeza de forma que tu mentón esté paralelo al suelo o, como señala Shankara, “el mentón se debe sostener a una distancia de un puño del pecho”. Haz un puño, sostenlo contra tu cuello y deja que tu barbilla descanse sobre tu pulgar y dedo índice. No necesitas ser exageradamente exacto con esto. De otra manera te veras afligido por lo que los meditadores llaman “los cabeceos – que la parte superior del cuerpo se incline hacia delante constantemente durante la meditación.

La meditación no es un ejercicio militar, así es que no debemos ser demasiado duros con nosotros mismos en lo concerniente a no movernos durante la meditación. Es simplemente natural que nuestros músculos se entiesen algunas veces o que se desarrolle cierta incomodidad. Adelante, muévete un poco para deshacerte de la incomodidad.

Algunos yoguis prefieren mirar hacia el este o el norte para meditar, pero en mi experiencia con el Yoga Om sencillamente no importa a qué dirección mires. Pero puedes experimentar por ti mismo.

Continuará.

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