A todos mis lectores les deseo un muy féliz año 2010.
Que todos sus deseos, sus metas y sus sueños se hagan realidad.
Tomaré unos cuantos días de descanso pero pronto estaré de regreso con cosas interesanges.
Yoga significa unión; unión del hombre con el universo, del cuerpo con la mente. La meditación es uno de los principios del yoga. La psicología estudia el funcionamiento de la mente también la neurociencia y de cierta manera la sociología y antropología. Aquí encontrarás temas relacionados con todo esto y algo más. Acompáñame en este viaje de aprendizaje que no termina nunca.
jueves, 31 de diciembre de 2009
lunes, 28 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 12
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas
Ishwarapranidhana: ofrecer la vida de uno a Dios.
El último Pilar, para el que todos los demás son una preparación necesaria, es Ishwarapranidhana – el ofrecimiento de la vida de uno a Dios. Ésto es más en todo nivel que la simple devoción religiosa, y mucho más que cualquier clase de disciplina o abnegación hecha en nombre de la espiritualidad. Es en darle a Dios la vida entera del yogui, no sólo un dar de ofrendas materiales o pedazos ocasionales de devoción a Dios, sin importar que tan fervientes o sinceros sean. Lo que es más, como lo señala Tainmi: “El hecho de que la práctica progresiva Ishwarapranidhana puede finalmente llevar a shamadhi(i) muestra definitivamente que significa un proceso mucho más profundo de transformación en el sadhaka que la mera aceptación de cualquier experiencia y tribulación con la que se encuentre en el curso de su vida. La práctica de Ishwarapranidhana por lo tanto empieza con la aseveración mental “Que no se haga mi voluntad sino la Tuya” pero no termina ahí. Hay un esfurezo constante para traer una recesión continua de la consciencia del nivel de la personalidad que es el asiento de la consciencia del 'Yo' a la consciencia del Supremo Cuya voluntad esta trabajando en el mundo manifiesto.”
Ishwarapranidhana es entrega total. El yogui no escatima las gotas de su vida, sino que entrega su vida entera en la ofrenda a Dios. Da todo lo que tiene – incluso so propio yo. Y esto tiene sentido, ya que el propósito entero del Yoga es la reunión del espíritu individual con el Espíritu Supremo, la caída de la gota en el Mar Inmortal. Ishwarapranidhana anticipa esta unión divina y asegura su logro. Es por ésto que el primer dador de leyes, Manu, dice que el mayor sacrificio (medha) es purushamedha – el sacrificio del espíritu indiviual.
Ishwarapranidhana también se menciona en el Sutra 1:23, en dónde Patanjali dice que el logro de samadhi se le acerca al yogui “por la ofrenda de la vida a Dios”. Vyasa comenta “Como resultado de Ishwarapranidhana que es bhakti [devoción y amor a Dios], el Señor se inclina ante él y lo recompensa... y en el logro de samadhi y su fruto esta a la mano”: Shankara dice “El Señor se enfrente cara a cara con él y le da Su gracia al yogui que está totalmente dedicado a Él... La gracia se logra sin esfuerzo a través de la omnipotencia del Señor Supremo. Por esa gracia del Señor, samadhi y su fruto se alcanzan pronto.”
Es incontrovertible, entonces, que el Yoga es una empresa rigurosamente teísta, una que hace a Dios el centro de la vida y su meta, también.
(i)Samadhi es el estado de experiencia superconsciente del Espíritu
Ishwarapranidhana: ofrecer la vida de uno a Dios.
El último Pilar, para el que todos los demás son una preparación necesaria, es Ishwarapranidhana – el ofrecimiento de la vida de uno a Dios. Ésto es más en todo nivel que la simple devoción religiosa, y mucho más que cualquier clase de disciplina o abnegación hecha en nombre de la espiritualidad. Es en darle a Dios la vida entera del yogui, no sólo un dar de ofrendas materiales o pedazos ocasionales de devoción a Dios, sin importar que tan fervientes o sinceros sean. Lo que es más, como lo señala Tainmi: “El hecho de que la práctica progresiva Ishwarapranidhana puede finalmente llevar a shamadhi(i) muestra definitivamente que significa un proceso mucho más profundo de transformación en el sadhaka que la mera aceptación de cualquier experiencia y tribulación con la que se encuentre en el curso de su vida. La práctica de Ishwarapranidhana por lo tanto empieza con la aseveración mental “Que no se haga mi voluntad sino la Tuya” pero no termina ahí. Hay un esfurezo constante para traer una recesión continua de la consciencia del nivel de la personalidad que es el asiento de la consciencia del 'Yo' a la consciencia del Supremo Cuya voluntad esta trabajando en el mundo manifiesto.”
Ishwarapranidhana es entrega total. El yogui no escatima las gotas de su vida, sino que entrega su vida entera en la ofrenda a Dios. Da todo lo que tiene – incluso so propio yo. Y esto tiene sentido, ya que el propósito entero del Yoga es la reunión del espíritu individual con el Espíritu Supremo, la caída de la gota en el Mar Inmortal. Ishwarapranidhana anticipa esta unión divina y asegura su logro. Es por ésto que el primer dador de leyes, Manu, dice que el mayor sacrificio (medha) es purushamedha – el sacrificio del espíritu indiviual.
Ishwarapranidhana también se menciona en el Sutra 1:23, en dónde Patanjali dice que el logro de samadhi se le acerca al yogui “por la ofrenda de la vida a Dios”. Vyasa comenta “Como resultado de Ishwarapranidhana que es bhakti [devoción y amor a Dios], el Señor se inclina ante él y lo recompensa... y en el logro de samadhi y su fruto esta a la mano”: Shankara dice “El Señor se enfrente cara a cara con él y le da Su gracia al yogui que está totalmente dedicado a Él... La gracia se logra sin esfuerzo a través de la omnipotencia del Señor Supremo. Por esa gracia del Señor, samadhi y su fruto se alcanzan pronto.”
Es incontrovertible, entonces, que el Yoga es una empresa rigurosamente teísta, una que hace a Dios el centro de la vida y su meta, también.
(i)Samadhi es el estado de experiencia superconsciente del Espíritu
domingo, 27 de diciembre de 2009
Comprende el secreto del Karma Yoga
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Observa el trabajo estupendo y magnánimo hecho por el Señor Buda., Sri Sankara, y otros Yoguis Karma de antaño. Sus nombres se pasan de posteridad en posteridad. Sus nombres todavía se recuerda. El mundo entero los venera con reverencia. ¿Le puedes atribuir un sólo grano de un motivo egoísta a sus actos? Vivieron sirviendo a otros. Tenían una auto-abnegación total.
El trabajo no puede traer miseria. Pronto alcanzaras la consciencia de Dios. Esto es Jnana. Esto es Jnanagni (el fuego de la sabiduría) que arde con todos los frutos de los actos.
Observa el trabajo estupendo y magnánimo hecho por el Señor Buda., Sri Sankara, y otros Yoguis Karma de antaño. Sus nombres se pasan de posteridad en posteridad. Sus nombres todavía se recuerda. El mundo entero los venera con reverencia. ¿Le puedes atribuir un sólo grano de un motivo egoísta a sus actos? Vivieron sirviendo a otros. Tenían una auto-abnegación total.
El trabajo no puede traer miseria. Pronto alcanzaras la consciencia de Dios. Esto es Jnana. Esto es Jnanagni (el fuego de la sabiduría) que arde con todos los frutos de los actos.
sábado, 26 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 11
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas
Swadhyaya: auto-estudio introspectivo, estudio espiritual.
Swadhyaya singnifica “atuoestudio”. Esto usualmente se interpreta como el estudio de los textos sagrados que tratan con la naturaleza del verdadero yo (espíritu) y su realización. “Swadhyaya es el estudio de los trabajos acerca de la liberación (moksha)”, dice Vyasa. “Swadhyaya es el estudio de trabajos acerca de la liberación como los Upanishads”, comenta Shankara. Pero también significa mantener una cuidadosa vigilancia en la mente basada en el ego para estar conscientes de sus trucos engañadores y destructivos. Ya que no es aun “diablo” o “Satán” externo a quien debemos temer, sino al “enemigo dentro”, al “Habitante en el Umbral” que es nuestro complejo ego-mente que nos ha cegado y esclavizado de vida en vida y no tiene la menor intención de ceder su dominio sobre nosotros sólo porque practiquemos un poco de meditación. Por lo tanto debemos tener cuidado de sus maneras astutas y sutiles y analizar cuidadosamente los desechos que arroja sobre nuestra consciencia en la forma de pensamientos y emociones.
Al mismo tiempo, ignoramos los capricho y los giros de la mente. ¿Por qué, entonces, tenemos que estudiar esas cosas? Para conocer la mente del enemigo y ver la dirección en la que nos arrastrará. To tomamos a la mente en serio, pero tomamos el peligro de caer presa de sus artimañas muy seriamente. En otras palabras, no tomamos a la mente en serio, pero tomamos nuestra susceptibilidad a sus maquinaciones muy seriamente.
Swadyaya es, sin embargo, un proceso espiritual u para nada una forma de auto-psicoanálisis. En swadhyaya vemos y analizamos la mente en la calma y la intuición que nacen de la meditación – no como un mero ejercicio intelectual para la “auto-comprensión”. Sin embargo es un hecho básico que usualmente no nos conocemos a nosotros mismos en lo más mínimo, sino que somos embaucados por la mente basada en el ego. Por lo tanto swadhyaya en la forma de auto-estudio y auto-análisis es muy importante ya que nos permite estar alertas y con la visión clara en relación a la mente y sus acciones. Swadhyaya es darle un vistazo claro a la mente y darse cuenta de sus trucos.
Uno de los trucos usuales de la mente es hacer que nos preocupemos por el “ego” y estar tratando de “deshacernos del ego”. Dado que este impulso en sí esta basado en el ego, recaer en él es simplemente caer más bajo el poder del ego. Pregutar “¿Cómo me puedo deshacer del ego?” es un signo seguro de la dominación del ego. Una vez decidí buscar mi ego, confrontarlo y expulsarlo. Sentado tranquilamente y volviéndome a mi interior busque y busque pero no pude encontrar tal cosa como el ego. Esto me intrigó. Ciertamente no era que no tenía ego. ¿Entonces, dónde estaba? Entonces lo entendí. Era el ego mismo el que se buscaba a sí mismo. Era sólo otra treta para mantenerse andando – esta vez en la forma del engaño de que no tenía yo ego. Mucho antes de eso, cuando estaba en el primer año de la escuela, la maestra repartió un tipo de plastilina que se endurecía al secarse. No enseñó como modelar un cenicero con la plastilina y todos nos pusimos a hacerlo. Después de un rato me levanté de mi escritorio y empecé a pasear por ahí “ayudando” y dándole consejos a los demás de como modelar la plastilina. Habiendo perdido mucho tiempo de esta manera regresé y terminé mi propio trabajo. Era el peor de la clase – deforme y que sólo servía para tirarlo. Guardé esa monstruosidad durante años como prueba de mi locura egoísta y como un recordatorio para no repetirlo.
El ego nos engaña especialmente en los asuntos de auto-concepto, auto-imagen o auto-estima (alta o baja), ya que nos hace aceptar una idea totalmente falsa de nuestra verdadera naturaleza y hacia dónde vamos con ella. El ego particularmente nos hace ignorar la verdad acerca de nuestros propios defectos al hacernos enfocar nuestra atención en “ayudar” a aquellos que tienen los mismos problemas que tenemos nosotros. El ego misionario es el por de todos los egos espirituales. “Tonos que viven en la obscuridad, pero que se consideran sabios y eruditos, dan vueltas y vueltas, por varios caminos tortuosos, como el ciego que guía al ciego.”(i) “Tontos, que viven en la obscuridad, pero sabios en su propio engreimiento e inflados con erudición vana, vagan por ahí, afligidos por muchas enfermedades, como hombres ciegos guiados por un ciego.”(ii)
La más alta forma de auto-estudio es aquella que se conoce como atma vichar – investigación en el yo (espíritu).(iii) Nunca debemos abandonar la cuestión vital: ¿Quién soy? Y debemos hacer todo lo que podamos para averiguar la respuesta – no de otros o de nuestras reflexiones intelectuales, sino por la experiencia directa de nosotros mismos como espíritu puro. Taimni lo explica de esta manera: “Aunque swadhyaya empieza con el estudio intelectual, se debe llevar a cabo a través de etapas progresivas de reflexión, meditación, tapas, etc., hasta el punto en que el sadhaka puede obtener todo el conocimiento o la devoción desde el interior, por su propio esfuerzo. Ese es el significado del prefijo swa (yo) en suadhyaya. Deja todas las ayudas externas como libros, discursos, etc., y se sumerje en su propia mente para todo lo que necesita en su búsqueda”.
(i)Katha Upanishad 1.2.5
(ii)Mundaka Upanishad 1.2.8
(iii)Vichara. Investigación en la naturaleza del Yo, Brahman o Verdad, reflexión siempre presente acerca del por qué de las cosas; investigación en el verdadero significado de Mahavakya Tat-twan-asi. Tú eres Eso; discriminación etnre lo Real y lo irreal; investigación del Yo.
Swadhyaya: auto-estudio introspectivo, estudio espiritual.
Swadhyaya singnifica “atuoestudio”. Esto usualmente se interpreta como el estudio de los textos sagrados que tratan con la naturaleza del verdadero yo (espíritu) y su realización. “Swadhyaya es el estudio de los trabajos acerca de la liberación (moksha)”, dice Vyasa. “Swadhyaya es el estudio de trabajos acerca de la liberación como los Upanishads”, comenta Shankara. Pero también significa mantener una cuidadosa vigilancia en la mente basada en el ego para estar conscientes de sus trucos engañadores y destructivos. Ya que no es aun “diablo” o “Satán” externo a quien debemos temer, sino al “enemigo dentro”, al “Habitante en el Umbral” que es nuestro complejo ego-mente que nos ha cegado y esclavizado de vida en vida y no tiene la menor intención de ceder su dominio sobre nosotros sólo porque practiquemos un poco de meditación. Por lo tanto debemos tener cuidado de sus maneras astutas y sutiles y analizar cuidadosamente los desechos que arroja sobre nuestra consciencia en la forma de pensamientos y emociones.
Al mismo tiempo, ignoramos los capricho y los giros de la mente. ¿Por qué, entonces, tenemos que estudiar esas cosas? Para conocer la mente del enemigo y ver la dirección en la que nos arrastrará. To tomamos a la mente en serio, pero tomamos el peligro de caer presa de sus artimañas muy seriamente. En otras palabras, no tomamos a la mente en serio, pero tomamos nuestra susceptibilidad a sus maquinaciones muy seriamente.
Swadyaya es, sin embargo, un proceso espiritual u para nada una forma de auto-psicoanálisis. En swadhyaya vemos y analizamos la mente en la calma y la intuición que nacen de la meditación – no como un mero ejercicio intelectual para la “auto-comprensión”. Sin embargo es un hecho básico que usualmente no nos conocemos a nosotros mismos en lo más mínimo, sino que somos embaucados por la mente basada en el ego. Por lo tanto swadhyaya en la forma de auto-estudio y auto-análisis es muy importante ya que nos permite estar alertas y con la visión clara en relación a la mente y sus acciones. Swadhyaya es darle un vistazo claro a la mente y darse cuenta de sus trucos.
Uno de los trucos usuales de la mente es hacer que nos preocupemos por el “ego” y estar tratando de “deshacernos del ego”. Dado que este impulso en sí esta basado en el ego, recaer en él es simplemente caer más bajo el poder del ego. Pregutar “¿Cómo me puedo deshacer del ego?” es un signo seguro de la dominación del ego. Una vez decidí buscar mi ego, confrontarlo y expulsarlo. Sentado tranquilamente y volviéndome a mi interior busque y busque pero no pude encontrar tal cosa como el ego. Esto me intrigó. Ciertamente no era que no tenía ego. ¿Entonces, dónde estaba? Entonces lo entendí. Era el ego mismo el que se buscaba a sí mismo. Era sólo otra treta para mantenerse andando – esta vez en la forma del engaño de que no tenía yo ego. Mucho antes de eso, cuando estaba en el primer año de la escuela, la maestra repartió un tipo de plastilina que se endurecía al secarse. No enseñó como modelar un cenicero con la plastilina y todos nos pusimos a hacerlo. Después de un rato me levanté de mi escritorio y empecé a pasear por ahí “ayudando” y dándole consejos a los demás de como modelar la plastilina. Habiendo perdido mucho tiempo de esta manera regresé y terminé mi propio trabajo. Era el peor de la clase – deforme y que sólo servía para tirarlo. Guardé esa monstruosidad durante años como prueba de mi locura egoísta y como un recordatorio para no repetirlo.
El ego nos engaña especialmente en los asuntos de auto-concepto, auto-imagen o auto-estima (alta o baja), ya que nos hace aceptar una idea totalmente falsa de nuestra verdadera naturaleza y hacia dónde vamos con ella. El ego particularmente nos hace ignorar la verdad acerca de nuestros propios defectos al hacernos enfocar nuestra atención en “ayudar” a aquellos que tienen los mismos problemas que tenemos nosotros. El ego misionario es el por de todos los egos espirituales. “Tonos que viven en la obscuridad, pero que se consideran sabios y eruditos, dan vueltas y vueltas, por varios caminos tortuosos, como el ciego que guía al ciego.”(i) “Tontos, que viven en la obscuridad, pero sabios en su propio engreimiento e inflados con erudición vana, vagan por ahí, afligidos por muchas enfermedades, como hombres ciegos guiados por un ciego.”(ii)
La más alta forma de auto-estudio es aquella que se conoce como atma vichar – investigación en el yo (espíritu).(iii) Nunca debemos abandonar la cuestión vital: ¿Quién soy? Y debemos hacer todo lo que podamos para averiguar la respuesta – no de otros o de nuestras reflexiones intelectuales, sino por la experiencia directa de nosotros mismos como espíritu puro. Taimni lo explica de esta manera: “Aunque swadhyaya empieza con el estudio intelectual, se debe llevar a cabo a través de etapas progresivas de reflexión, meditación, tapas, etc., hasta el punto en que el sadhaka puede obtener todo el conocimiento o la devoción desde el interior, por su propio esfuerzo. Ese es el significado del prefijo swa (yo) en suadhyaya. Deja todas las ayudas externas como libros, discursos, etc., y se sumerje en su propia mente para todo lo que necesita en su búsqueda”.
