sábado, 14 de marzo de 2009

S0104_Media rueda.

Una vez más a partir de Tadasana paso a la media rueda. Esta postura estira vigorosamente los músculos anteriores del cuerpo, fortalece las piernas y los glúteos y le da flexibilidad a la espina dorsal. Ejerce masaje sobre los riñones. Activa la circulación sanguínea y envía sangre al cerebro.

Levanto los brazos lentamente al inhalar hasta que están verticales sobre la cabeza. Entrelazo los dedos de la mano y al exhalar, lentamente voy inclinando el cuerpo hacia atrás.

En esta postura hay que tener cuidado de no exceder lo que el cuerpo puede hacer. La inclinación hacia atrás al principio puede ser mínima, apenas un poco más atrás de la vertical. Con cada exhalación echo el torso y los brazos un poco más atrás. No importa que tan atrás se llegue las primeras veces. Hay que recordar que no debemos exceder lo que nuestro cuerpo puede hacer para no lastimarnos. Con el tiempo, casi sin darnos cuenta iremos profundizando la postura.

Sigo concentrado en mi respiración, contándolas para mantener esta postura también por un minuto, aproximadamente 15 o 16 respiraciones. Me concentro en las sensaciones del cuerpo. La tensión en los músculos de las piernas. El estiramiento de los músculos del abdomen y del pecho. Sigo concentrado en no tensar los músculos de los hombros y del cuello. Mantengo el ritmo de mi respiración.

Poco a poco al inhalar voy levantando los brazos y el torso para volver a la vertical y después de una o dos respiraciones voy bajando los brazos lentamente hasta volver a tenerlos a los costados. En la postura de Tadasana. Me relajo y respiro tres o cuatro veces, concentrándome en la respiración y en relajar los músculos que sienta tensos.

Quiero hacer énfasis en que no hay que forzar al cuerpo. Dependiendo de la edad y el estado físico de cada quién, cada uno tenemos ciertos límites para cada postura. El sobrepasar estos límites puede causar lastimaduras. Para mí, la práctica del yoga no es un concurso en el que tengo que llegar a los límites extremos de cada postura. Para mí el yoga es una práctica que me hace conocer mi cuerpo. Al estar consciente de mis límites no los excedo repentinamente, en cada práctica, en cada respiración, voy profundizando cada postura un poco más, unos cuantos centímetros cada vez. Y me voy dando cuenta de que mi cuerpo va adquiriendo más flexibilidad, que mi límite aumenta cada vez. Pero sigo sin excederlo. Lo importante es la constancia, ya que si no hay constancia no hay avance. En ocasiones he dejado de practicar por varios días seguidos, y cuando vuelvo a empezar me doy cuenta de que no alcanzo el límite al que había llegado anteriormente, sin embargo no me fuerzo, hago las posturas hasta donde llego, aunque sea menos que antes, aunque sea menos que al principio. Después de dos o tres días, mi cuerpo recobra la flexibilidad y vuelvo a alcanzar mis límites anteriores y puedo seguir avanzando poco a poco, centímetro a centímetro, día a día, para ir superando mis límites anteriores.

No hay comentarios: