miércoles, 7 de octubre de 2009

Bhagavad Ghita 6

Bhagavad Ghita.


Capítulo 6. El camino de la meditación.

Para el sabio que busca obtener el yoga (de la meditación o de la ecuanimidad de la mente) se dice que el Karma-yoga es el medio, para aquel que ha alcanzado el yoga, la ecuanimidad se convierte en el medio (de auto-realización) (6.03) Uno debe elevarse, no degradarse a uno mismo por su propia mente. La mente misma es tanto amiga de uno como su enemiga (6.05) La mente es la amiga de aquellos que tienen control sobre ella, y la mente actúa como enemiga de aquellos que no la controlan (6.06) Uno que tiene control sobre la mente está tranquilo en el calor y el frío, en el placer y en el dolor, y en el honor y en la deshonra, y siempre está inquebrantable con el Ser Supremo (6:07) Deja al yogui – sentado en la soledad y solo – que tiene la mente y los sentidos bajo control y libre de deseos y apegos por las posesiones, tratar de contemplar constantemente al Ser Supremo (6.10) El yogui debe sentarse sobre un asiento firme que no sea ni muy alto ni muy bajo, cubierto con pasto Kusha sagrado, una piel de venado y una tela, una sobre la otra, en un lugar limpio (6.11) Sentado (en una posición cómoda) y concentrando la mente en un sólo objeto, controlando los penisamientos y las actividades de la mente, deja al yogui practicar la meditación para la auto-purificación (6.12) Manten la cintura, la espina, el pechjo, el cuello y la cabeza erectos, sin movimiento y firme, fija los ojos y la mente fijamente en un punto entre las cejas, y no voltees a tu alrededor (6.13). Per, para uno que es moderado en la comida, la diversión, el trabajo, el sueño y la vigilia, teste yoga (de la meditación) destruye (todas) las penas (6.17) Uno siente un gozo infinito que se percibe solamente a través del intelecto, y está más allá del alcance de los sentidos. Al alcanzar a Brahma, uno nunca se separa de la realidad absoluta (6.21) (El estado) de rompimiento con la pena se conoce con el nombre de yoga. Este yoga debe practicarse con firme determinación y perseverancia, sin ninguna reserva mental ni dudas (6.23) A cualquier parte que esta mente inquieta e insegura se aleje, uno debe (delicadamente) traerla de regreso a la reflexión en el Supremo (6.26) Arjuna dijo, O Krishna. Tú has dicho que el yoga de la meditación se caracteriza por la ecuanimidad (de la mente), pero, debido a la inquietud de la mente, no percibo este estado mental (6.33) Debido a que la mente es, ciertamente, muy inestable, turbulenta, poderosa y obstinada, O Krishna, creo que refrenar la mente es tan difícil como refrenar al viento (6.34) El Señor Supremo dijo: Indudablemente, O Arjuna, la mente es inquieta y difícil de refrenar, pero es apagada por Abyhaasa (práctica espiritual constante, con perseverancia) y Vairaagya (desapego), O Arjuna (6.35) El yogui no exitoso es llevado instintivamente hacia Brahma por virtud de Sanskaara (impresiones) de la práctica yogui de vidas anteriores. Incluso el que preguna por Brahma sobrepasa a aquellos que llevan a cabo los rituales Védicos (6.44)


En este capítulo se habla del control que debemos de tener sobre la mente, ya que la mente es tanto nuestra amiga como nuestra enemiga. En la mente creamos nuestra percepción del mundo, con influencia, desde luego, tanto de factores genéticos como de las relaciones que tenemos con nuestro entorno y las personas que nos rodean. Esta construcción que hacemos en nuestra mente es lo que nos lleva, entre otras cosas, a hacer juicios. Juzgamos se algo está bien, o si algo está mal. Si algo es bello o si es feo. Si algo nos parece placentero o desagradable. Pero finalmente todo sucede dentro de nuestra mente. Por medio de la meditación podemos, al llegar a entender la naturaleza del mundo, que éste simplemente es, que no es ni bueno ni malo, ni bello, ni feo. Simplemente es como es. Al entender esto podemos buscar en nuestra mente aquello que nos ha llevado a crear los juicios de valor que finalmente hacen que seamos felices o no. Y al examinar los motivos que nos llevaron a construir estos juicios que afectan nuestro actuar en el presente, que nos causan aflicción, estrés, dolor, angustia, depresión, etc., podemos, con la práctica de la meditación, llegar a desapegarnos de ellos, podemos llegar a deshacernos de ellos y por lo tanto podemos lograr la auto-realización de la que habla Maslow.

Se dan aquí también instrucciones precisas de como meditar, que son las mismas que tanto los yoguis como los budistas han seguido por siglos, y que con la influencia de estas tradiciones en el occidente a partir de la década de 1960, ahora también practicamos muchos occidentales.

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