(i)Katha Upanishad 1.2.5
(ii)Mundaka Upanishad 1.2.8
(iii)Vichara. Investigación en la naturaleza del Yo, Brahman o Verdad, reflexión siempre presente acerca del por qué de las cosas; investigación en el verdadero significado de Mahavakya Tat-twan-asi. Tú eres Eso; discriminación etnre lo Real y lo irreal; investigación del Yo.
viernes, 25 de diciembre de 2009
El Karma Yoga da alegría
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
¿Esperas algo de tu hijo pequeño si le das algo? De manera similar tienes que trabajar para otros sin esperar nada. Tendrás que expandir y pensar que todo este mundo es tu propio Yo.
Causa un poco de dolor al principio, porque nunca has trabajado para este momento en esta linea de servicio desinteresado. Cuando has probado un poco de la Alegría del servicio desinteresado, nunca lo podrás dejar. La fuerza del servicio te inducirá a trabajar más con gran esmero y entusiasmo.
Empezarás a sentir que todo este mundo es una manifestación de Dios. Obtendrás una inmensa fuerza interna y pureza de corazón. Tu corazón se llenará de simpatía, piedad y amor puro. Tu espíritu de servicio desinteresado y de auto-sacrificio crecerá al infinito.
¿Esperas algo de tu hijo pequeño si le das algo? De manera similar tienes que trabajar para otros sin esperar nada. Tendrás que expandir y pensar que todo este mundo es tu propio Yo.
Causa un poco de dolor al principio, porque nunca has trabajado para este momento en esta linea de servicio desinteresado. Cuando has probado un poco de la Alegría del servicio desinteresado, nunca lo podrás dejar. La fuerza del servicio te inducirá a trabajar más con gran esmero y entusiasmo.
Empezarás a sentir que todo este mundo es una manifestación de Dios. Obtendrás una inmensa fuerza interna y pureza de corazón. Tu corazón se llenará de simpatía, piedad y amor puro. Tu espíritu de servicio desinteresado y de auto-sacrificio crecerá al infinito.
jueves, 24 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 10
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas
Tapas: austeridad, disciplina espiritual práctica (que produce resultados).
Tapas literalmente significa “generar calor” en el sentido de despertar o estimular todo nuestro ser para lograr una consciencia superior. Comúnmente se aplica a la práctica de una disciplina espiritual, especialmente aquella que implica alguna forma de austeridad física o abnegación. Los sabios de la antigua India eran muy versados en los principios de la física y formularon sus símbolos de acuerdo con ella. Cuando un objeto se calienta, sus moléculas se empiezan a mover a una tasa más rápida que lo usual. Así, tapas es un procedimiento que causa que todos los componentes del yogui vibren a una velocidad mucho mayor, y eventualmente a quedarse establecidos en esa vibración más alta.
En relación a las tapas físicas Vyasa escribe; “Tapas es resistencia de los opuestos. Los opuestos son el hambre y la sed, el calor y el frio, estar parados y sentados, el silencio completo y el mero silencio verbal(i) así como las modalidades de ayuno. Shankara dice que estos opuestos pueden ocurrir naturalmente o por nuestra propia elección a través de la agnegación. Y tanto Vyasa como Shankara dicen que tapas siempre se hace a la luz de la capacidad del yogui y nunca es exagerado, extenuante o más allá de la habilidad natural del yogui.
Básicamente, tapas es una disciplina espiritual que produce un resultado perceptible, particularmente en forma de purificación. Tapas es volver de lo irreal a lo Real, de la obscuridad a la Luz, de la muerte a la Inmortalidad. Consecuentemente, siempre que se habla de tapas siempre implica la práctica del Yoga y el cumplimiento con los preceptos que facilitan la práctica del Yoga.
Somos duales por naturaleza, consciencia y energía; espíritu y materia. Siendo ésto así, necesitamos darnos cuenta de que aunque somos esencialmente consciencia (espíritu) también somos energía, y por lo tanto somos nuestros cuerpos y nuestras mentes. O más bien, somos la inteligencia consciente que se manifiesta como nuestros cuerpos y nuestras mentes. Y nuestras vidas necesitan ser vividas en esta perspectiva. Por ejemplo, cuando entendemos esta verdad entonces entendemos porque esos preceptos o disciplinas como yana, niyama, dieta vegetariana y conducta moral son tan benéficos y necesarios para nosotros.
(i) “En completo silencio, no se permite nada como señas con las manos, mientras que en el silencios limitado, las indicaciones con las manos, etc., se permiten y sólo se prohíbe hablar”. (Shankara)
Tapas: austeridad, disciplina espiritual práctica (que produce resultados).
Tapas literalmente significa “generar calor” en el sentido de despertar o estimular todo nuestro ser para lograr una consciencia superior. Comúnmente se aplica a la práctica de una disciplina espiritual, especialmente aquella que implica alguna forma de austeridad física o abnegación. Los sabios de la antigua India eran muy versados en los principios de la física y formularon sus símbolos de acuerdo con ella. Cuando un objeto se calienta, sus moléculas se empiezan a mover a una tasa más rápida que lo usual. Así, tapas es un procedimiento que causa que todos los componentes del yogui vibren a una velocidad mucho mayor, y eventualmente a quedarse establecidos en esa vibración más alta.
En relación a las tapas físicas Vyasa escribe; “Tapas es resistencia de los opuestos. Los opuestos son el hambre y la sed, el calor y el frio, estar parados y sentados, el silencio completo y el mero silencio verbal(i) así como las modalidades de ayuno. Shankara dice que estos opuestos pueden ocurrir naturalmente o por nuestra propia elección a través de la agnegación. Y tanto Vyasa como Shankara dicen que tapas siempre se hace a la luz de la capacidad del yogui y nunca es exagerado, extenuante o más allá de la habilidad natural del yogui.
Básicamente, tapas es una disciplina espiritual que produce un resultado perceptible, particularmente en forma de purificación. Tapas es volver de lo irreal a lo Real, de la obscuridad a la Luz, de la muerte a la Inmortalidad. Consecuentemente, siempre que se habla de tapas siempre implica la práctica del Yoga y el cumplimiento con los preceptos que facilitan la práctica del Yoga.
Somos duales por naturaleza, consciencia y energía; espíritu y materia. Siendo ésto así, necesitamos darnos cuenta de que aunque somos esencialmente consciencia (espíritu) también somos energía, y por lo tanto somos nuestros cuerpos y nuestras mentes. O más bien, somos la inteligencia consciente que se manifiesta como nuestros cuerpos y nuestras mentes. Y nuestras vidas necesitan ser vividas en esta perspectiva. Por ejemplo, cuando entendemos esta verdad entonces entendemos porque esos preceptos o disciplinas como yana, niyama, dieta vegetariana y conducta moral son tan benéficos y necesarios para nosotros.
(i) “En completo silencio, no se permite nada como señas con las manos, mientras que en el silencios limitado, las indicaciones con las manos, etc., se permiten y sólo se prohíbe hablar”. (Shankara)
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Medita y obtén fortaleza
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Conserva toda la energía dentro. No pierdas tiempo y energía entrando en discusiones acaloradas, guerras lingüísticas y gimnasia intelectual. Renuncia totalmente a las discusiones y los debates. Progresarás en el camino espiritual.
Expulsa el engaño y cultiva la devoción en Shiva, el Señor de los Señores, el Deva de los Devas, el Yogui de los Yoguis.
Si meditas durante media hora, podrás enfrentar la batalla diaria con la vida en paz y con fuerza espiritual durante una semana a través de la fuerza de la meditación. Ese es el efecto benéfico de la meditación. Ya que te tienes que mover con mentes diferentes de naturaleza peculiar, obtén la fuerza necesaria y la paz con la meditación y sé libre de preocupaciones y problemas.
Conserva toda la energía dentro. No pierdas tiempo y energía entrando en discusiones acaloradas, guerras lingüísticas y gimnasia intelectual. Renuncia totalmente a las discusiones y los debates. Progresarás en el camino espiritual.
Expulsa el engaño y cultiva la devoción en Shiva, el Señor de los Señores, el Deva de los Devas, el Yogui de los Yoguis.
Si meditas durante media hora, podrás enfrentar la batalla diaria con la vida en paz y con fuerza espiritual durante una semana a través de la fuerza de la meditación. Ese es el efecto benéfico de la meditación. Ya que te tienes que mover con mentes diferentes de naturaleza peculiar, obtén la fuerza necesaria y la paz con la meditación y sé libre de preocupaciones y problemas.
martes, 22 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 9
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas
Santosha: satisfacción, tranquilidad
Santosha consiste en el aspecto pasivo de la satisfacción y la tranquilidad y en el aspecto más positivo de la alegría y la felicidad. Santosha es una actitud fundamentalmente alegre basada en una condición interior armoniosa y una visión intelectualmente espiritual. Ésto es posible solamente a través de la meditación y es uno de los signos de progreso en la meditación. Ésto no se debe comparar con un “pensamiento positivo” meramente intelectual o con una “felicidad” externa forzada, que es un camuflaje, no un estado real. Santosha es una cualidad con base interna que ocurre espontáneamente. No necesita ser cultivada o “actuada” más que el florecimiento de una flor.
Santosha también es satisfacción on la vida simple y se relaciona con aparigraha. Vyasa dice que “santosha es estar satisfecho con los recursos que están disponibles y por lo tanto no desear más”. Shankara dice: “Como resultado de la satisfacción con lo que está disponible, aunque pueda faltar algo, se tiene el sentimiento de que, 'es suficiente'”. Santosha es libertad del síndrome de “entre mayor es mejor” que nos acapara a la mayoría de nosotros.
Santosha también es la ausencia de emociones negativas y la presencia de emociones positivas. En su forma más alta santosha es la satisfacción y la paz que proviene de descansar en nuestro propio espíritu, “Porque el reino de Diós es paz y alegría en el Espíritu Santo” (i).
(i) Romanos 14:17
Santosha: satisfacción, tranquilidad
Santosha consiste en el aspecto pasivo de la satisfacción y la tranquilidad y en el aspecto más positivo de la alegría y la felicidad. Santosha es una actitud fundamentalmente alegre basada en una condición interior armoniosa y una visión intelectualmente espiritual. Ésto es posible solamente a través de la meditación y es uno de los signos de progreso en la meditación. Ésto no se debe comparar con un “pensamiento positivo” meramente intelectual o con una “felicidad” externa forzada, que es un camuflaje, no un estado real. Santosha es una cualidad con base interna que ocurre espontáneamente. No necesita ser cultivada o “actuada” más que el florecimiento de una flor.
Santosha también es satisfacción on la vida simple y se relaciona con aparigraha. Vyasa dice que “santosha es estar satisfecho con los recursos que están disponibles y por lo tanto no desear más”. Shankara dice: “Como resultado de la satisfacción con lo que está disponible, aunque pueda faltar algo, se tiene el sentimiento de que, 'es suficiente'”. Santosha es libertad del síndrome de “entre mayor es mejor” que nos acapara a la mayoría de nosotros.
Santosha también es la ausencia de emociones negativas y la presencia de emociones positivas. En su forma más alta santosha es la satisfacción y la paz que proviene de descansar en nuestro propio espíritu, “Porque el reino de Diós es paz y alegría en el Espíritu Santo” (i).
(i) Romanos 14:17
lunes, 21 de diciembre de 2009
Siéntate inmovil
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
No te quejes de malos ambientes. Crea tu propio mundo y ambiente. Construye tu carácter adecuadamente. Establece hábitos virtuosos y saludables.
Entiende el brillo, el esplendor y el poder del Yo que está en el fondo de tu mente, pensamientos, voluntad y memoria. Mantén tu cuerpo sano y saludable con ejercicio regular. Conviértete en un héroe espiritual. Cierra las puertas de los sentidos. Ten una actitud receptiva. Camina con Dios. Comulga con Él. Disfruta la paz perdurable en el silencio.
No te quejes de malos ambientes. Crea tu propio mundo y ambiente. Construye tu carácter adecuadamente. Establece hábitos virtuosos y saludables.
Entiende el brillo, el esplendor y el poder del Yo que está en el fondo de tu mente, pensamientos, voluntad y memoria. Mantén tu cuerpo sano y saludable con ejercicio regular. Conviértete en un héroe espiritual. Cierra las puertas de los sentidos. Ten una actitud receptiva. Camina con Dios. Comulga con Él. Disfruta la paz perdurable en el silencio.
domingo, 20 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 8
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas
Shaucha: pureza, limpieza
Shaucha significa pureza y limpieza dentro del contexto de lograr una claridad sin obstáculos de la consciencia. “Shaucha interno es lavar las manchas de la mente” de acuerdo a Vyasa. “Shaucha implica pureza en ver y escuchar... y en lavar las manchas de la mente como el deseo y la ira, con las aguas de la meditación”, agrega Shankara. Qué es lo que Jesus dijo “Benditos los puros de corazón, porque verán a Dios”(i) Y San Juan “Cada hombre que tiene su esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro”(ii).
La limpieza física es importante ya que elimina las toxinas del cuerpo y previene contra las enfermedades. La purificación interna es importante porque elimina las toxinas mentales y previene contra males internos. Para el yogui, el aspecto más importante de shaucha es la pureza de la dieta. Esto es debido a que los alimentos que comemos determinan la vibración de nuestro cuerpo y de nuestra mente. Por este motivo es mejor comer una dieta exclusivamente vegetariana consistente en frutas, verduras y granos. En indiq es tradicional que los yoguis también usen productos lacteos, pero sólo de las vacas. De hecho Shankara indica que la leche de vaca, el yougurt y la mantequilla son de hecho agentes purificadores y producen pureza de cuerpo.
Aquellos que cuidadosamente – sí, escrupulosamente – se adhieren a una dieta vegetariana, omitiendo toda la carne, pescado y huevos y evitando todo aquello que los contenga en cualquier grado percibirán que tan valioso es mantener un regimen vegetariano así (iii). No sólo mejorara de manera importante su salud general (asumiendo que llevan una dieta vegetariana nutriente y balanceada), sino también verán qué tan ligeras e intuitivas se hacen sus mentes. Una dieta vegetariana facilita enormemente la práctica de la meditación haciendo que los estados muy sutiles de consciencia se alcancen y se perciban fácilmente. Aquellos que han comido carne, pescado y huevos durante mucho tiempo tendrán que esperar un tiempo antes de obtener totalmente los beneficios de ser vegetarianos, pero no se llevará mucho tiempo para que empiecen a ver los efectos benéficos hasta cierto grado.
La dieta vegetariana es una joya de la corona para el yogui ya que encara los Pilares de ahimsa, asteya, aparigraha, shauca y tapas y produce pureza y claridad de mente y corazón.
Hay otro aspecto de importantes consecuencias de shaucha. Mientras hablan del proceso de evolución, Vyasa y Shankara también hablan de como inculcarnos a nosotros mismos una consciencia superior. Nos dan la metáfora de los campos de terrazas en la ladera de una montaña. El granjero inunda la terraza superior. Cuando ha recibido suficiente agua, rome la barrera de tierra entre ésta y la siguiente terraza más baja, y el agua fluye hacia ella y la llena. Y así continúa el proceso hasta que todos los campos han sido regados. Vyasa declara con firmeza que las meras acciones correctas o buenas o la religiosidad extenre no tienen ningún efecto en la forma de transformación a un grado superior de consciencia, sin que más bien lo que se necesita es un asunto de remover los obstáculos a la consciencia superior. Señala que no se necesita ningún esfuerzo para que el agua baje de terraza en terraza – o de la consciencia superior a la individual – excepto aquella que se gasta en remover las barreras. Así es que el secreto es quitar cualquier cosa que bloquee el proceso de evolución y ocurrirá espontáneamente conforme el agua fluya hacia el campo.
Quitar los obstáculos es la forma más alta de shaucha. Para subrayar esto, Vyasa continúa, “Y entonces otra vez, un granjero en su campo no puede forzar los nutrientes del agua o la tierra en las raíces de sus granos. ¿Entonces, qué hace? Quita las hierbas que obstruyen. Cuando han sido eliminadas, los nutrientes entra, por sí mismo, en las raíces de los granos”. De la misma manera, cuando karmas, hábitos, actos, pensamientos, influencias, asociaciones y situaciones negativas son desarraigadas de nuestras mentes y vidas, la consciencia superior y los estados de evolución ocurrirán naturalmente. Es extremadamente importante que mantengamos ésto en mente. Ya que es la pureza (Shaucha) en esta forma lo que permite que nos llegue la luz divina.
(i)Mateo 5:8
(ii)Juan 3:2,3
(iii) Consulte “Los beneficios espirituales de una dieta vegetariana”
Shaucha: pureza, limpieza
Shaucha significa pureza y limpieza dentro del contexto de lograr una claridad sin obstáculos de la consciencia. “Shaucha interno es lavar las manchas de la mente” de acuerdo a Vyasa. “Shaucha implica pureza en ver y escuchar... y en lavar las manchas de la mente como el deseo y la ira, con las aguas de la meditación”, agrega Shankara. Qué es lo que Jesus dijo “Benditos los puros de corazón, porque verán a Dios”(i) Y San Juan “Cada hombre que tiene su esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro”(ii).
La limpieza física es importante ya que elimina las toxinas del cuerpo y previene contra las enfermedades. La purificación interna es importante porque elimina las toxinas mentales y previene contra males internos. Para el yogui, el aspecto más importante de shaucha es la pureza de la dieta. Esto es debido a que los alimentos que comemos determinan la vibración de nuestro cuerpo y de nuestra mente. Por este motivo es mejor comer una dieta exclusivamente vegetariana consistente en frutas, verduras y granos. En indiq es tradicional que los yoguis también usen productos lacteos, pero sólo de las vacas. De hecho Shankara indica que la leche de vaca, el yougurt y la mantequilla son de hecho agentes purificadores y producen pureza de cuerpo.
Aquellos que cuidadosamente – sí, escrupulosamente – se adhieren a una dieta vegetariana, omitiendo toda la carne, pescado y huevos y evitando todo aquello que los contenga en cualquier grado percibirán que tan valioso es mantener un regimen vegetariano así (iii). No sólo mejorara de manera importante su salud general (asumiendo que llevan una dieta vegetariana nutriente y balanceada), sino también verán qué tan ligeras e intuitivas se hacen sus mentes. Una dieta vegetariana facilita enormemente la práctica de la meditación haciendo que los estados muy sutiles de consciencia se alcancen y se perciban fácilmente. Aquellos que han comido carne, pescado y huevos durante mucho tiempo tendrán que esperar un tiempo antes de obtener totalmente los beneficios de ser vegetarianos, pero no se llevará mucho tiempo para que empiecen a ver los efectos benéficos hasta cierto grado.
