jueves, 10 de diciembre de 2009

Fundamentos del Yoga 3

El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas.

Satya: veracidad, honestidad.

“Se dice que Satya es habla y pensamiento en conformidad con lo que se ha visto o inferido o escuchado en autoridad. El habla hecha para transmitir la experiencia propia a otros no debe ser engañosa, ni imprecisa, ni no informativa. Es aquella que se hace para ayudar a todos los seres. Pero aquella hecha para dañar a los seres, incluso si es lo que se llama verdad, cuando la finalidad es simplemente lastimar a los seres, no será verdad [satya]. Seria un equívoco.” Así lo dice Vyasa.

Shankara dice que la veracidad significa decir lo que realmente hemos llegado a conocer que es la verdad – en su mayoría a través de nuestra propia experiencia o a través del contacto con fuentes cuya confiabilidad hemos experimentado nosotros mismos. ¿Quién sino el más intuitivo podría estar seguro de que no habla de nada impreciso? Sin embargo eso se le exige al yogui, y para eso debe esforzarse.

“La falta de veracidad de cualquier forma nos saca de armonía con la ley fundamental de la Verdad y crea una especie de tensión mental y emocional que evita que armonicemos y tranquilicemos nuestra mente. La veracidad también debe ser practicada por el sadhaka porque es absolutamente necesaria para el desenvolvimiento de la intuición. No hay nada que nuble la intuición y prácticamente detenga su funcionamiento como la falta de veracidad en todas sus formas.” dice Taimni en relación al aspecto más personal y práctico se satya.

El yogui no puede dedicarse a distorsionar la verdad, ya sea dejando fuera parte de la verdad o “cargando los dados” para crear una falsa impresión. La Biblia habla de convertir la verdad en una mentira(i). Esto se hace ya sea no diciendo la verdad o representándola de tal manera que el que la escucha llega a una conclusión errónea – o adopta una conclusión errónea – acerca de lo que estamos presentando. Hablando de números se dice que los números no mienten pero los mentirosos calculan.” Lo mismo es cierto en ésto. Igualmente terrible es la mezcla intencional de mentiras y verdad. Algunos mentirosos dicen mucho de verdad – pero no toda la verdad. Esto es particularmente cierto en las empresas manipuladoras de la publicidad, la política y la religión.

También hay muchas maneras no verbales de mentir, y la vida entera de algunas personas es una mentira. Por lo tanto debemos asegurarnos que nuestras acciones reflejen la verdad. ¿Cuántas personas dicen creer en Dios y los principios espirituales, pero no viven de acuerdo a ésto? ¿Cuántas personas juran y expresan su lealtad constantemente y si embargo son traidores?(ii) Por lo tanto San Juan escribió “Mis pequeños, no amemos en palabras, ni con la lengua, sino en acción y verdad(iii).” No sólo debemos hablar la verdad, debemos vivirla.

La honestidad en todas nuestras palabras y tratos con otros es una parte esencial de la veracidad. Ésto incluye pagar nuestras deudas, incluyendo los impuestos. Es inexpresablemente crucial que el yogui se gane la vida sólo por medios honestos y veraces. Vender cosas inútiles o triviales, convencer a las personas que las necesitan (o incluso venderlas sin convencerla), es una falta de veracidad seria.

Tratar de hacer un arreglo con la verdad, incluso un poco, poner la escusa que “todo el mundo lo hace” no es legítimo. Ya que “todos” están atados a la rueda del nacimiento y la muerte porque lo hacen – y eso no es lo que deseamos para nosotros. Podemos mentirnos a nosotros mismos, a otros e incluso a Dios, pero no podemos mentirle al cosmos. La ley de causa y efecto, o karma, reaccionara sobre nosotros con nuestro propio dolor.

Es interesante que Vyasa considera que el habla veraz es informativa. Con eso quiere decir que el habla veraz vale la pena, es relevante y práctica. Balbucear mecánicamente y producir trivia verbal también es una forma de falta de veracidad, incluso si es cierto en el sentido de no ser objetivamente falso. Tampoco el habla insensata le da provecho a nadie. Y casi todos nosotros que fuimos a la universidad recordamos el viejo juego de acolchonar cualquier cosa que escribíamos, dándole mucha forma pero poco contenido con la esperanza de engañar a nuestros maestros para que pensaran que sabíamos la materia y que estábamos diciendo algo que valía la pena. Este es uno de los negocios más lucrativos de hoy en día, especialmente en el mundo de la publicidad.

Decir la verdad para lastimar a otros no es realmente verdad, ya que satya es una extensión de ahimsa. Por ejemplo, una persona puede ser fea, pero decir “Eres feo” no es una virtud. “Lo que se basa en lastimar a otros, incluso libre de los tres defectos del habla (ej., no es engañoso, impreciso e no informativo), no se considera verdad” (Shankara). Nuestra intención nunca debe ser lastimar de ninguna manera pero debemos estar conscientes de que hay algunas personas que odian la verdad en cualquier forma y nos acusarán de lastimarlos con nuestra honestidad. A esas personas particularmente les gusta etiquetar cualquier verdad (o persona) que no les guste como “dura”, “rígida”, “divisiva”, “negativa”, “odiosa”, etc. Tendríamos que convertirnos en deshonestos o mentirosos para darles gusto. Así que “lastimarlos” u ofenderlos es una consecuencia de la veracidad con la que tendremos que vivir. Lo importante es que la verdad “se pronuncia para ayudar a todos los seres.” Ya que el no-latimar no es una cualidad pasiva, sino el carácter positivo de la restauración y la sanación.

El silencio también puede ser una forma de mentira, particularmente al tratar con los que odian la verdad mencionados anteriormente. Ya que la verdad sólo es dañina cuando “la meta final es solamente lastimar seres”. Pero si algunas personas se interponen en el camino de la verdad, entonces ellos debe hacerse responsables por sus reacciones ante ella.

Will Cuppy definió la diplomacia como “el arte fino de mentir”. Tristemente, a menudo lo es. Así que debemos estar seguros que no engañamos bajo el disfraz de la diplomacia o el tacto.

El auto-engaño, un favorito de casi todos nosotros hasta cierto grado, debe ser eliminado implacablemente si vamos a ser genuinamente veraces.

“Por lo tanto que cada uno se cuide de que su habla sea para el bien de todos”. (Shankara)

(i) Romanos 1:25
(11) “Esta gente atrajo la noche hacia mi con su boca, y me honraron con sus labios, pero su corazón está lejos de mí.” (Mateo 15:8) “¿Y por qué llamarme, Señor, Señor, y no hacer las cosas que digo? (Lucas 6:46)
(iii)Juan (3:18)

No hay comentarios: