martes, 31 de marzo de 2009

Meditación Zen 03

Postura.  La postura no es un medio para obtener el estado mental correcto.  Cuando se toma esa postura se está en el estado mental correcto.  No hay necesidad de lograr cierto estado mental especial.
 
[La posición del loto] expresa la unidad de la dualidad: no son dos [piernas] pero tampoco una.  Eso es lo más importante de esta enseñanza: no dos, pero tampoco una.  Nuestro cuerpo y nuestra mente no son dos, pero tampoco son uno.  Cuando se piensa que el cuerpo y la mente son dos es una equivocación.  Cuando se piensa que los dos son uno, también es una equivocación.  Nuestro cuerpo y nuestra mente son a la vez dos y uno…
 
Hacer algo es expresar nuestra propia naturaleza.  No existimos en virtud de ninguna otra cosa.  Existimos por nosotros mismos.  Ésta es la verdad fundamental expresada en las formas que seguimos…
 
[Buda] no estaba interesado en la existencia metafísica, sino en su propio cuerpo y su propia mente, tal como eran en ese momento…

Respiración.  Lo que solemos llamar el yo no es más que una especie de puerta de vaivén que se mueve cuando inhalamos y cuando exhalamos.
 
Al inhalar, el aire penetra en el mundo interior.  Al exhalar, es aire sale al mundo exterior.  El mundo interior es ilimitado, y también lo es el exterior.  Se dice “mundo interior” y mundo exterior”, pero, en realidad, sólo hay mundo entero.
 
Por eso, cuando practicamos el zazén todo lo que existe es el movimiento de la respiración, pero siempre estamos conscientes de este movimiento.
 
Cuando se practica el zazén no existe idea del tiempo ni del espacio.
 
Cuando uno dice “no debería hacerlo”, esta haciendo el no hacer en ese momento.
 
Tozan, un famoso maestro de Zen, ha dicho: “La montaña azul es la madre de la nube blanca.  La nube blanca es hija de la montaña azul.  Todo el día una depende de la otra sin ser mutuamente dependientes.  La nube blanca es siempre la nube blanca.  La montaña azul sigue siendo siempre la montaña azul”…

Shunryu Suzuki, Mente Zen, mente de principiante.


El maestro Susuzki nos habla de la postura y la respiración, que todos los maestros de meditación consideran como partes fundamentales de la meditación, a su manera muy especial.

Nos introduce al concepto de la dualidad-unidad, lo cual es un concepto del que nos hemos apartado en el occidente, vivimos en la ilusión de un dualismo, blanco o negro, bueno o malo. Consideramos éstos como conceptos opuestos y excluyentes, sin embargo uno no puede existir sin el otro.

Nuestro cuerpo y nuestra mente son a la vez dos y uno…

Un concepto aparentemente simple, pero a la vez difícil de comprender.

La postura en el sazen, sentarse a meditar, la postura y la meditación son dos cosas diferentes, pero son parte de los mismo, son a la vez dos y uno.

La respiración, nos pone en contacto con el mundo externo, pero no hay un mundo externo y un mundo interno, sólo hay un mundo, un universo, son dos, o miles y a la vez es sólo uno.

Y en la metáfora de la nube y la montaña Suzuki introduce otro concepto fundamental, el de la interdependencia, donde todo depende de otra cosa para existir y a la vez lo segundo no existiría sin lo primero.

Un hijo depende (proviene) de la madre, a la vez, una madre no es madre hasta que no tiene un hijo. Los dos están estrechamente ligados, aunque sean diferentes, pero ¿son diferentes? O son parte de lo mismo, a la vez dos y uno.

Cuando se practica el zazén no existe idea del tiempo ni del espacio.

El tiempo y el espacio, algo que la humanidad ha pasado gran parte de su historia tratando de entender y explicar, ¿son parte el uno del otro? ¿son distintas expresiones de una misma realidad? A la vez son dos y uno.

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