La dieta vegetariana es una joya de la corona para el yogui ya que encara los Pilares de ahimsa, asteya, aparigraha, shauca y tapas y produce pureza y claridad de mente y corazón.
Hay otro aspecto de importantes consecuencias de shaucha. Mientras hablan del proceso de evolución, Vyasa y Shankara también hablan de como inculcarnos a nosotros mismos una consciencia superior. Nos dan la metáfora de los campos de terrazas en la ladera de una montaña. El granjero inunda la terraza superior. Cuando ha recibido suficiente agua, rome la barrera de tierra entre ésta y la siguiente terraza más baja, y el agua fluye hacia ella y la llena. Y así continúa el proceso hasta que todos los campos han sido regados. Vyasa declara con firmeza que las meras acciones correctas o buenas o la religiosidad extenre no tienen ningún efecto en la forma de transformación a un grado superior de consciencia, sin que más bien lo que se necesita es un asunto de remover los obstáculos a la consciencia superior. Señala que no se necesita ningún esfuerzo para que el agua baje de terraza en terraza – o de la consciencia superior a la individual – excepto aquella que se gasta en remover las barreras. Así es que el secreto es quitar cualquier cosa que bloquee el proceso de evolución y ocurrirá espontáneamente conforme el agua fluya hacia el campo.
Quitar los obstáculos es la forma más alta de shaucha. Para subrayar esto, Vyasa continúa, “Y entonces otra vez, un granjero en su campo no puede forzar los nutrientes del agua o la tierra en las raíces de sus granos. ¿Entonces, qué hace? Quita las hierbas que obstruyen. Cuando han sido eliminadas, los nutrientes entra, por sí mismo, en las raíces de los granos”. De la misma manera, cuando karmas, hábitos, actos, pensamientos, influencias, asociaciones y situaciones negativas son desarraigadas de nuestras mentes y vidas, la consciencia superior y los estados de evolución ocurrirán naturalmente. Es extremadamente importante que mantengamos ésto en mente. Ya que es la pureza (Shaucha) en esta forma lo que permite que nos llegue la luz divina.
(i)Mateo 5:8
(ii)Juan 3:2,3
(iii) Consulte “Los beneficios espirituales de una dieta vegetariana”
sábado, 19 de diciembre de 2009
Vive en el presente
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
No pienses en el pasado, no planees para el futuro. Vive en el presente. Cree en la gloria del Self. Considera a todos por igual. Ayuda al Yo en todo.
Desgarra en pedazos el velo de la ignorancia. Atrapa al veleidosos venado de la mente con la trampa de la curiosidad y Brahma Chintana. Monta el elefante del auto-conocimiento y alcanza el pico más alto de la Sabiduría Suprema del Yo.
Derrite todas las diferencias ilusorias. Elimina todas las barreras que separan al hombre del hombre. Mésclate con todos. Destruye la idea del sexo pensando constantemente en el Yo o en el Atman sin cuerpo ni sexo.
No pienses en el pasado, no planees para el futuro. Vive en el presente. Cree en la gloria del Self. Considera a todos por igual. Ayuda al Yo en todo.
Desgarra en pedazos el velo de la ignorancia. Atrapa al veleidosos venado de la mente con la trampa de la curiosidad y Brahma Chintana. Monta el elefante del auto-conocimiento y alcanza el pico más alto de la Sabiduría Suprema del Yo.
Derrite todas las diferencias ilusorias. Elimina todas las barreras que separan al hombre del hombre. Mésclate con todos. Destruye la idea del sexo pensando constantemente en el Yo o en el Atman sin cuerpo ni sexo.
viernes, 18 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 7
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas
El Gran Voto.
Después de enlistar ahimsa, satya, asteya, brahmacharya y aparigraha, Patanjali continúa: “Éstos, no condicionados por clase, lugar, tiempo u ocasión y extendiéndose a toas las etapas, constituyen el Gran Voto”(i). Son el Gran Voto porque requieren el ejercicio de la voluntad y por su efecto dinámico en nosotros. Aún más, son grandiosos porque, como los elementos, son auto-suficientes, no dependen de nada, y porque no pueden mutar en algo más. O sea, siempre son lo que son, y por esa razón siempre se deben observar sin ninguna excepción. No se pueden abandonar u omitir por ninguna razón – absolutamente. Patanjali enumera las condiciones posibles que afectan los cumplimientos menores: clase, lugar, tiempo u ocasión y etapas. Sera útil hacer una breve consideración de cada uno.
Clase: Nadie puede mitigar ni omitir la observancia de ahimsa, satya, asteya, brahmacharya y aparigraha por quién “es”. En el Yoga, también nadie está por encima de la ley. O sea, nadie puede producir los efectos de los Yama sin cumplirlos. Conocí a un Arzobisco con un sentido de humor ágil. Una ves hizo una observación acre acerca de alguien, una mujer protestó, diciendo: “Esa observación no es Cristiana”: Él simplemente sonrío y contestó: “Señora, no necesito ser Cristiano. ¡Soy un Arzobispo!”. Esta es una actitud de muchos, que nace de la ceguera del egoísmo.
Lugar: Cualesquiera que sean las maneras de un lugar o grupo de personas en particular en el que nos podamos encontrar, el cumplimiento de los Yama recaé sobre nosotros. “Cuando estés en Roma, actúa como los romanos” es uno de los axiomas mas ridículos jamas expresados. La presión de los iguales nunca debe ser un factor para nosotros. No tampoco deben tener ningún efecto sobre nosotros las reglas o leyes injustas. Lo que es correcto siempre se debe de hacer. La voluntad u opinión de otros no puede cambiar nuestra obligación de cumplir el Gran Voto. Ni las condiciones externas pueden cambiarlo. Ni siquiera para salvar nuestras vidas debemos alejarnos de lo que es correcto para siempre.
Tiempo u ocasión: Los seres humanos por alguna razón siempre pensaron que “ahora” deroga lo que era correcto o verdadero en el pasado. No lo hace. Ni tampoco una situación efectúa ningún cambio en lo que debemos hacer como aspirantes al Yoga. La aversión de “estar fuera de lugar” o “aislados de la sociedad” no tienen lugar en la mente y el corazón del yogui.
Etapa: Nunca podemos “ir más allá” del cumplimiento del Gran Voto. Aquellos que están cerca del final del viajes están tan obligados a cumplir el Gran Voto como aquellos que están al principio. Tampoco podemos “ir demasiado lejos” o “exagerar” nuestro cumplimento con el Voto. Es todo o nada. “Ahimsa y los demás se deben mantener todo el tiempo y en todas las circunstancias y en relación a todos los objetos sin ningún lapso consciente” (Vyasa). En este punto Shankara señala que cebemos cumplir con el Gran Voto en relación a todos los seres y no sólo limitado a los seres humanos. No podemos matar, lastimar o robar a cualquier criatura de cualquier clase. Ni a la tierra misma.
Una vez más vemos la naturaleza psicológica de los cinco componentes del Gran Voto y cómo su cumplimento se base en el valor, el auto-respeto y el auto-conocimiento del yogui.
“El principal objetivo de este código ético implacable es eliminar por completo todos los disturbios mentales y emocionales que caracterizan la vida de un ser humano ordinario. A quienquiera que esté familiarizado con el funcionamiento de la mente humana no le debe parecer difícil entender que ninguna libertad de los disturbios mentales y emocionales es posible hasta que se hayan arrancado las tendencias de las que tratan los yama-niyama, o al menos se hayan dominado en un grado suficiente. Es solamente haciendo el bien que obtenemos fuerza adicional para hacer el bien en el futuro y también adquirimos la capacidad para ver lo que está bien. No hay otra manera”. (I.K. Taimni).
(i) Sutra 2:31
El Gran Voto.
Después de enlistar ahimsa, satya, asteya, brahmacharya y aparigraha, Patanjali continúa: “Éstos, no condicionados por clase, lugar, tiempo u ocasión y extendiéndose a toas las etapas, constituyen el Gran Voto”(i). Son el Gran Voto porque requieren el ejercicio de la voluntad y por su efecto dinámico en nosotros. Aún más, son grandiosos porque, como los elementos, son auto-suficientes, no dependen de nada, y porque no pueden mutar en algo más. O sea, siempre son lo que son, y por esa razón siempre se deben observar sin ninguna excepción. No se pueden abandonar u omitir por ninguna razón – absolutamente. Patanjali enumera las condiciones posibles que afectan los cumplimientos menores: clase, lugar, tiempo u ocasión y etapas. Sera útil hacer una breve consideración de cada uno.
Clase: Nadie puede mitigar ni omitir la observancia de ahimsa, satya, asteya, brahmacharya y aparigraha por quién “es”. En el Yoga, también nadie está por encima de la ley. O sea, nadie puede producir los efectos de los Yama sin cumplirlos. Conocí a un Arzobisco con un sentido de humor ágil. Una ves hizo una observación acre acerca de alguien, una mujer protestó, diciendo: “Esa observación no es Cristiana”: Él simplemente sonrío y contestó: “Señora, no necesito ser Cristiano. ¡Soy un Arzobispo!”. Esta es una actitud de muchos, que nace de la ceguera del egoísmo.
Lugar: Cualesquiera que sean las maneras de un lugar o grupo de personas en particular en el que nos podamos encontrar, el cumplimiento de los Yama recaé sobre nosotros. “Cuando estés en Roma, actúa como los romanos” es uno de los axiomas mas ridículos jamas expresados. La presión de los iguales nunca debe ser un factor para nosotros. No tampoco deben tener ningún efecto sobre nosotros las reglas o leyes injustas. Lo que es correcto siempre se debe de hacer. La voluntad u opinión de otros no puede cambiar nuestra obligación de cumplir el Gran Voto. Ni las condiciones externas pueden cambiarlo. Ni siquiera para salvar nuestras vidas debemos alejarnos de lo que es correcto para siempre.
Tiempo u ocasión: Los seres humanos por alguna razón siempre pensaron que “ahora” deroga lo que era correcto o verdadero en el pasado. No lo hace. Ni tampoco una situación efectúa ningún cambio en lo que debemos hacer como aspirantes al Yoga. La aversión de “estar fuera de lugar” o “aislados de la sociedad” no tienen lugar en la mente y el corazón del yogui.
Etapa: Nunca podemos “ir más allá” del cumplimiento del Gran Voto. Aquellos que están cerca del final del viajes están tan obligados a cumplir el Gran Voto como aquellos que están al principio. Tampoco podemos “ir demasiado lejos” o “exagerar” nuestro cumplimento con el Voto. Es todo o nada. “Ahimsa y los demás se deben mantener todo el tiempo y en todas las circunstancias y en relación a todos los objetos sin ningún lapso consciente” (Vyasa). En este punto Shankara señala que cebemos cumplir con el Gran Voto en relación a todos los seres y no sólo limitado a los seres humanos. No podemos matar, lastimar o robar a cualquier criatura de cualquier clase. Ni a la tierra misma.
Una vez más vemos la naturaleza psicológica de los cinco componentes del Gran Voto y cómo su cumplimento se base en el valor, el auto-respeto y el auto-conocimiento del yogui.
“El principal objetivo de este código ético implacable es eliminar por completo todos los disturbios mentales y emocionales que caracterizan la vida de un ser humano ordinario. A quienquiera que esté familiarizado con el funcionamiento de la mente humana no le debe parecer difícil entender que ninguna libertad de los disturbios mentales y emocionales es posible hasta que se hayan arrancado las tendencias de las que tratan los yama-niyama, o al menos se hayan dominado en un grado suficiente. Es solamente haciendo el bien que obtenemos fuerza adicional para hacer el bien en el futuro y también adquirimos la capacidad para ver lo que está bien. No hay otra manera”. (I.K. Taimni).
(i) Sutra 2:31
jueves, 17 de diciembre de 2009
Introspecta
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Observa tu mente y tus pensamientos. Introspecta y practica el auto-análisis. Evita las malas compañías. Comprende el camino de Maya. Está en alerta. Sé muy humilde y sencillo, recuerda a Dios a cada momento.
Elimina la arrogancia, la vanidad y la flojera. Desarrolla la humildad a su mayor grado. Sé sincero. Sirve con todo tu amor. Respeta a tus mayores y a tus padres. Lleva una vida simple y de trabajo. Alegra tu espíritu. Ten confianza Perfecta en Dios. Mantén la mente totalmente ocupada. Practica la meditación diaria. Desarrolla cualidades virtuosas. Canta el nombre del Señor. Ten sed por Su visión. La Gracia Divina descenderá sobre ti. Gozarás Paz, Dicha e Inmortalidad supremas.
Observa tu mente y tus pensamientos. Introspecta y practica el auto-análisis. Evita las malas compañías. Comprende el camino de Maya. Está en alerta. Sé muy humilde y sencillo, recuerda a Dios a cada momento.
Elimina la arrogancia, la vanidad y la flojera. Desarrolla la humildad a su mayor grado. Sé sincero. Sirve con todo tu amor. Respeta a tus mayores y a tus padres. Lleva una vida simple y de trabajo. Alegra tu espíritu. Ten confianza Perfecta en Dios. Mantén la mente totalmente ocupada. Practica la meditación diaria. Desarrolla cualidades virtuosas. Canta el nombre del Señor. Ten sed por Su visión. La Gracia Divina descenderá sobre ti. Gozarás Paz, Dicha e Inmortalidad supremas.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 6
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas
Aparigraha: no-posesividad, no-avaricia, no-egoísmo, no-adquisición
Aparigraha incluye las ideas de no-posesividad, no-avaricia, no-egoísmo y no-adquisición. La definición de Vyasa es particularmente interesante porque es tan práctica: “Ver los defectos en objectos implicados en adquirirlos, en defenderlos, en perderlos y estar apegados a ellos, y privar a otros de ellos, uno no los toma para sí mismo y eso es aparigraha”. En ésto como en los otros Pilares, la verdadera virtud u observancia es principalmente interna, lo que conduce al estado mental correcto para la práctica exitosa del Yoga.
Básicamente, cuando una persona ve todo el esfuerzo desperdiciado en “cosas” así como la infelicidad que acompaña tanto a tenerlos como a perderlos – ni hablar de la consciencia de sus defectos inherentes – él sabiamente se retira y se libera de la “Cosalatría” Desde luego todos tenemos que obtener y usar muchos tipos de cosas, pero podemos hacerlo objetivamente, sin dejarnos atrapar por ellos como el bebé de la melaza en la Historia del Tío Remus. Ser poseído por las poseciones es realmente un gran misterio, y la creencia de que la felicidad proviene de cosas externas es un gran engaño.
La gente literalmente se pierden en las “cosas” porque adoptan un auto-concepto totalmente falos. Pensar que somos lo que “tenemos” es olvidar quiénes y por qué somos. Aparighaha aclara el ojo interno y nos deja ver nuestra verdadera “cara”.
Aparigraha: no-posesividad, no-avaricia, no-egoísmo, no-adquisición
Aparigraha incluye las ideas de no-posesividad, no-avaricia, no-egoísmo y no-adquisición. La definición de Vyasa es particularmente interesante porque es tan práctica: “Ver los defectos en objectos implicados en adquirirlos, en defenderlos, en perderlos y estar apegados a ellos, y privar a otros de ellos, uno no los toma para sí mismo y eso es aparigraha”. En ésto como en los otros Pilares, la verdadera virtud u observancia es principalmente interna, lo que conduce al estado mental correcto para la práctica exitosa del Yoga.
Básicamente, cuando una persona ve todo el esfuerzo desperdiciado en “cosas” así como la infelicidad que acompaña tanto a tenerlos como a perderlos – ni hablar de la consciencia de sus defectos inherentes – él sabiamente se retira y se libera de la “Cosalatría” Desde luego todos tenemos que obtener y usar muchos tipos de cosas, pero podemos hacerlo objetivamente, sin dejarnos atrapar por ellos como el bebé de la melaza en la Historia del Tío Remus. Ser poseído por las poseciones es realmente un gran misterio, y la creencia de que la felicidad proviene de cosas externas es un gran engaño.
La gente literalmente se pierden en las “cosas” porque adoptan un auto-concepto totalmente falos. Pensar que somos lo que “tenemos” es olvidar quiénes y por qué somos. Aparighaha aclara el ojo interno y nos deja ver nuestra verdadera “cara”.
martes, 15 de diciembre de 2009
Aprende a discriminar
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Conoce las cosas bajo su propia luz. No te engañes. La emoción se confunde con la devoción; los saltos violentos en el aire durante Sankirtan con el éxtasis Divino; la inquietud Rajásica y el movimiento con las actividades divinas y el Karma Yoga; a un hmobre Tamásico con un hombre Sátvico; Tandri y sueño profundo con Samadhi; Manorajya o construir castillos en el aire con la meditación; desnudez física con el estado Jivanmutki.
Entiende las leyes del universo. Muévete con tacto en este mundo. Aprende los secretos de la Naturaleza. Aprende a discriminar y conviértete en sabio. ¡Pelea la batalla interna otra vez y sal victorioso!
Conoce las cosas bajo su propia luz. No te engañes. La emoción se confunde con la devoción; los saltos violentos en el aire durante Sankirtan con el éxtasis Divino; la inquietud Rajásica y el movimiento con las actividades divinas y el Karma Yoga; a un hmobre Tamásico con un hombre Sátvico; Tandri y sueño profundo con Samadhi; Manorajya o construir castillos en el aire con la meditación; desnudez física con el estado Jivanmutki.
Entiende las leyes del universo. Muévete con tacto en este mundo. Aprende los secretos de la Naturaleza. Aprende a discriminar y conviértete en sabio. ¡Pelea la batalla interna otra vez y sal victorioso!
lunes, 14 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 5
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas
Brahmacharya: continencia sexual en pensamiento, palabra y acción así como el control de todos los sentidos
“Brahmacharya es la restricción del órgano sexual y otros sentidos”, dice Vyasa.
