miércoles, 18 de marzo de 2009

S0112_Bhujangasana

Postura de la cobra:

Esta postura estira la espina, el pecho, los pulmones y el abdomen, reafirma las nalgas, estimula los órganos abdominales. Le da gran flexibilidad a la columna vertebral y previene el desplazamiento de los discos. Ejerce un profundo masaje sobre la región lumbar y mejora el funcionamiento de las glándulas suprarrenales. Fortalece los músculos de los hombros, los brazos y los pectorales.

Me acuesto boca abajo con los brazos estirados a los lados del cuerpo, palmas hacia arriba, las piernas juntas y estiradas. Respiro tres o cuatro veces relajándome. Deslizo las manos hacia adelante hasta que las palmas están bajo los hombros. Levanto lentamente el torso, ayudándome al principio haciendo fuerza con los brazos. Levanto el pecho, de manera que la espalda se curva hasta donde puedo sin forzarlo mucho. Mantengo las piernas estiradas y los pies juntos. Presiono los tobillos, las piernas y las caderas hacia el piso. Echo la cabeza un poco hacia atrás, hasta donde pueda sin forzarla y sin tensar el cuello. Relajo los brazos sosteniendo la postura únicamente con la fuerza de los músculos del abdomen y de la espalda inferior.

Me concentro en las sensaciones corporales, teniendo cuidado de relajar el cuello y los hombros. Siento el estiramiento en el pecho y el abdomen, la tensión en los músculos del abdomen, las nalgas y los muslos. Es importante mantener los pies lo más juntos que sea posible.

Es importante no forzar esta postura, sino llegar únicamente hasta donde sea posible. Mantengo el ritmo de la respiración y sostengo la postura por las 15 o 16 respiraciones habituales. Para deshacer la postura, inclino la cabeza hacia adelante y voy bajando el torso lentamente hasta que la cabeza toca el piso, doblo los brazos bajo la cabeza y me relajo. Respiro profundamente 3 o 4 veces.

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