Esta postura estira las caderas, los muslos, los tendones, las ingles y las pantorrillas. Ayuda a reducir el dolor de espada y algunas molestias de la menstruación, así como la presión alta.
Me acuesto en el piso con las piernas bien estiradas, respiro profundamente dos o tres veces y al inhalar doblo la rodilla derecha y la llevo hacia el torso hasta que el muslo llega a tocar el torso, o lo más cerca que pueda. Con las manos sobre la rodilla presiono fuertemente el muslo contra el pecho, mantengo el muslo y la pantorrilla izquierdos presionados firmemente contra el suelo y estiro el talón izquierdo hacia adelante lo más que pueda. Mantengo esta parte de la postura por 3 o 4 respiraciones.
Coloco una correa alrededor del arco del pie derecho y la sostengo con ambas manos. Al inhalar, estiro la pierna derecha hacia arriba. Estiro el muslo tratando de mantener la rodilla recta, perpendicular al piso y estiro el talón derecho hace el techo.
Voy subiendo las manos por la correa hasta que los brazos estén estirados. Pongo atención para que no se me tensen los hombros y el cuello. Manteniendo las manos lo más alto que sea posible, presiono los hombros contra el suelo. Sostengo la postura de 12 a 16 respiraciones.
Lentamente bajo la pierna derecha, doblando la rodilla, llevándola hacia el pecho y dejando que desciendan lentamente los brazos, suelto la correa y estiro la pierna derecha hasta regresar a la postura original, respiro dos o tres veces antes de repetir por el lado contrario.
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