Brahmacharya es la regulación y conservación de todos lo poderes físicos del ser humano, sin las cuales no puede buscar exitosamente la vida elevada de la Consciencia Superior. Usualmente se considera a la sexualidad como el principal foco de brahamacharya porque tiene poderoso control e influencia sobre el ser humano. Se considera que si se domina el sexo, también se dominarán todos los sentidos. Simplemente no hay manera de convecer a aquellos que son adictos y están esclavizados por el sexo que la continencia (brahmacharya) es la sabiduría suprema. Por lo tanto no haré ninguna argumentación acerca del tema. Per algunos hechos pueden ser significativos para que busca sinceramente.
La vida de los sentidos sofoca la vida del espíritu eliminando la discriminación del intelecto, como declara Krishna: “La mente, que sigue en la estela de los sentidos que vagan, se lleva la discriminación, como el viento a un bote en las aguas”.(i) La fuerza vital básica, el prana, se disipa a través de cualquier actividad intensa de los sentidos, debilitando al ser interno. Pero la indulgencia sexual es incalculablemente más destructiva de la consciencia que cualquier otra experiencia sensorial, ya que gasta la fuerza vital a un grado mucho, mucho más allá de cualquier otra experiencia sensorial. Tanto el cuerpo como la mente se vacían por medio de la actividad sexual.
El espíritu tiene dos aspectos, consciencia y energía. La consciencia es constante, mientras que la energía es cíclica. Es el movimiento de la energía lo que produce (y es) nuestra experiencia de la relatividad, y es el desarrollo de la energía lo qué es el proceso de la evolución. Por lo tanto la conservación y la aplicación de la energía es el principal determinante del éxito o del fracaso en la empresa espiritual. La difusión y la disipación de la energía siempre debilitan. Por lo tanto brahamacharya es un Pilar del Yoga vital.
Básciamente, brahmacharya es la conservación y el dominio de todos los sistemas de energía y los poderes de nuestro ser. Esto es especialmente cierto en relación a las emociones negativas, ya que se gasta una energía tremenda a través de la lujuria, la ira, la avaricia, la envidia, el odio, el resentimiento, la depresión, el miedo, la obsesión, etc. Además, son tanto la causa y los síntomas la pérdida del auto-control, un aspecto principal de brahmacharya. Investigaciones han mostrado que las personas atrapadas en estas emociones literalmente exhalan elementos vitales del cuerpo. Por ejemplo, se ha encontrado que el aliento de las personas enojadas está lleno de cobre. Así la emoción negativa nos vacía tanto físicamente como energéticamente. Las emociones positivas, por el otro lado, realmente mejora y aumentan nuestros niveles de energía y físicos. El cultivo del (verdadero) amor, la compasión, la generosidad, la alegría, la amistad, etc, nos hace más fuertes y más tranquilos – aspectos esenciales de brahmacharya. Es interesante que la palabra inglesa “virtud” se deriva de la palabra en latín virtus - “poder” - que a su vez se deriva de la palabra en sánscrito virya, que significa tanto poder como fuerza.
“Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”, no es sólo una máxima de ordenación. Cuando se aplica a los sistemas de energía del individuo es la raíz de la fuerza y la salud a todos los niveles. Cada átomo de energía personal que poseemos tiene tanto un lugar como un propósito. Asegurar la colocación y el gasto de energía correctos es la esencia de la ciencia yóguica. Y brahmacharya es su fundamento(ii).
(i) Bhagavad Gita 2:67
(ii) Para mayor información práctica acerca de brahmacharya los siguientes libros son extremadamente valiosos: “WARNING: Sex May be Hazardous to Your Health”, del Dr. Edwin Flatto, “Science Discovers the Physiological Value of Continence” y “Nutritional Sex Control and Rejuvenation del gran rosacruciano del siglo XX, Dr. Raymnod Bernard, “The Practice of Byahmacharya” de Swami Sivananda, y “The Role of Celibacy in Spiritual Life” de Swami Chidananda
Brahmacharya: continencia sexual en pensamiento, palabra y acción así como el control de todos los sentidos
“Brahmacharya es la restricción del órgano sexual y otros sentidos”, dice Vyasa.
Brahmacharya es la regulación y conservación de todos lo poderes físicos del ser humano, sin las cuales no puede buscar exitosamente la vida elevada de la Consciencia Superior. Usualmente se considera a la sexualidad como el principal foco de brahamacharya porque tiene poderoso control e influencia sobre el ser humano. Se considera que si se domina el sexo, también se dominarán todos los sentidos. Simplemente no hay manera de convecer a aquellos que son adictos y están esclavizados por el sexo que la continencia (brahmacharya) es la sabiduría suprema. Por lo tanto no haré ninguna argumentación acerca del tema. Per algunos hechos pueden ser significativos para que busca sinceramente.
La vida de los sentidos sofoca la vida del espíritu eliminando la discriminación del intelecto, como declara Krishna: “La mente, que sigue en la estela de los sentidos que vagan, se lleva la discriminación, como el viento a un bote en las aguas”.(i) La fuerza vital básica, el prana, se disipa a través de cualquier actividad intensa de los sentidos, debilitando al ser interno. Pero la indulgencia sexual es incalculablemente más destructiva de la consciencia que cualquier otra experiencia sensorial, ya que gasta la fuerza vital a un grado mucho, mucho más allá de cualquier otra experiencia sensorial. Tanto el cuerpo como la mente se vacían por medio de la actividad sexual.
El espíritu tiene dos aspectos, consciencia y energía. La consciencia es constante, mientras que la energía es cíclica. Es el movimiento de la energía lo que produce (y es) nuestra experiencia de la relatividad, y es el desarrollo de la energía lo qué es el proceso de la evolución. Por lo tanto la conservación y la aplicación de la energía es el principal determinante del éxito o del fracaso en la empresa espiritual. La difusión y la disipación de la energía siempre debilitan. Por lo tanto brahamacharya es un Pilar del Yoga vital.
Básciamente, brahmacharya es la conservación y el dominio de todos los sistemas de energía y los poderes de nuestro ser. Esto es especialmente cierto en relación a las emociones negativas, ya que se gasta una energía tremenda a través de la lujuria, la ira, la avaricia, la envidia, el odio, el resentimiento, la depresión, el miedo, la obsesión, etc. Además, son tanto la causa y los síntomas la pérdida del auto-control, un aspecto principal de brahmacharya. Investigaciones han mostrado que las personas atrapadas en estas emociones literalmente exhalan elementos vitales del cuerpo. Por ejemplo, se ha encontrado que el aliento de las personas enojadas está lleno de cobre. Así la emoción negativa nos vacía tanto físicamente como energéticamente. Las emociones positivas, por el otro lado, realmente mejora y aumentan nuestros niveles de energía y físicos. El cultivo del (verdadero) amor, la compasión, la generosidad, la alegría, la amistad, etc, nos hace más fuertes y más tranquilos – aspectos esenciales de brahmacharya. Es interesante que la palabra inglesa “virtud” se deriva de la palabra en latín virtus - “poder” - que a su vez se deriva de la palabra en sánscrito virya, que significa tanto poder como fuerza.
“Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”, no es sólo una máxima de ordenación. Cuando se aplica a los sistemas de energía del individuo es la raíz de la fuerza y la salud a todos los niveles. Cada átomo de energía personal que poseemos tiene tanto un lugar como un propósito. Asegurar la colocación y el gasto de energía correctos es la esencia de la ciencia yóguica. Y brahmacharya es su fundamento(ii).
(i) Bhagavad Gita 2:67
(ii) Para mayor información práctica acerca de brahmacharya los siguientes libros son extremadamente valiosos: “WARNING: Sex May be Hazardous to Your Health”, del Dr. Edwin Flatto, “Science Discovers the Physiological Value of Continence” y “Nutritional Sex Control and Rejuvenation del gran rosacruciano del siglo XX, Dr. Raymnod Bernard, “The Practice of Byahmacharya” de Swami Sivananda, y “The Role of Celibacy in Spiritual Life” de Swami Chidananda
domingo, 13 de diciembre de 2009
Depende de ti mismo
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Sé valiente, cándido y modesto. Respeta a tus superiores. Está siempre vigilante. Ten perfecto control sobre la ira. Coviértete en la fuente de todo lo bueno. Actúa de acuerdo a la palabras de los sabios y los santos.
Depende de ti mismo. Aguanta el sufrimiento pacientemente. Sé paciente. Persevera. La ayuda llegará.
Sé devoto a Dios. Purifica la mente. Siéntate un un lugar solitario durante algunas horas todos los días. Retira todos los sentidos de sus objetos. Mantén la menta bajo control. Vuélvete hacia Dios. La gracia Divina descenderá sobre ti.
Sé valiente, cándido y modesto. Respeta a tus superiores. Está siempre vigilante. Ten perfecto control sobre la ira. Coviértete en la fuente de todo lo bueno. Actúa de acuerdo a la palabras de los sabios y los santos.
Depende de ti mismo. Aguanta el sufrimiento pacientemente. Sé paciente. Persevera. La ayuda llegará.
Sé devoto a Dios. Purifica la mente. Siéntate un un lugar solitario durante algunas horas todos los días. Retira todos los sentidos de sus objetos. Mantén la menta bajo control. Vuélvete hacia Dios. La gracia Divina descenderá sobre ti.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 4
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas.
Asteya: no-robar, honestidad, no-apropiación.
Asteya es la abstinencia de robar, que Vyasa define como: “la apropiación inapropiada para uno mismo de las cosas de otros, negarse a hacerlo, libres del deseo, es no-robar.”
Lo que constituye el robo ordinario es bien conocido para casi todos, pero como dijo Yogananda, “la gente es hábil en su ignorancia”, así es que hemos inventado innumerables maneras para robar que no parezcan que estamos robando – desde introducir rondanas en los teléfonos de paga hasta hacer que la gente nos de cosas o dinero que no necesitamos ni merecemos. El robo y la mentira ciertamente están interrelacionados. Así que debemos analizar la definición de Vyasa y aplicarla a nuestra propia situación. Pero podemos considerar algunas “trampas” que se han vuelto respetables y prevalentes.
Aceptar el crédito que realmente le pertenece a otro es una forma de robo. También lo es tomar lo que no es nuestro fingiendo que o somos sus dueños o lo merecemos.
El plagio es una forma común de robo, especialmente en asuntos académicos.
Tomar lo que legítimamente no nos corresponde, incluso si se nos da libremente, es robar. La gente hace esto continuamente en relación con los beneficios del desempleo y reclamaciones de seguros.
Exigir más que un precio justo o un salario justo es tal vez la forma más usual de robar. Conocí a un hombre virtuoso que trabajaba en la industria automotriz. Cada semana le regresaba al cajero lo que consideraba que estaba por encima de sus percepciones honestas.
Forzar a otros a que nos den algo que queremos de ellos, ya sea material o metafísico, es extorsión y robo. También lo es no darle a otros lo que les debemos o lo que estamos obligados lega o moralmente a dar. Por ejemplo, mucha gente (especialmente en las iglesias y órdenes religiosas) espera que otros les den continuamente cosas o servicios que pueden pagar perfectamente. (No me refiero a regalos espontáneos o caridad – eso es virtuoso). O quieren que se les den grandes descuentos. Una vez un practicante de salud natural . Cuya situación financiera era mucho peor que la mía – me dijo que ella estaba dispuesta a cobrarme sólo la mitad de sus honorarios usuales para mi tratamiento, e incluso me trataría gratis si yo lo deseaba. Le expliqué que ya que yo podía pagar la cantidad total si aceptara su descuento o el tratamiento gratis sería robarla. Y cite los Yoga Sutras para apoyar mi contención, la ley se aplica para todos.
El profeta Malachi hizo la siguiente pregunta aterradora: “¿Le robaría un hombre a Dios?i Eso es extremadamente fácil de hacer y extremadamente común. Sería bueno que encontraras la respuesta por ti mismo y veas si de alguna manera tal vez estés haciendo eso mismo.
Pero todas estas formas de robo son actos internos o externos, mientras que Vyasa define no-robar esencialmente como un estado psicológico de “libre de deseo”: Este, entonces, es la meta de la simple abstinencia de robar. Lo que se debe alcanzar es el estado mental en el que no hay absolutamente ningún deseo o impulso para robar. “El robo no puede existir en aquellos cuyo deseo ha sido cortado”, dice Shankara.
Asteya: no-robar, honestidad, no-apropiación.
Asteya es la abstinencia de robar, que Vyasa define como: “la apropiación inapropiada para uno mismo de las cosas de otros, negarse a hacerlo, libres del deseo, es no-robar.”
Lo que constituye el robo ordinario es bien conocido para casi todos, pero como dijo Yogananda, “la gente es hábil en su ignorancia”, así es que hemos inventado innumerables maneras para robar que no parezcan que estamos robando – desde introducir rondanas en los teléfonos de paga hasta hacer que la gente nos de cosas o dinero que no necesitamos ni merecemos. El robo y la mentira ciertamente están interrelacionados. Así que debemos analizar la definición de Vyasa y aplicarla a nuestra propia situación. Pero podemos considerar algunas “trampas” que se han vuelto respetables y prevalentes.
Aceptar el crédito que realmente le pertenece a otro es una forma de robo. También lo es tomar lo que no es nuestro fingiendo que o somos sus dueños o lo merecemos.
El plagio es una forma común de robo, especialmente en asuntos académicos.
Tomar lo que legítimamente no nos corresponde, incluso si se nos da libremente, es robar. La gente hace esto continuamente en relación con los beneficios del desempleo y reclamaciones de seguros.
Exigir más que un precio justo o un salario justo es tal vez la forma más usual de robar. Conocí a un hombre virtuoso que trabajaba en la industria automotriz. Cada semana le regresaba al cajero lo que consideraba que estaba por encima de sus percepciones honestas.
Forzar a otros a que nos den algo que queremos de ellos, ya sea material o metafísico, es extorsión y robo. También lo es no darle a otros lo que les debemos o lo que estamos obligados lega o moralmente a dar. Por ejemplo, mucha gente (especialmente en las iglesias y órdenes religiosas) espera que otros les den continuamente cosas o servicios que pueden pagar perfectamente. (No me refiero a regalos espontáneos o caridad – eso es virtuoso). O quieren que se les den grandes descuentos. Una vez un practicante de salud natural . Cuya situación financiera era mucho peor que la mía – me dijo que ella estaba dispuesta a cobrarme sólo la mitad de sus honorarios usuales para mi tratamiento, e incluso me trataría gratis si yo lo deseaba. Le expliqué que ya que yo podía pagar la cantidad total si aceptara su descuento o el tratamiento gratis sería robarla. Y cite los Yoga Sutras para apoyar mi contención, la ley se aplica para todos.
El profeta Malachi hizo la siguiente pregunta aterradora: “¿Le robaría un hombre a Dios?i Eso es extremadamente fácil de hacer y extremadamente común. Sería bueno que encontraras la respuesta por ti mismo y veas si de alguna manera tal vez estés haciendo eso mismo.
Pero todas estas formas de robo son actos internos o externos, mientras que Vyasa define no-robar esencialmente como un estado psicológico de “libre de deseo”: Este, entonces, es la meta de la simple abstinencia de robar. Lo que se debe alcanzar es el estado mental en el que no hay absolutamente ningún deseo o impulso para robar. “El robo no puede existir en aquellos cuyo deseo ha sido cortado”, dice Shankara.
viernes, 11 de diciembre de 2009
Expándete, evoluciona.
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Convierte todas las actividades en Yoga. Recorre el camino de la rectitud. Despierta del sueño de la ignorancia. No te juntes con personas indeseables. Recurre a compañías Sátvicas. Tendrás mucha paz.
Expándete. Evoluciona. Ten un gran corazón. Júntate con todos. Se humilde. Refúgiate en Dios. Desparecerán todos los tormentos. Gozarás la Paz suprema.
Convierte todas las actividades en Yoga. Recorre el camino de la rectitud. Despierta del sueño de la ignorancia. No te juntes con personas indeseables. Recurre a compañías Sátvicas. Tendrás mucha paz.
Expándete. Evoluciona. Ten un gran corazón. Júntate con todos. Se humilde. Refúgiate en Dios. Desparecerán todos los tormentos. Gozarás la Paz suprema.
jueves, 10 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 3
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas.
Satya: veracidad, honestidad.
“Se dice que Satya es habla y pensamiento en conformidad con lo que se ha visto o inferido o escuchado en autoridad. El habla hecha para transmitir la experiencia propia a otros no debe ser engañosa, ni imprecisa, ni no informativa. Es aquella que se hace para ayudar a todos los seres. Pero aquella hecha para dañar a los seres, incluso si es lo que se llama verdad, cuando la finalidad es simplemente lastimar a los seres, no será verdad [satya]. Seria un equívoco.” Así lo dice Vyasa.
Shankara dice que la veracidad significa decir lo que realmente hemos llegado a conocer que es la verdad – en su mayoría a través de nuestra propia experiencia o a través del contacto con fuentes cuya confiabilidad hemos experimentado nosotros mismos. ¿Quién sino el más intuitivo podría estar seguro de que no habla de nada impreciso? Sin embargo eso se le exige al yogui, y para eso debe esforzarse.
“La falta de veracidad de cualquier forma nos saca de armonía con la ley fundamental de la Verdad y crea una especie de tensión mental y emocional que evita que armonicemos y tranquilicemos nuestra mente. La veracidad también debe ser practicada por el sadhaka porque es absolutamente necesaria para el desenvolvimiento de la intuición. No hay nada que nuble la intuición y prácticamente detenga su funcionamiento como la falta de veracidad en todas sus formas.” dice Taimni en relación al aspecto más personal y práctico se satya.
El yogui no puede dedicarse a distorsionar la verdad, ya sea dejando fuera parte de la verdad o “cargando los dados” para crear una falsa impresión. La Biblia habla de convertir la verdad en una mentira(i). Esto se hace ya sea no diciendo la verdad o representándola de tal manera que el que la escucha llega a una conclusión errónea – o adopta una conclusión errónea – acerca de lo que estamos presentando. Hablando de números se dice que los números no mienten pero los mentirosos calculan.” Lo mismo es cierto en ésto. Igualmente terrible es la mezcla intencional de mentiras y verdad. Algunos mentirosos dicen mucho de verdad – pero no toda la verdad. Esto es particularmente cierto en las empresas manipuladoras de la publicidad, la política y la religión.
También hay muchas maneras no verbales de mentir, y la vida entera de algunas personas es una mentira. Por lo tanto debemos asegurarnos que nuestras acciones reflejen la verdad. ¿Cuántas personas dicen creer en Dios y los principios espirituales, pero no viven de acuerdo a ésto? ¿Cuántas personas juran y expresan su lealtad constantemente y si embargo son traidores?(ii) Por lo tanto San Juan escribió “Mis pequeños, no amemos en palabras, ni con la lengua, sino en acción y verdad(iii).” No sólo debemos hablar la verdad, debemos vivirla.
La honestidad en todas nuestras palabras y tratos con otros es una parte esencial de la veracidad. Ésto incluye pagar nuestras deudas, incluyendo los impuestos. Es inexpresablemente crucial que el yogui se gane la vida sólo por medios honestos y veraces. Vender cosas inútiles o triviales, convencer a las personas que las necesitan (o incluso venderlas sin convencerla), es una falta de veracidad seria.
Tratar de hacer un arreglo con la verdad, incluso un poco, poner la escusa que “todo el mundo lo hace” no es legítimo. Ya que “todos” están atados a la rueda del nacimiento y la muerte porque lo hacen – y eso no es lo que deseamos para nosotros. Podemos mentirnos a nosotros mismos, a otros e incluso a Dios, pero no podemos mentirle al cosmos. La ley de causa y efecto, o karma, reaccionara sobre nosotros con nuestro propio dolor.
Es interesante que Vyasa considera que el habla veraz es informativa. Con eso quiere decir que el habla veraz vale la pena, es relevante y práctica. Balbucear mecánicamente y producir trivia verbal también es una forma de falta de veracidad, incluso si es cierto en el sentido de no ser objetivamente falso. Tampoco el habla insensata le da provecho a nadie. Y casi todos nosotros que fuimos a la universidad recordamos el viejo juego de acolchonar cualquier cosa que escribíamos, dándole mucha forma pero poco contenido con la esperanza de engañar a nuestros maestros para que pensaran que sabíamos la materia y que estábamos diciendo algo que valía la pena. Este es uno de los negocios más lucrativos de hoy en día, especialmente en el mundo de la publicidad.
Decir la verdad para lastimar a otros no es realmente verdad, ya que satya es una extensión de ahimsa. Por ejemplo, una persona puede ser fea, pero decir “Eres feo” no es una virtud. “Lo que se basa en lastimar a otros, incluso libre de los tres defectos del habla (ej., no es engañoso, impreciso e no informativo), no se considera verdad” (Shankara). Nuestra intención nunca debe ser lastimar de ninguna manera pero debemos estar conscientes de que hay algunas personas que odian la verdad en cualquier forma y nos acusarán de lastimarlos con nuestra honestidad. A esas personas particularmente les gusta etiquetar cualquier verdad (o persona) que no les guste como “dura”, “rígida”, “divisiva”, “negativa”, “odiosa”, etc. Tendríamos que convertirnos en deshonestos o mentirosos para darles gusto. Así que “lastimarlos” u ofenderlos es una consecuencia de la veracidad con la que tendremos que vivir. Lo importante es que la verdad “se pronuncia para ayudar a todos los seres.” Ya que el no-latimar no es una cualidad pasiva, sino el carácter positivo de la restauración y la sanación.
El silencio también puede ser una forma de mentira, particularmente al tratar con los que odian la verdad mencionados anteriormente. Ya que la verdad sólo es dañina cuando “la meta final es solamente lastimar seres”. Pero si algunas personas se interponen en el camino de la verdad, entonces ellos debe hacerse responsables por sus reacciones ante ella.
Will Cuppy definió la diplomacia como “el arte fino de mentir”. Tristemente, a menudo lo es. Así que debemos estar seguros que no engañamos bajo el disfraz de la diplomacia o el tacto.
El auto-engaño, un favorito de casi todos nosotros hasta cierto grado, debe ser eliminado implacablemente si vamos a ser genuinamente veraces.
“Por lo tanto que cada uno se cuide de que su habla sea para el bien de todos”. (Shankara)
(i) Romanos 1:25
(11) “Esta gente atrajo la noche hacia mi con su boca, y me honraron con sus labios, pero su corazón está lejos de mí.” (Mateo 15:8) “¿Y por qué llamarme, Señor, Señor, y no hacer las cosas que digo? (Lucas 6:46)
(iii)Juan (3:18)
Satya: veracidad, honestidad.
“Se dice que Satya es habla y pensamiento en conformidad con lo que se ha visto o inferido o escuchado en autoridad. El habla hecha para transmitir la experiencia propia a otros no debe ser engañosa, ni imprecisa, ni no informativa. Es aquella que se hace para ayudar a todos los seres. Pero aquella hecha para dañar a los seres, incluso si es lo que se llama verdad, cuando la finalidad es simplemente lastimar a los seres, no será verdad [satya]. Seria un equívoco.” Así lo dice Vyasa.
Shankara dice que la veracidad significa decir lo que realmente hemos llegado a conocer que es la verdad – en su mayoría a través de nuestra propia experiencia o a través del contacto con fuentes cuya confiabilidad hemos experimentado nosotros mismos. ¿Quién sino el más intuitivo podría estar seguro de que no habla de nada impreciso? Sin embargo eso se le exige al yogui, y para eso debe esforzarse.
“La falta de veracidad de cualquier forma nos saca de armonía con la ley fundamental de la Verdad y crea una especie de tensión mental y emocional que evita que armonicemos y tranquilicemos nuestra mente. La veracidad también debe ser practicada por el sadhaka porque es absolutamente necesaria para el desenvolvimiento de la intuición. No hay nada que nuble la intuición y prácticamente detenga su funcionamiento como la falta de veracidad en todas sus formas.” dice Taimni en relación al aspecto más personal y práctico se satya.
El yogui no puede dedicarse a distorsionar la verdad, ya sea dejando fuera parte de la verdad o “cargando los dados” para crear una falsa impresión. La Biblia habla de convertir la verdad en una mentira(i). Esto se hace ya sea no diciendo la verdad o representándola de tal manera que el que la escucha llega a una conclusión errónea – o adopta una conclusión errónea – acerca de lo que estamos presentando. Hablando de números se dice que los números no mienten pero los mentirosos calculan.” Lo mismo es cierto en ésto. Igualmente terrible es la mezcla intencional de mentiras y verdad. Algunos mentirosos dicen mucho de verdad – pero no toda la verdad. Esto es particularmente cierto en las empresas manipuladoras de la publicidad, la política y la religión.
También hay muchas maneras no verbales de mentir, y la vida entera de algunas personas es una mentira. Por lo tanto debemos asegurarnos que nuestras acciones reflejen la verdad. ¿Cuántas personas dicen creer en Dios y los principios espirituales, pero no viven de acuerdo a ésto? ¿Cuántas personas juran y expresan su lealtad constantemente y si embargo son traidores?(ii) Por lo tanto San Juan escribió “Mis pequeños, no amemos en palabras, ni con la lengua, sino en acción y verdad(iii).” No sólo debemos hablar la verdad, debemos vivirla.
La honestidad en todas nuestras palabras y tratos con otros es una parte esencial de la veracidad. Ésto incluye pagar nuestras deudas, incluyendo los impuestos. Es inexpresablemente crucial que el yogui se gane la vida sólo por medios honestos y veraces. Vender cosas inútiles o triviales, convencer a las personas que las necesitan (o incluso venderlas sin convencerla), es una falta de veracidad seria.
Tratar de hacer un arreglo con la verdad, incluso un poco, poner la escusa que “todo el mundo lo hace” no es legítimo. Ya que “todos” están atados a la rueda del nacimiento y la muerte porque lo hacen – y eso no es lo que deseamos para nosotros. Podemos mentirnos a nosotros mismos, a otros e incluso a Dios, pero no podemos mentirle al cosmos. La ley de causa y efecto, o karma, reaccionara sobre nosotros con nuestro propio dolor.
Es interesante que Vyasa considera que el habla veraz es informativa. Con eso quiere decir que el habla veraz vale la pena, es relevante y práctica. Balbucear mecánicamente y producir trivia verbal también es una forma de falta de veracidad, incluso si es cierto en el sentido de no ser objetivamente falso. Tampoco el habla insensata le da provecho a nadie. Y casi todos nosotros que fuimos a la universidad recordamos el viejo juego de acolchonar cualquier cosa que escribíamos, dándole mucha forma pero poco contenido con la esperanza de engañar a nuestros maestros para que pensaran que sabíamos la materia y que estábamos diciendo algo que valía la pena. Este es uno de los negocios más lucrativos de hoy en día, especialmente en el mundo de la publicidad.
Decir la verdad para lastimar a otros no es realmente verdad, ya que satya es una extensión de ahimsa. Por ejemplo, una persona puede ser fea, pero decir “Eres feo” no es una virtud. “Lo que se basa en lastimar a otros, incluso libre de los tres defectos del habla (ej., no es engañoso, impreciso e no informativo), no se considera verdad” (Shankara). Nuestra intención nunca debe ser lastimar de ninguna manera pero debemos estar conscientes de que hay algunas personas que odian la verdad en cualquier forma y nos acusarán de lastimarlos con nuestra honestidad. A esas personas particularmente les gusta etiquetar cualquier verdad (o persona) que no les guste como “dura”, “rígida”, “divisiva”, “negativa”, “odiosa”, etc. Tendríamos que convertirnos en deshonestos o mentirosos para darles gusto. Así que “lastimarlos” u ofenderlos es una consecuencia de la veracidad con la que tendremos que vivir. Lo importante es que la verdad “se pronuncia para ayudar a todos los seres.” Ya que el no-latimar no es una cualidad pasiva, sino el carácter positivo de la restauración y la sanación.
El silencio también puede ser una forma de mentira, particularmente al tratar con los que odian la verdad mencionados anteriormente. Ya que la verdad sólo es dañina cuando “la meta final es solamente lastimar seres”. Pero si algunas personas se interponen en el camino de la verdad, entonces ellos debe hacerse responsables por sus reacciones ante ella.
Will Cuppy definió la diplomacia como “el arte fino de mentir”. Tristemente, a menudo lo es. Así que debemos estar seguros que no engañamos bajo el disfraz de la diplomacia o el tacto.
El auto-engaño, un favorito de casi todos nosotros hasta cierto grado, debe ser eliminado implacablemente si vamos a ser genuinamente veraces.
“Por lo tanto que cada uno se cuide de que su habla sea para el bien de todos”. (Shankara)
(i) Romanos 1:25
(11) “Esta gente atrajo la noche hacia mi con su boca, y me honraron con sus labios, pero su corazón está lejos de mí.” (Mateo 15:8) “¿Y por qué llamarme, Señor, Señor, y no hacer las cosas que digo? (Lucas 6:46)
(iii)Juan (3:18)
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Este mundo es una gran escuela
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Este mundo es una gran escuela. Es para tu educación. Sé sabio. Está en el espíritu del Yoga. Utiliza todas las oportunidades para el mayor provecho posible. No hay tal cosa como malo. Tus capacidades y tu fuerza de voluntad se desarrollaran. Recibirás más Luz Divina, Conocimiento, Pureza, Paz y fuerza Espiritual.
Sonríe con las flores y la hierba verde. Saluda a los arbustos, los helechos y las ramillas. Desarrolla amistad con todos los vecinos, perros, gatos, vacas, seres humanos, árboles, de hecho, con todas las creaciones de la naturaleza. Tendrás una vida rica y perfecta.
Abre los ojos ahora. Despierta de sueño profundo y de tu inercia profunda. Recupera la divinidad perdida. Tu eres Divino. Tu eres Atman. Logra ésto y sé libre.
Este mundo es una gran escuela. Es para tu educación. Sé sabio. Está en el espíritu del Yoga. Utiliza todas las oportunidades para el mayor provecho posible. No hay tal cosa como malo. Tus capacidades y tu fuerza de voluntad se desarrollaran. Recibirás más Luz Divina, Conocimiento, Pureza, Paz y fuerza Espiritual.
Sonríe con las flores y la hierba verde. Saluda a los arbustos, los helechos y las ramillas. Desarrolla amistad con todos los vecinos, perros, gatos, vacas, seres humanos, árboles, de hecho, con todas las creaciones de la naturaleza. Tendrás una vida rica y perfecta.
Abre los ojos ahora. Despierta de sueño profundo y de tu inercia profunda. Recupera la divinidad perdida. Tu eres Divino. Tu eres Atman. Logra ésto y sé libre.
martes, 8 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 2
El día de hoy les presento la interpretación que le da Swami Nirmalananda Giri a los Yamas y Niyamas.
Ahimsa: no-violencia, no-lastimar, inocuidad.
En su comentario de los Yoga Sutras, Vyasa(i) empieza su exposición de ahimsa: “Ahimsa significa que de ninguna manera y en ningún momento se le debe causar daño a cualquier ser viviente.” Shankara amplía esto, dice que ahimsa es “de ninguna manera o forma se debe dañar a cualquier ser.” Esto incluiría daños por palabra o por pensamiento así como el daño efectuado por acción, ya que Shankara agrega: “Ahimsa de debe practicar con toda la capacidad del cuerpo, habla y mente.” Encontramos que Jesus también establece este principio cuando afirma que la ira dirigida contra alguien es una forma de asesinato,(ii) y con la declaración del Discípulo Amada que el odio también es asesinato.(iii)
Incluso la simple comprensión de la ley del karma, la ley de sembrar y cosechar,(iv) nos permite darnos cuentas de las terribles consecuencias del asesinato para el asesino. Como lo explica Vyasa: “El asesino priva a al víctima de su espíritu, la daña con el golpe de un arma, y luego lo arranca de la vida. Debido a que a privado a otro espíritu, el soporte de su propia vida, animado o inanimado, se debilita. Porque ha causado dolor, él mimo experimenta dolor. Porque ha arrancado a otro de la vida, vivirá en una vida en la que a cada momento deseará morir, porque la retribución como dolor se tiene que solucionar, mientras jadea por la muerte.
Ahimsa se interpreta de muchas maneras – lo que es de esperarse ya que el Sánscrito es un idioma el el que abundan muchos significados posibles para una sola palabra. Pero fundamentalmente ahimsa es no causar ningún daño a ningún ser, incluyendo las especies sub-humanas.(v) Para lograr este ideal resulta evidente que la violencia, causar heridas o matar son impensables para el yogui. Y como Vyasa señala de inmediato, todas las otras abstinencias y observancias – yama y niyama – están realmente arraigadas en ahimsa, ya que implican evitar daños tanto a nosotros mismos como a otros ya sea a través de una acción negativa o por descuidar una acción positiva.
“Los otros niyamas y yamas están arraigados en ésto y se practican sólo para llevar ésto a su culminación, sólo para perfeccionar ésto [ahimsa]. Se enseñan sólo como un medio para obtener ésto en su pureza. Porque así se ha dicho: 'Sin importar que tantos votos haya hecho un hombre de Brahman [Dios], sólo en tanto se abstenga de causar daño impulsado por la falsa ilusión, entonces alcanza ahimsa en su pureza'”. Y Shankara explica que Vyasa se refiere a la falsa ilusión que está “arraigada en la violencia y en causar violencia”:
Ahimsa incluye la estricta abstinencia de cualquier forma de daño en acto, palabra o pensamiento. También se debe evitar la violencia, verbal y física. Y ésto incluye cualquier tipo de daño airado o malicioso, o el mal uso de objetos físicos.
Ahimsa es un estado mental del cual el no-herir se originará naturalmente. “Ahimsa realmente denota una actitud y una modalidad de conducta hacia todas las criaturas vivas basada en el reconocimiento de la unidad subyacente de la vida,” así lo declara Taimni el comentarista moderno. Shankara comenta que cuando se observa ahimsa y las otras “La causa para que uno cause daño se hace inoperante.” El ego mismo se hace “inocuo” al ponerse en un estado de no-funcionamiento. Y la meditación la disuelve por completo. Sin embargo, hasta que se establece el estado interior, debemos trabajar hacia atrás desde afuera hacia dentro, y abstenernos de todos los actos que causan daño.
Realmente, no podemos vivir un momento en este mundo sin dañar a innumerables seres. Nuestra simple acción de respirar mata a muchos pequeños organismos y también sucede con cada paso que damos. Para mantener su salud el cuerpo lucha perpetuamente contra gérmenes, bacterias y virus dañinos. Así es que en el sentido final el estado de ahimsa sólo se puede observar perfectamente de manera mental. Sin embargo, estamos obligados a causar el menor daño posible en nuestra vida externa. En su autobiografía Pramhansa Yogananda relata que su guru, Swami Yukteswar Giri, dijo que ahimsa es la ausencia del deseo de causar daño.
Aunque tiene muchas ramificaciones, el aspirante a yogui debe darse cuenta que la observancia de ahimsa debe incluir la estricta abstinencia de comer carne animal en cualquier forma o grado.
Aunque el tema extrañamante se encuentra ausente de todo comentario de los Yoga Sutras que he leído, la práctica del no-daño en relación al yogui mismo es vital. O sea, el yogui no debe hacer nada en pensamiento, palabra o acción que dañe su cuerpo, su mente o su espíritu. Esto necesita muchas abstinencias, particularmente abstenerse de la carne (que incluye pescado y huevos), alcohol, nicotina y cualquier sustancia – o humor – que altere la mente, incluyendo la cafeína. Por otra parte, necesita adoptar cualquier beneficio para el cuerpo, mente y espíritu, ya que su omisión también es una forma de auto-daño, como lo es la no-observancia de cualquier yama o niyama. No es algo simple ser un yogui.
(i)Vyasa fue uno de los sabios más importantes de la India, autor del Mahabharata (que incluye el Bhagavad Gita), los Brahma Sutras, y fue el codificador de los Vedas.
(ii) Mateo 5:21, 22
(iii) Juan 3:15
(iv) “No se engañen, de Dios no se burla, ya que lo que un hombre siembra, eso cosechará.” (Galateos 6:7)
(v) Usualmente ahimsa no se considera en relación con las plantas y la vida mineral, pero ciertamente la destrucción sin sentido de esa vida sería una violación de ahimsa, en parte porque eventualmente también tendría un efecto perjudicial en la vida animal.
Ahimsa: no-violencia, no-lastimar, inocuidad.
En su comentario de los Yoga Sutras, Vyasa(i) empieza su exposición de ahimsa: “Ahimsa significa que de ninguna manera y en ningún momento se le debe causar daño a cualquier ser viviente.” Shankara amplía esto, dice que ahimsa es “de ninguna manera o forma se debe dañar a cualquier ser.” Esto incluiría daños por palabra o por pensamiento así como el daño efectuado por acción, ya que Shankara agrega: “Ahimsa de debe practicar con toda la capacidad del cuerpo, habla y mente.” Encontramos que Jesus también establece este principio cuando afirma que la ira dirigida contra alguien es una forma de asesinato,(ii) y con la declaración del Discípulo Amada que el odio también es asesinato.(iii)
Incluso la simple comprensión de la ley del karma, la ley de sembrar y cosechar,(iv) nos permite darnos cuentas de las terribles consecuencias del asesinato para el asesino. Como lo explica Vyasa: “El asesino priva a al víctima de su espíritu, la daña con el golpe de un arma, y luego lo arranca de la vida. Debido a que a privado a otro espíritu, el soporte de su propia vida, animado o inanimado, se debilita. Porque ha causado dolor, él mimo experimenta dolor. Porque ha arrancado a otro de la vida, vivirá en una vida en la que a cada momento deseará morir, porque la retribución como dolor se tiene que solucionar, mientras jadea por la muerte.
Ahimsa se interpreta de muchas maneras – lo que es de esperarse ya que el Sánscrito es un idioma el el que abundan muchos significados posibles para una sola palabra. Pero fundamentalmente ahimsa es no causar ningún daño a ningún ser, incluyendo las especies sub-humanas.(v) Para lograr este ideal resulta evidente que la violencia, causar heridas o matar son impensables para el yogui. Y como Vyasa señala de inmediato, todas las otras abstinencias y observancias – yama y niyama – están realmente arraigadas en ahimsa, ya que implican evitar daños tanto a nosotros mismos como a otros ya sea a través de una acción negativa o por descuidar una acción positiva.
“Los otros niyamas y yamas están arraigados en ésto y se practican sólo para llevar ésto a su culminación, sólo para perfeccionar ésto [ahimsa]. Se enseñan sólo como un medio para obtener ésto en su pureza. Porque así se ha dicho: 'Sin importar que tantos votos haya hecho un hombre de Brahman [Dios], sólo en tanto se abstenga de causar daño impulsado por la falsa ilusión, entonces alcanza ahimsa en su pureza'”. Y Shankara explica que Vyasa se refiere a la falsa ilusión que está “arraigada en la violencia y en causar violencia”:
Ahimsa incluye la estricta abstinencia de cualquier forma de daño en acto, palabra o pensamiento. También se debe evitar la violencia, verbal y física. Y ésto incluye cualquier tipo de daño airado o malicioso, o el mal uso de objetos físicos.
Ahimsa es un estado mental del cual el no-herir se originará naturalmente. “Ahimsa realmente denota una actitud y una modalidad de conducta hacia todas las criaturas vivas basada en el reconocimiento de la unidad subyacente de la vida,” así lo declara Taimni el comentarista moderno. Shankara comenta que cuando se observa ahimsa y las otras “La causa para que uno cause daño se hace inoperante.” El ego mismo se hace “inocuo” al ponerse en un estado de no-funcionamiento. Y la meditación la disuelve por completo. Sin embargo, hasta que se establece el estado interior, debemos trabajar hacia atrás desde afuera hacia dentro, y abstenernos de todos los actos que causan daño.
Realmente, no podemos vivir un momento en este mundo sin dañar a innumerables seres. Nuestra simple acción de respirar mata a muchos pequeños organismos y también sucede con cada paso que damos. Para mantener su salud el cuerpo lucha perpetuamente contra gérmenes, bacterias y virus dañinos. Así es que en el sentido final el estado de ahimsa sólo se puede observar perfectamente de manera mental. Sin embargo, estamos obligados a causar el menor daño posible en nuestra vida externa. En su autobiografía Pramhansa Yogananda relata que su guru, Swami Yukteswar Giri, dijo que ahimsa es la ausencia del deseo de causar daño.
Aunque tiene muchas ramificaciones, el aspirante a yogui debe darse cuenta que la observancia de ahimsa debe incluir la estricta abstinencia de comer carne animal en cualquier forma o grado.
Aunque el tema extrañamante se encuentra ausente de todo comentario de los Yoga Sutras que he leído, la práctica del no-daño en relación al yogui mismo es vital. O sea, el yogui no debe hacer nada en pensamiento, palabra o acción que dañe su cuerpo, su mente o su espíritu. Esto necesita muchas abstinencias, particularmente abstenerse de la carne (que incluye pescado y huevos), alcohol, nicotina y cualquier sustancia – o humor – que altere la mente, incluyendo la cafeína. Por otra parte, necesita adoptar cualquier beneficio para el cuerpo, mente y espíritu, ya que su omisión también es una forma de auto-daño, como lo es la no-observancia de cualquier yama o niyama. No es algo simple ser un yogui.
(i)Vyasa fue uno de los sabios más importantes de la India, autor del Mahabharata (que incluye el Bhagavad Gita), los Brahma Sutras, y fue el codificador de los Vedas.
(ii) Mateo 5:21, 22
(iii) Juan 3:15
(iv) “No se engañen, de Dios no se burla, ya que lo que un hombre siembra, eso cosechará.” (Galateos 6:7)
(v) Usualmente ahimsa no se considera en relación con las plantas y la vida mineral, pero ciertamente la destrucción sin sentido de esa vida sería una violación de ahimsa, en parte porque eventualmente también tendría un efecto perjudicial en la vida animal.
lunes, 7 de diciembre de 2009
En lo que piensas, en eso te convertirás
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
“En lo que piensa el hombre, en eso se convierte” es una de las más grandiosas leyes de la naturaleza. Piensa que eres puro y en puro te convertirás. Piensa que eres un hombre, y en un hombre te convertirás. Piensa que eres Brahman y en Brahman te convertirás. Convierte en una encarnación de buena naturaleza. Realiza buenas acciones siempre. Sirve. Ama. Da. Observa Brahmacharya y Mouna. Controla la ira. Haz felices a otros. Vive para servir a otros. Sólo entonces disfrutarás la felicidad.
“En lo que piensa el hombre, en eso se convierte” es una de las más grandiosas leyes de la naturaleza. Piensa que eres puro y en puro te convertirás. Piensa que eres un hombre, y en un hombre te convertirás. Piensa que eres Brahman y en Brahman te convertirás. Convierte en una encarnación de buena naturaleza. Realiza buenas acciones siempre. Sirve. Ama. Da. Observa Brahmacharya y Mouna. Controla la ira. Haz felices a otros. Vive para servir a otros. Sólo entonces disfrutarás la felicidad.
domingo, 6 de diciembre de 2009
Fundamentos del Yoga 1
Hace un par de semanas asistí a un curso de Yoga de cuatro días. Es la primera “clase” de Yoga que tomo en más de año y medio de práctica. Todo mi aprendizaje se había limitado a lo que he obtenido en Internet, en videos y a través de lecturas.
El curso resultó ser inmensamente enriquecedor para mí. Me dí cuenta de varias cosas que ya intuía pero de las cuales no me había dado cuenta con plena consciencia.
En primer lugar, aunque la práctica del Yoga es un asunto personal, en tanto que se puede practicar en la soledad, y cuyo objetivo es el auto-conocimiento, también la práctica en grupo es necesaria. Se entra en otra dimensión al meditar en grupo (experiencias que ya había tenido en el grupo de meditación Zen al que asisto), al recitar y cantar mantras en grupo y al practicar las asanas en grupo. Además un maestro o maestra (maestras en este caso) son una invaluable ayuda para corregir las posturas.
Me siento afortunado de haber encontrado a este grupo de maestras dedicadas al Yoga. Al Yoga en toda su extensión. Al Yoga no considerado como un simple ejercicio físico sino al Yoga como una forma de vida, una forma de aprendizaje, una forma de autorealización.
Aprendí además que una de las partes más importantes, si no la más importante de la práctica es la respiración. Realmente pude darme cuenta de que no se respirar, y por lo tanto de ahora en adelante practicaré siempre que pueda los ejercicios de respiración que aprendí.
También de ahora en adelante seguiré asistiendo a las clases de este grupo de maestras, al menos una vez a la semana, con lo que estoy absolutamente seguro de que mi práctica diaria (o casi diaria) en la soledad previa al amanecer se vera enriquecida enormemente por estas prácticas en grupo.
Con respecto a la totalidad que encierra la verdadera práctica del Yoga, me he encontrado varios textos que quiero compartir con ustedes en este viaje de auto-aprendizaje. En los próximos días estaré publicando estos textos de Swamy Nirmalanda Giri en los que habla de los pre-requisitos para la práctica del Yoga como una forma de vida. En ellos explica con una gran claridad lo que significan los preceptos que forman los fundamentos del Yoga, los “Pilares del Yoga” o los “Diez Mandamientos del Yoga” como él los llama.
El texto original está en inglés en la página Atma Jyoti Ashram a la cual pueden acceder haciendo clic en el título de las traducciones que publicaré.
Swami Nirmalananda Giri
Hacia el final de sus comentarios de los Yoga Sutras, Shankara hace una valiosa observación: “No puede haber una lámpara a menos que se unan el aceite, la mecha y una flama”. La idea es que la práctica exitosa del Yoga(i) no es un asunto azaroso o caprichoso. Se deben unir todos los elementos. No debe faltar nada, ni pueden estar separados uno del otro (por ejemplo en la manera que las personas a menudo mantienen una inconsistencia entre sus pensamientos y sus acciones). Cuando están unidos y completos, el éxito es el resultado.
Pre-requisitos para el Yoga.
“El conocimiento(ii) no proviene sólo de la práctica de los métodos del Yoga. La perfección del conocimiento de hecho es sólo para aquellos que empiezan con la práctica de la virtud (dharma(iii)) Sin embargo, sin el Yoga como un medio no se llega al conocimiento. La práctica de los métodos yoguicos no son el medio en sí mismos, sin embargo es sólo con la práctica del Yoga que llega la perfección en el conocimiento. Así es que los maestros dicen: “El Yoga tiene el propósito del conocimiento de la verdad.” Así lo escribió Shankara.
Todas las cosas descansan sobre algo más – o sea, todas las cosas son soportadas por otras. Esto es que se necesita un fundamento para que cualquier cosa exista. Siendo Él Mismo el Soporte Final de todas las cosas, sólo Dios está libre de esta necesidad. El Yoga, entonces, también requiere soporte. Como dice Trevor Legget en su introducción al comentario de Sankara de los Yoga Sutras: “Este es el Yoga presentado para el hombre del mundo, quien primero debe aclarar, y luego afirmar, su mente contra la furia de las pasiones ilusorias, y liberar su vida de los enredos”: Patanjali delinea muy cuidadosamente y completamente los elementos de soporte que necesita el aspirante, ofreciendo información invaluable acerca de como garantizar el éxito en el Yoga.
El primer Yoga Sutra dice: “Ahora la exposición del Yoga,” lo que implica que debe haber algo más que conduce al Yoga en la forma de los desarrollos necesarios de la consciencia y la personalidad. Se pueden considerar estos pre-requisitos como los Pilares del Yoga y se conocen como Yama y Niyama.
Yama y Niyama.
A menudo se les llama a Yama y Niyama como “los Diez Mandamientos del Yoga”. Cada uno de estos “Nos” (Yama) y “Sís” (Niyama) es un Pilar del Yoga que da soporte y libera. Yama significa dominio de uno mismo en el sentido del auto-dominio, o abstención y consiste en cinco elementos. Niymama significa observancias, de las cuales también hay cinco. La siguiente es la lista completa de estos diez Pilares como se da en los Yoga Sutras 2.30-32.
1) Ahimsa: no-violencia, no-lastimar, inocuidad.
2) Satya: veracidad, honestidad.
3) Asteya: no-robar, honestidad, no-apropiación.
4) Brahmacharya: continencia sexual en pensamiento, palabra y acción así como el control de todos los sentidos
5) Aparigraha: no-posesividad, no-avaricia, no-egoísmo, no-adquisición
6) Saucha: pureza, limpieza
7) Santosha: satisfacción, tranquilidad
8) Tapas: austeridad, disciplina espiritual práctica (que produce resultados).
9) Swadhyaya: auto-estudio introspectivo, estudio espiritual.
10) Ishwarapranidhana: ofrecer la vida de uno a Dios.
Todos éstos tratan con los poderes innatos de los seres humanos – o más bien con la abstinencia y la observancia que se desarrollará y liberará esos poderes para ser utilizados hacia nuestra perfección espiritual, hacia nuestra auto-realización y liberación.
Estas diez limitaciones (yama) y observancias (niyama) no son opcionales para el aspirante a yogui – ni tampoco para el yogui más avanzado. Shankara declara con bastante firmeza que “seguir el yama y niyama es la calificación básica para practicar Yoga”. El mero deseo y aspiración para la meta del Yoga no es suficiente, así es que continúa: “La calificación no es simplemente que uno quiera practicar Yoga, ya que el texto sagrado dice: 'Pero aquel que primero no se haya alejado de su maldad, que no sea tranquilo y callado, o cuya mente no esté en reposo, nunca podrá obtener el Yo por el conocimiento(iv)' Y en el texto Atharva: 'Es en aquellos que tienen tapas (disciplina firme) y brahmacharya (castidad) que se establece la verdad(v)' Y en el Gita: 'Firmes en sus votos de brahmacharya(vi)' Asi que yama y niyama son métodos de Yoga” en sí mismos y no son simples adjuntos o ayudas que pueden ser opcionales.
Pero al mismo tiempo, la práctica del Yoga le ayuda al aspirante a yogui a seguir las maneras necesarias de yama y niyama, así es que no se debe desanimar de empezar con el Yoga ahora, pensando que debería esperara hasta que esté “listo” o se “haya limpiado” para practicar el Yoga. No. Debe embarcarse determinadamente en Yama, Niyama y Yoga simultaneamente. El éxito sera suyo.
(i) Dado que los textos clásicos indues sobre el Yoga son la base para este capítulo, se usa siempre la palabra “yoga”. Pero se debe tener en cuenta que la palabra “meditación es igualmente aplicable, ya que en la antigua India yoga y meditación eran sinónimos.
(ii) Jnana: Conocimiento de la Realidad o Brahman, lo Absoluto.
(iii) Dharma es la forma de vida recta.
(iv) Katha Upanishad 1.2.24
(v) Prashna Upanishad 1:15
(vI) Bhagavad Gita 6:14
El curso resultó ser inmensamente enriquecedor para mí. Me dí cuenta de varias cosas que ya intuía pero de las cuales no me había dado cuenta con plena consciencia.
En primer lugar, aunque la práctica del Yoga es un asunto personal, en tanto que se puede practicar en la soledad, y cuyo objetivo es el auto-conocimiento, también la práctica en grupo es necesaria. Se entra en otra dimensión al meditar en grupo (experiencias que ya había tenido en el grupo de meditación Zen al que asisto), al recitar y cantar mantras en grupo y al practicar las asanas en grupo. Además un maestro o maestra (maestras en este caso) son una invaluable ayuda para corregir las posturas.
Me siento afortunado de haber encontrado a este grupo de maestras dedicadas al Yoga. Al Yoga en toda su extensión. Al Yoga no considerado como un simple ejercicio físico sino al Yoga como una forma de vida, una forma de aprendizaje, una forma de autorealización.
Aprendí además que una de las partes más importantes, si no la más importante de la práctica es la respiración. Realmente pude darme cuenta de que no se respirar, y por lo tanto de ahora en adelante practicaré siempre que pueda los ejercicios de respiración que aprendí.
También de ahora en adelante seguiré asistiendo a las clases de este grupo de maestras, al menos una vez a la semana, con lo que estoy absolutamente seguro de que mi práctica diaria (o casi diaria) en la soledad previa al amanecer se vera enriquecida enormemente por estas prácticas en grupo.
Con respecto a la totalidad que encierra la verdadera práctica del Yoga, me he encontrado varios textos que quiero compartir con ustedes en este viaje de auto-aprendizaje. En los próximos días estaré publicando estos textos de Swamy Nirmalanda Giri en los que habla de los pre-requisitos para la práctica del Yoga como una forma de vida. En ellos explica con una gran claridad lo que significan los preceptos que forman los fundamentos del Yoga, los “Pilares del Yoga” o los “Diez Mandamientos del Yoga” como él los llama.
El texto original está en inglés en la página Atma Jyoti Ashram a la cual pueden acceder haciendo clic en el título de las traducciones que publicaré.
Swami Nirmalananda Giri
Hacia el final de sus comentarios de los Yoga Sutras, Shankara hace una valiosa observación: “No puede haber una lámpara a menos que se unan el aceite, la mecha y una flama”. La idea es que la práctica exitosa del Yoga(i) no es un asunto azaroso o caprichoso. Se deben unir todos los elementos. No debe faltar nada, ni pueden estar separados uno del otro (por ejemplo en la manera que las personas a menudo mantienen una inconsistencia entre sus pensamientos y sus acciones). Cuando están unidos y completos, el éxito es el resultado.
Pre-requisitos para el Yoga.
“El conocimiento(ii) no proviene sólo de la práctica de los métodos del Yoga. La perfección del conocimiento de hecho es sólo para aquellos que empiezan con la práctica de la virtud (dharma(iii)) Sin embargo, sin el Yoga como un medio no se llega al conocimiento. La práctica de los métodos yoguicos no son el medio en sí mismos, sin embargo es sólo con la práctica del Yoga que llega la perfección en el conocimiento. Así es que los maestros dicen: “El Yoga tiene el propósito del conocimiento de la verdad.” Así lo escribió Shankara.
Todas las cosas descansan sobre algo más – o sea, todas las cosas son soportadas por otras. Esto es que se necesita un fundamento para que cualquier cosa exista. Siendo Él Mismo el Soporte Final de todas las cosas, sólo Dios está libre de esta necesidad. El Yoga, entonces, también requiere soporte. Como dice Trevor Legget en su introducción al comentario de Sankara de los Yoga Sutras: “Este es el Yoga presentado para el hombre del mundo, quien primero debe aclarar, y luego afirmar, su mente contra la furia de las pasiones ilusorias, y liberar su vida de los enredos”: Patanjali delinea muy cuidadosamente y completamente los elementos de soporte que necesita el aspirante, ofreciendo información invaluable acerca de como garantizar el éxito en el Yoga.
El primer Yoga Sutra dice: “Ahora la exposición del Yoga,” lo que implica que debe haber algo más que conduce al Yoga en la forma de los desarrollos necesarios de la consciencia y la personalidad. Se pueden considerar estos pre-requisitos como los Pilares del Yoga y se conocen como Yama y Niyama.
Yama y Niyama.
A menudo se les llama a Yama y Niyama como “los Diez Mandamientos del Yoga”. Cada uno de estos “Nos” (Yama) y “Sís” (Niyama) es un Pilar del Yoga que da soporte y libera. Yama significa dominio de uno mismo en el sentido del auto-dominio, o abstención y consiste en cinco elementos. Niymama significa observancias, de las cuales también hay cinco. La siguiente es la lista completa de estos diez Pilares como se da en los Yoga Sutras 2.30-32.
1) Ahimsa: no-violencia, no-lastimar, inocuidad.
2) Satya: veracidad, honestidad.
3) Asteya: no-robar, honestidad, no-apropiación.
4) Brahmacharya: continencia sexual en pensamiento, palabra y acción así como el control de todos los sentidos
5) Aparigraha: no-posesividad, no-avaricia, no-egoísmo, no-adquisición
6) Saucha: pureza, limpieza
7) Santosha: satisfacción, tranquilidad
8) Tapas: austeridad, disciplina espiritual práctica (que produce resultados).
9) Swadhyaya: auto-estudio introspectivo, estudio espiritual.
10) Ishwarapranidhana: ofrecer la vida de uno a Dios.
Todos éstos tratan con los poderes innatos de los seres humanos – o más bien con la abstinencia y la observancia que se desarrollará y liberará esos poderes para ser utilizados hacia nuestra perfección espiritual, hacia nuestra auto-realización y liberación.
Estas diez limitaciones (yama) y observancias (niyama) no son opcionales para el aspirante a yogui – ni tampoco para el yogui más avanzado. Shankara declara con bastante firmeza que “seguir el yama y niyama es la calificación básica para practicar Yoga”. El mero deseo y aspiración para la meta del Yoga no es suficiente, así es que continúa: “La calificación no es simplemente que uno quiera practicar Yoga, ya que el texto sagrado dice: 'Pero aquel que primero no se haya alejado de su maldad, que no sea tranquilo y callado, o cuya mente no esté en reposo, nunca podrá obtener el Yo por el conocimiento(iv)' Y en el texto Atharva: 'Es en aquellos que tienen tapas (disciplina firme) y brahmacharya (castidad) que se establece la verdad(v)' Y en el Gita: 'Firmes en sus votos de brahmacharya(vi)' Asi que yama y niyama son métodos de Yoga” en sí mismos y no son simples adjuntos o ayudas que pueden ser opcionales.
Pero al mismo tiempo, la práctica del Yoga le ayuda al aspirante a yogui a seguir las maneras necesarias de yama y niyama, así es que no se debe desanimar de empezar con el Yoga ahora, pensando que debería esperara hasta que esté “listo” o se “haya limpiado” para practicar el Yoga. No. Debe embarcarse determinadamente en Yama, Niyama y Yoga simultaneamente. El éxito sera suyo.
(i) Dado que los textos clásicos indues sobre el Yoga son la base para este capítulo, se usa siempre la palabra “yoga”. Pero se debe tener en cuenta que la palabra “meditación es igualmente aplicable, ya que en la antigua India yoga y meditación eran sinónimos.
(ii) Jnana: Conocimiento de la Realidad o Brahman, lo Absoluto.
(iii) Dharma es la forma de vida recta.
(iv) Katha Upanishad 1.2.24
(v) Prashna Upanishad 1:15
(vI) Bhagavad Gita 6:14
sábado, 5 de diciembre de 2009
Comprender la ley
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Ningún evento puede ocurrir sin una causa positiva y definitiva tras él. Todo sigue la ley de causa y efecto. Esta ley es bastante misteriosa. Esa es la razón por la que el Señor Krishna dice: “Gahana Karmano gatih – Misteriosa es la naturaleza de la acción”. Todas las fuerzas físicas y mentales de la naturaleza obedecen esta gran ley de causa y efecto. La Ley y el que da la Ley son uno.
Tú puedes cambiar tus pensamientos y hábitos y moldear un nuevo carácter. Te puedes convertir en un hombre recto y santo haciendo acciones virtuosas y teniendo pensamientos Divinos.
Cuando alcances en conocimiento del Yo, puedes descansar en tu propio Svarupa. Te puedes hacer idéntico al que da la Ley y entonces la ley de la causa y efecto no operará en ti. Haz conquistado a la naturaleza.
Ningún evento puede ocurrir sin una causa positiva y definitiva tras él. Todo sigue la ley de causa y efecto. Esta ley es bastante misteriosa. Esa es la razón por la que el Señor Krishna dice: “Gahana Karmano gatih – Misteriosa es la naturaleza de la acción”. Todas las fuerzas físicas y mentales de la naturaleza obedecen esta gran ley de causa y efecto. La Ley y el que da la Ley son uno.
Tú puedes cambiar tus pensamientos y hábitos y moldear un nuevo carácter. Te puedes convertir en un hombre recto y santo haciendo acciones virtuosas y teniendo pensamientos Divinos.
Cuando alcances en conocimiento del Yo, puedes descansar en tu propio Svarupa. Te puedes hacer idéntico al que da la Ley y entonces la ley de la causa y efecto no operará en ti. Haz conquistado a la naturaleza.
jueves, 3 de diciembre de 2009
Vida simple y pensamiento elevado
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Desarrolla la fe en los Vedas y en el poder de los Mantras. Practica Japa regular y la meditación todos los día. Ingiere comida Sátvica. No sobrecargues el estómago.
Obedece las leyes de la naturaleza. Haz mucho ejercicio todos los días. Ejecuta los deberes prescritos en el momento designado. Desarrolla una vida simple y un pensamiento elevado. Alcanzaras a Dios en este mismo nacimiento.
¡Que recuerdes los Nombres sagrados del Señor en todo momento y que vivas en un océano de éxtasis y comunión divina! ¡Que prosperes gloriosamente!
Desarrolla la fe en los Vedas y en el poder de los Mantras. Practica Japa regular y la meditación todos los día. Ingiere comida Sátvica. No sobrecargues el estómago.
Obedece las leyes de la naturaleza. Haz mucho ejercicio todos los días. Ejecuta los deberes prescritos en el momento designado. Desarrolla una vida simple y un pensamiento elevado. Alcanzaras a Dios en este mismo nacimiento.
¡Que recuerdes los Nombres sagrados del Señor en todo momento y que vivas en un océano de éxtasis y comunión divina! ¡Que prosperes gloriosamente!
martes, 1 de diciembre de 2009
Mata este pequeño ego.
Pensamientos de Swami Sivananda publicados su libro “Light, Power and Wisdom” en inglés y en el blog Yoga Vidya al cual pueden acceder haciendo clic en el nombre de este artículo.
Así como nubes obscuras ocultan al Sol ardiente, también las nubes del egoísmo y los Vasanas (deseos) ocultan el Jnana Surya (Atman).
Mantén la corriente ininterrumpida de la Meditación. ¡Mata el pequeño ego! Desarrolla el amor puro.
Entrega el fruto de la acción al Señor. Persíguelo para que te otorgue Su Gracia. Beberás el néctar de la inmortalidad.
Despierta del sueño de la ignorancia y el materialismo. Desvía tu atención al servicio desinteresado y venera al Señor. Desarrolla sentimientos de hermandad hacia todos los hombres. Disfrutarás la Paz Suprema.
Así como nubes obscuras ocultan al Sol ardiente, también las nubes del egoísmo y los Vasanas (deseos) ocultan el Jnana Surya (Atman).
Mantén la corriente ininterrumpida de la Meditación. ¡Mata el pequeño ego! Desarrolla el amor puro.
Entrega el fruto de la acción al Señor. Persíguelo para que te otorgue Su Gracia. Beberás el néctar de la inmortalidad.
Despierta del sueño de la ignorancia y el materialismo. Desvía tu atención al servicio desinteresado y venera al Señor. Desarrolla sentimientos de hermandad hacia todos los hombres. Disfrutarás la Paz Suprema.
jueves, 26 de noviembre de 2009
Filosofía de la India II
El siguiente artículo publicado en el blog “Seminarios de Yoga” de Adriana Paoletta el 23 de abril de 2009 nos ofrece otra visión de los conceptos de la filosofía hindú.
1. La filosofía de la India es una especie de teología, pues que viene a ser un comentario o exposición de la doctrina religiosa contenida en sus libros sagrados llamados Vedas. Su Dios es Brahma, la sustancia única; nada existe fuera de ella ni distinto de ella; lo que no es ella no es realidad, es una mera ilusión, un sueño. Por esta ilusión que llaman maya nos parece que hay muchos seres, distintos, obrando los unos sobre los otros; pero en realidad no hay más que uno, principio y término de todo, acción y pasión, o más bien unidad simplicísima, idéntica, de la cual salen esas apariencias de ser, y adonde van a perderse como las gotas del rocío en la inmensidad del Océano. Algunos han creído descubrir en la doctrina de los Vedas un rastro del misterio de la Trinidad, en los tres nombres que dan a Dios: Brahma, Vichnu, Siva. Brahma en cuanto crea, Vichnu en cuanto conserva, Siva en cuanto destruye y renueva las formas de la materia.
2. Uno de los dogmas fundamentales de la religión de la India es la metempsicosis o transmigración de las almas, las cuales, si han obrado bien, reciben por recompensa la íntima unión con Brahma, o más bien la absorción en el ser infinito, y si se han conducido mal, son castigadas pasando a otros cuerpos más groseros.
3. Al parecer, muchos creen encontrar en la doctrina de la India el panteísmo puro; respeto la opinión de estos autores, pero me atrevo a dudar de que esté bastante fundada. Verdad es que el decir que nada existe sino Brahma, y que todo cuanto no es él se reduce a meras ilusiones, parece indicar la doctrina de la sustancia única, que es todo y que se revela bajo distintas formas, meros fenómenos en cuanto se las quiera distinguir del ser en que radican; pero si bien se reflexiona, sería posible que en semejantes expresiones hubiese algo de la nebulosa exageración que distingue a los pueblos orientales, y que la significación genuina no fuese el panteísmo puro, a la manera que se quiere darnos a entender. He aquí las razones en que me fundo.
4. La doctrina de los Vedas nos habla de la sustancia única, alma universal, vida de todo; pero también nos habla de emanaciones sucesivas por las cuales explica la formación del mundo. Nos dice que Brahma, queriendo multiplicarse, creó la luz; que la luz, queriendo multiplicarse, creó las aguas, y que éstas, queriendo también multiplicarse, crearon los elementos terrestres y sólidos. Aquí vemos seres distintos, que no es fácil componer con la unidad absoluta, entendida en un sentido riguroso.
5. La aplicación de la doctrina teológica a los destinos del hombre parece confirmar la misma conjetura. No admitiendo más que una sola sustancia, y asentando que cuanto no es ella no es más que apariencia ilusoria, no se puede sostener la individualidad del espíritu humano, y mucho menos aplicarle premios y castigos. Una simple apariencia, un fenómeno que no encierra nada real, no es susceptible de premio ni de pena. Hemos visto que la doctrina de la India profesa este dogma como fundamental, estableciendo la inmortalidad del alma y señalándole premio o castigo, según haya sido su conducta: luego admite la responsabilidad personal en toda su extensión, y por consiguiente la individualidad de ser responsable. De dos almas, la buena, se une después de la muerte con Brahma, la mala es relegada a un cuerpo más grosero: ¿cómo se concibe esta diferencia en los destinos si no se admite que cada una de ellas es una cosa real, y que son realmente distintas entre sí?
6. Las aplicaciones sociales que se hacen de esta doctrina religiosa también indican multiplicidad. Brahma no produjo todos los hombres iguales; distinguen éstos en cuatro castas: el Brahman, el Kchatriya, el Vaisya y el Sudra. El Brahman es el dueño del todo; Brahma le constituyó sobre todos los demás hombres; y lo que éstos poseen se lo deben a él. Por el contrario, el Sudra nació únicamente para servir a las clases superiores: primero a los Brahmanes, después a los Kchatriya y a los Vaisya. Aquí se nos ofrece no sólo distinción, sino también diferencia entre los individuos de la especie, lo que no es posible conciliar con la unidad absoluta, tomada en sentido riguroso.
El modo con que explican la producción de las castas indica también una distinción incompatible con la unidad. Brahma produjo de su boca al Brahman, de su brazo al Kchatriya, de su muslo al Vaisya y de su pie al Sudra; en lo cual vemos una serie de cosas no sólo distintas, sino diferentes.
7. Se conocen en la India varios sistemas. El Vedanta, llamado así porque tiene por objeto explicar la doctrina de los Vedas: su fundación se atribuye a Vyasa. El Sankhya trata con especialidad del alma y de sus relaciones con el cuerpo y la naturaleza, proponiéndose principalmente señalar los medios conducentes a la felicidad eterna. Admite en el alma tres calidades: bondad, pasión y oscuridad o ignorancia; atributos que considera como comunes a todos los seres, incluso el primero; lo cual no concuerda muy bien con la infinidad que los Vedas reconocen en Brahma. Este sistema tiene dos ramificaciones: la una fundada por Kapila, la otra por Patandjali. El Nyaya se ocupa de la dialéctica, o más bien de los fundamentos de ella, pues que la teoría de la certeza es uno de sus objetos principales: su fundador es Gotama. El sistema de Kanada, que algunos miran como una ramificación del Nyaya, desciende de las teorías sobre la certeza, al método para llegar a ella. Establece seis categorías: sustancia, calidad, acción, general, particular y relativo. Son notables por los puntos de contacto que tienen con las de Aristóteles. Algunos han creído encontrar en la filosofía de la India el verdadero silogismo. También se halla en la doctrina de Kanada el sistema de los átomos, a los que mira como primeros elementos de los cuerpos, bien que les atribuye calidades especiales; así, en este punto, el filósofo de la India tiene cierta semejanza con Demócrito y algunos físicos modernos.
8. La distancia de los tiempos, las dificultades de la lengua, la diversidad de costumbres, las variedades y subdivisiones de las sectas, y otras circunstancias, hacen sumamente arduo el llegar al exacto conocimiento de la filosofía de la India, y mucho más el distinguir con precisión lo que hay en ella de propio y lo que tiene recibido. En esas grandiosas ideas sobre Brahma se nota la huella de las tradiciones primitivas sobre un Dios, ser infinito; en la doctrina de las emanaciones se halla, bien que harto desfigurada, la idea de la creación; siendo digno de observarse que el orden de la producción de la luz, de las aguas y de la tierra, tiene cierta analogía con el de la creación, tal como se la refiere en el primer capítulo del Génesis. En los tres atributos de Brahma será permitido ver un rastro de la idea de la Trinidad, y al notar que al alma se le dan también otros tres, no es infundada la conjetura de que hay en eso una vislumbre de las doctrinas del Génesis, donde se nos dice que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios. Las indicaciones de Platón y otros filósofos griegos sobre el augusto misterio de la Trinidad, manifiestan que esta idea no era del todo desconocida de los paganos; y es creíble que los griegos la habían adquirido en sus viajes por Oriente. «Los progresos hechos en las investigaciones asiáticas —dice Wiseman— han dejado fuera de controversia esta suposición.» El Upnekhat, compilación persa de los Vedas, traducida por Anquetil Duperron, contiene varios pasajes aún más análogos a las doctrinas cristianas que las alusiones de los filósofos griegos. Solamente citaré dos, sacados de los extractos que hizo de esta obra el conde Lanjuinais: «El Verbo del Criador es también el Criador, y el gran hijo del Criador, Sat (es decir, la verdad) es el nombre de Dios, y Trabrat, es decir, tres veces haciendo uno solo.» (Discursos sobre las relaciones que existen entre la ciencia y la religión revelada.)
9. Tocante a los destinos del alma, también se descubren en la filosofía de la India las huellas de las tradiciones primitivas. Por de pronto hallamos la distinción entre el cuerpo y el alma, la inmortalidad de ésta y su premio o castigo después de su vida sobre la tierra. El castigo es la transmisión a un cuerpo más grosero, emblema de abatimiento y abyección; el premio es la íntima unión con Brahma, en lo cual no es difícil reconocer la huella de la visión beatífica que como dogma profesan los cristianos y que fue revelado al hombre desde su creación.
10. Estas ideas, purificadas de los errores con que las deslustra y confunde la filosofía de la India, encierran un fondo de grandor que muestra a las claras su origen. Esas mismas tendencias panteísticas indican la exageración de la idea de lo infinito, que fue depositada en la cuna del linaje humano, y que se ha ido transmitiendo a las sucesivas generaciones. Me parece fácil elevar esta aserción sobre el rango de una mera conjetura. Dos medios tenemos para llegar a una doctrina: la razón o la revelación. En la infancia de la Humanidad, la razón está poco desenvuelta; y la escasez de método de que adolece la filosofía de la India es de ello una prueba concluyente. Toda doctrina que toma por base la unidad, si es hija de procedimientos racionalistas, ha de venir después de largos trabajos filosóficos; pues que el mundo, lejos de presentar a primera vista la unidad, nos ofrece por todas partes multiplicidad y variedad. ¿Por qué, pues, se halla en la cuna de la filosofía no sólo la idea de unidad, sino su exageración? Claro es que esto no puede explicarse sino apelando a un hecho primitivo, y de ningún modo por el método racionalista. Esta observación, fundada en los más severos principios ideológicos, me parece que vuelve contra los enemigos de la verdad las armas que ellos emplean para combatirla. «Cuanto más nos remontamos en la cadena de los siglos, dirán ellos, más arraigada encontramos la idea de la unidad.» Es cierto, responderemos nosotros; lo que prueba que esta grande idea no ha dimanado de ningún método racionalista, sino que ha sido comunicada al primer hombre. Cuando vosotros la convertís en el panteísmo, lejos de progresar en ella la adulteráis; repetís lo que hicieron los pueblos groseros: a la pureza de la verdad primitiva sustituir el caos.
Jaime Balmes
1. La filosofía de la India es una especie de teología, pues que viene a ser un comentario o exposición de la doctrina religiosa contenida en sus libros sagrados llamados Vedas. Su Dios es Brahma, la sustancia única; nada existe fuera de ella ni distinto de ella; lo que no es ella no es realidad, es una mera ilusión, un sueño. Por esta ilusión que llaman maya nos parece que hay muchos seres, distintos, obrando los unos sobre los otros; pero en realidad no hay más que uno, principio y término de todo, acción y pasión, o más bien unidad simplicísima, idéntica, de la cual salen esas apariencias de ser, y adonde van a perderse como las gotas del rocío en la inmensidad del Océano. Algunos han creído descubrir en la doctrina de los Vedas un rastro del misterio de la Trinidad, en los tres nombres que dan a Dios: Brahma, Vichnu, Siva. Brahma en cuanto crea, Vichnu en cuanto conserva, Siva en cuanto destruye y renueva las formas de la materia.
2. Uno de los dogmas fundamentales de la religión de la India es la metempsicosis o transmigración de las almas, las cuales, si han obrado bien, reciben por recompensa la íntima unión con Brahma, o más bien la absorción en el ser infinito, y si se han conducido mal, son castigadas pasando a otros cuerpos más groseros.
3. Al parecer, muchos creen encontrar en la doctrina de la India el panteísmo puro; respeto la opinión de estos autores, pero me atrevo a dudar de que esté bastante fundada. Verdad es que el decir que nada existe sino Brahma, y que todo cuanto no es él se reduce a meras ilusiones, parece indicar la doctrina de la sustancia única, que es todo y que se revela bajo distintas formas, meros fenómenos en cuanto se las quiera distinguir del ser en que radican; pero si bien se reflexiona, sería posible que en semejantes expresiones hubiese algo de la nebulosa exageración que distingue a los pueblos orientales, y que la significación genuina no fuese el panteísmo puro, a la manera que se quiere darnos a entender. He aquí las razones en que me fundo.
4. La doctrina de los Vedas nos habla de la sustancia única, alma universal, vida de todo; pero también nos habla de emanaciones sucesivas por las cuales explica la formación del mundo. Nos dice que Brahma, queriendo multiplicarse, creó la luz; que la luz, queriendo multiplicarse, creó las aguas, y que éstas, queriendo también multiplicarse, crearon los elementos terrestres y sólidos. Aquí vemos seres distintos, que no es fácil componer con la unidad absoluta, entendida en un sentido riguroso.
5. La aplicación de la doctrina teológica a los destinos del hombre parece confirmar la misma conjetura. No admitiendo más que una sola sustancia, y asentando que cuanto no es ella no es más que apariencia ilusoria, no se puede sostener la individualidad del espíritu humano, y mucho menos aplicarle premios y castigos. Una simple apariencia, un fenómeno que no encierra nada real, no es susceptible de premio ni de pena. Hemos visto que la doctrina de la India profesa este dogma como fundamental, estableciendo la inmortalidad del alma y señalándole premio o castigo, según haya sido su conducta: luego admite la responsabilidad personal en toda su extensión, y por consiguiente la individualidad de ser responsable. De dos almas, la buena, se une después de la muerte con Brahma, la mala es relegada a un cuerpo más grosero: ¿cómo se concibe esta diferencia en los destinos si no se admite que cada una de ellas es una cosa real, y que son realmente distintas entre sí?
6. Las aplicaciones sociales que se hacen de esta doctrina religiosa también indican multiplicidad. Brahma no produjo todos los hombres iguales; distinguen éstos en cuatro castas: el Brahman, el Kchatriya, el Vaisya y el Sudra. El Brahman es el dueño del todo; Brahma le constituyó sobre todos los demás hombres; y lo que éstos poseen se lo deben a él. Por el contrario, el Sudra nació únicamente para servir a las clases superiores: primero a los Brahmanes, después a los Kchatriya y a los Vaisya. Aquí se nos ofrece no sólo distinción, sino también diferencia entre los individuos de la especie, lo que no es posible conciliar con la unidad absoluta, tomada en sentido riguroso.
El modo con que explican la producción de las castas indica también una distinción incompatible con la unidad. Brahma produjo de su boca al Brahman, de su brazo al Kchatriya, de su muslo al Vaisya y de su pie al Sudra; en lo cual vemos una serie de cosas no sólo distintas, sino diferentes.
7. Se conocen en la India varios sistemas. El Vedanta, llamado así porque tiene por objeto explicar la doctrina de los Vedas: su fundación se atribuye a Vyasa. El Sankhya trata con especialidad del alma y de sus relaciones con el cuerpo y la naturaleza, proponiéndose principalmente señalar los medios conducentes a la felicidad eterna. Admite en el alma tres calidades: bondad, pasión y oscuridad o ignorancia; atributos que considera como comunes a todos los seres, incluso el primero; lo cual no concuerda muy bien con la infinidad que los Vedas reconocen en Brahma. Este sistema tiene dos ramificaciones: la una fundada por Kapila, la otra por Patandjali. El Nyaya se ocupa de la dialéctica, o más bien de los fundamentos de ella, pues que la teoría de la certeza es uno de sus objetos principales: su fundador es Gotama. El sistema de Kanada, que algunos miran como una ramificación del Nyaya, desciende de las teorías sobre la certeza, al método para llegar a ella. Establece seis categorías: sustancia, calidad, acción, general, particular y relativo. Son notables por los puntos de contacto que tienen con las de Aristóteles. Algunos han creído encontrar en la filosofía de la India el verdadero silogismo. También se halla en la doctrina de Kanada el sistema de los átomos, a los que mira como primeros elementos de los cuerpos, bien que les atribuye calidades especiales; así, en este punto, el filósofo de la India tiene cierta semejanza con Demócrito y algunos físicos modernos.
8. La distancia de los tiempos, las dificultades de la lengua, la diversidad de costumbres, las variedades y subdivisiones de las sectas, y otras circunstancias, hacen sumamente arduo el llegar al exacto conocimiento de la filosofía de la India, y mucho más el distinguir con precisión lo que hay en ella de propio y lo que tiene recibido. En esas grandiosas ideas sobre Brahma se nota la huella de las tradiciones primitivas sobre un Dios, ser infinito; en la doctrina de las emanaciones se halla, bien que harto desfigurada, la idea de la creación; siendo digno de observarse que el orden de la producción de la luz, de las aguas y de la tierra, tiene cierta analogía con el de la creación, tal como se la refiere en el primer capítulo del Génesis. En los tres atributos de Brahma será permitido ver un rastro de la idea de la Trinidad, y al notar que al alma se le dan también otros tres, no es infundada la conjetura de que hay en eso una vislumbre de las doctrinas del Génesis, donde se nos dice que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios. Las indicaciones de Platón y otros filósofos griegos sobre el augusto misterio de la Trinidad, manifiestan que esta idea no era del todo desconocida de los paganos; y es creíble que los griegos la habían adquirido en sus viajes por Oriente. «Los progresos hechos en las investigaciones asiáticas —dice Wiseman— han dejado fuera de controversia esta suposición.» El Upnekhat, compilación persa de los Vedas, traducida por Anquetil Duperron, contiene varios pasajes aún más análogos a las doctrinas cristianas que las alusiones de los filósofos griegos. Solamente citaré dos, sacados de los extractos que hizo de esta obra el conde Lanjuinais: «El Verbo del Criador es también el Criador, y el gran hijo del Criador, Sat (es decir, la verdad) es el nombre de Dios, y Trabrat, es decir, tres veces haciendo uno solo.» (Discursos sobre las relaciones que existen entre la ciencia y la religión revelada.)
9. Tocante a los destinos del alma, también se descubren en la filosofía de la India las huellas de las tradiciones primitivas. Por de pronto hallamos la distinción entre el cuerpo y el alma, la inmortalidad de ésta y su premio o castigo después de su vida sobre la tierra. El castigo es la transmisión a un cuerpo más grosero, emblema de abatimiento y abyección; el premio es la íntima unión con Brahma, en lo cual no es difícil reconocer la huella de la visión beatífica que como dogma profesan los cristianos y que fue revelado al hombre desde su creación.
10. Estas ideas, purificadas de los errores con que las deslustra y confunde la filosofía de la India, encierran un fondo de grandor que muestra a las claras su origen. Esas mismas tendencias panteísticas indican la exageración de la idea de lo infinito, que fue depositada en la cuna del linaje humano, y que se ha ido transmitiendo a las sucesivas generaciones. Me parece fácil elevar esta aserción sobre el rango de una mera conjetura. Dos medios tenemos para llegar a una doctrina: la razón o la revelación. En la infancia de la Humanidad, la razón está poco desenvuelta; y la escasez de método de que adolece la filosofía de la India es de ello una prueba concluyente. Toda doctrina que toma por base la unidad, si es hija de procedimientos racionalistas, ha de venir después de largos trabajos filosóficos; pues que el mundo, lejos de presentar a primera vista la unidad, nos ofrece por todas partes multiplicidad y variedad. ¿Por qué, pues, se halla en la cuna de la filosofía no sólo la idea de unidad, sino su exageración? Claro es que esto no puede explicarse sino apelando a un hecho primitivo, y de ningún modo por el método racionalista. Esta observación, fundada en los más severos principios ideológicos, me parece que vuelve contra los enemigos de la verdad las armas que ellos emplean para combatirla. «Cuanto más nos remontamos en la cadena de los siglos, dirán ellos, más arraigada encontramos la idea de la unidad.» Es cierto, responderemos nosotros; lo que prueba que esta grande idea no ha dimanado de ningún método racionalista, sino que ha sido comunicada al primer hombre. Cuando vosotros la convertís en el panteísmo, lejos de progresar en ella la adulteráis; repetís lo que hicieron los pueblos groseros: a la pureza de la verdad primitiva sustituir el caos.
Jaime Balmes
martes, 24 de noviembre de 2009
Filosofía de la India I
El siguiente artículo publicado en el blog “Seminarios de Yoga” de Adriana Paoletta el 11 de abril de 2009 nos ofrece otra visión de los conceptos de la filosofía hindú y como se ha considerado esta en occidente.
11 de abril de 2009.
Heinrich Zimmer.
Cuando yo era estudiante, generalmente se consideraba que la frase “filosofía india” era contradictoria, una contradictio in adiecto, comparable al absurdo de decir “madera de hierro”. La “filosofía india” era algo sencillamente inexistente como las “calendas griegas” o, como dicen los lógicos hindúes, “los cuernos de la liebre” o “el hijo de una mujer estéril”. De todos los profesores que ocupaban cátedras de filosofía en forma permanente en esa época, había solo un solitario entusiasta, un discípulo de Schopenhauer, el viejo Paul Deussen, que daba regularmente clases sobre la filosofía de la India. Desde luego, los orientalistas, hasta cierto punto, proporcionaban información preparando ediciones de textos, auxiliados acaso por algún discípulo; pero nunca se preocupaban por investigar el problema de si había una “filosofía india”. Todo cuanto encontraban en sus documentos lo interpretaban sobre base filológica, y luego pasaban a la línea siguiente. Entre tanto los profesores de filosofía estaban unánimemente de acuerdo —unos cortésmente, otros sin cortesía— en que la filosofía, en el sentido cabal de la palabra, no existía fuera de Europa. Y, como veremos en seguida, esta actitud no carecía totalmente de justificativo desde el punto de vista técnico.
Pero en esa misma época otro grupo de historiadores elaboraba una concepción mucho más amplia y alentadora de la historia de las ideas y de la evolución del espíritu humano. Su representante más destacado fue Wilhelm Dilthey. Estos hombres sintieron la necesidad de incorporar las filosofías de la India y de la China a las obras que pretendían ser la historia universal del pensamiento humano, aunque ellos mismos fueran incapaces de realizar esta tarea. Sostenían —desde entonces se lo ha admitido en general— que si hemos de aceptar a un pensador como Hobbes en la lista de autores importantes, no podemos desatender a lo que dijo Confucio sobre la educación, la política, el gobierno y la ética. O si Maquiavelo ha de ser tratado como el primer pensador político moderno, algo habrá que decir acerca del sistema hindú que aparece en el Arthashastra (1). Igualmente, si san Agustín, santo Tomás de Aquino y Pascal pueden llamarse filósofos religiosos, entonces no es posible hacer a un lado a los grandes teólogos hindúes como Sânkara y Râmânuja (2) que, con gran despliegue de técnica escolástica, expusieron los fundamentos filosóficos de la teología vedantina ortodoxa. Y tan pronto como se reconoce que Plotino o Meister Eckhart son filósofos, no es posible ignorar a Lao Tse, ni a los maestros del yoga hindú o budista. Y así se fueron añadiendo referencias a la China y a la India en nuestras historias del pensamiento, como notas de pie de página, ojeadas marginales, o capítulos preliminares, que adornaban la historia de la “verdadera” filosofía, que comenzó con los griegos jónicos, Tales, Anaximandro y Heráclito, en los siglos VI y V antes de Cristo(3).
A pesar de la influencia de este punto de vista, aun en los primeros años de este siglo muchos no quisieron conferir al pensamiento hindú el dignificante título de “filosofía”. Sostenían que “filosofía” es un término griego que significa algo único y particularmente noble, nacido entre los griegos y proseguido solo por la civilización occidental. (…) Hegel acuñó ciertas fórmulas aún insuperadas para el estudio de la historia, que han sido corroboradas por el conocimiento más reciente de los hechos y de las fuentes (hoy mucho mayor de lo que era en su época). Aunque sin par en su capacidad intuitiva, desterró a la India y a la China, junto con sus filosofías, de los principales capítulos de su obra, considerando que las hazañas de estas dos civilizaciones casi desconocidas eran una especie de preludio ejecutado antes de que se levantara el telón que ocultaba la “verdadera” historia, que comenzó en el Cercano Oriente, y la “verdadera” filosofía, que era un invento de los griegos. El argumento de Hegel —que sigue siendo el argumento de aquellos a quienes todavía repugna dar el título de “filósofos” a los inmortales pensadores de la India y de la China— es que a los sistemas orientales les falta algo. Comparados con la filosofía occidental, antigua y moderna, lo que evidentemente les falta es el contacto íntimo, renovado y fructífero con las progresistas ciencias naturales: les faltan los métodos críticos cada vez más perfectos y la concepción, cada vez más secular, ateológica, prácticamente antirreligiosa, del hombre y del mundo. Y se pretende que esto basta para restringir la aplicación de la palabra “filosofía” en el sentido que se le da en Occidente.
Hay que admitir que en este punto la Guardia Vieja tiene razón. La filosofía occidental se ha distinguido por su íntima y continua relación con la ciencia racional. Considérese, por ejemplo, el papel de las matemáticas aplicadas en la astronomía, la mecánica y la física griegas, o el planteamiento que pensadores como Aristóteles o Teofrasto hicieron de problemas de zoología y de botánica, metódicamente y sin el oscurecimiento de concepciones teológicas o místicas. Se ha sostenido que el pensamiento indio, en el mejor de los casos, puede compararse no con la gran línea de la filosofía occidental sino solo con el pensamiento cristiano medieval, desde los Padres de la Iglesia hasta santo Tomás de Aquino, cuando la especulación filosófica estaba sometida a los intereses de la fe “revelada” y obligada a desempeñarse como sierva o auxiliar de la teología (ancilla theologiae), sin permitírsele desafiar o analizar los fundamentos dogmáticos establecidos e interpretados por los decretos de los papas y mantenidos mediante la persecución de todos los herejes y librepensadores. La filosofía griega, y luego también la filosofía moderna —tal como la representan Giordano Bruno (que murió en la hoguera) y Descartes— invariablemente ha dejado tras de sí una estela revolucionaria, produciendo en forma creciente y radical una liberación del pensamiento capturado por el tradicionalismo religioso. Ya a mediados del siglo V a. C., Anaxágoras fue desterrado de Atenas por declarar que el Sol no era el dios solar Helios sino una esfera celeste incandescente. Entre los crímenes imputados a Sócrates, por los que tuvo que beber la cicuta, figuraba el de falta de fe en la religión establecida, es decir en las divinidades tutelares de Atenas. Y desde los días de Bruno y Galileo en adelante, las ciencias y la filosofía modernas han alcanzado su actual madurez solo batallando a cada paso contra las doctrinas del hombre y de la naturaleza tradicionalmente establecidas por la Iglesia. Nada comparable, o por lo menos nada de magnitud tan revolucionaria y explosiva, se ha manifestado jamás en Oriente.
(…)
Por otra parte, existe una actitud de reverente tradicionalismo, notable en la mayoría de los grandes documentos del pensamiento oriental, una disposición a someterse a las autorizadas declaraciones de los maestros inspirados que pretenden haber tenido contacto directo con la verdad trascendental. Esta característica sería indicio de una incorregible preferencia por la visión, la intuición y la experiencia metafísica antes que por el experimento, el trabajo de laboratorio y la reducción de los datos de los sentidos a fórmulas matemáticas exactas. Nunca hubo en la India tan estrecha afinidad entre la ciencia natural y la filosofía que permitiera una importante fecundación recíproca. No hay nada en la física, la botánica o la zoología hindú que pueda compararse con los grandes descubrimientos de Aristóteles, Teofrasto, Eratóstenes y los científicos de la Alejandría helenística. El pensamiento de la India no ha sido influido por las críticas, los nuevos materiales y las sugerencias que los pensadores occidentales han estado recibiendo continuamente de fuentes científicas.
(…)
Bajo el influjo de los grandes descubrimientos de nuestros laboratorios, la filosofía moderna ha reformado por completo su concepción de los problemas. Sin el desarrollo de la matemática, la física y la astronomía, sin la obra de Galileo, Torricelli y sus contemporáneos, nunca se hubiera descubierto la nueva manera de pensar cuyos representantes son Descartes y Spinoza. Spinoza se ganaba la vida como óptico, fabricando lentes, moderno instrumento de avanzada para las ciencias más recientes. La obra múltiple de Leibniz muestra con la mayor claridad la estrecha relación o, más bien, la fusión de la matemática y la física con la filosofía del siglo XVII. Y no es posible estudiar a Kant sin tomar en cuenta a Newton.
Durante el siglo XIX, la contrapartida de la ciencia fueron las filosofías positivistas y empiristas de Comte, Mill y Spencer. En realidad, todo el curso del pensamiento occidental en la Edad Moderna ha sido fijado por el progreso incesante y pacificador de las ciencias racionales, secularizadas, desde los días de Francis Bacon y el surgimiento de la Nueva Ciencia, hasta el momento actual, en que las vertiginosas teorías de Einstein, Heisenberg,
Planck, Eddington y Dirac sobre la estructura del átomo y del universo han proyectado nuevas tareas no solo para los filósofos de hoy sino para los de generaciones futuras.
Nada similar encontraremos en la historia de la India, aunque en la Antigüedad clásica existe una situación análoga desde Tales a Demócrito, y desde Platón y Aristóteles a Lucrecio. No pocos presocráticos se distinguieron en matemática, física y astronomía tanto como en la especulación filosófica. Tales se hizo más famoso prediciendo matemáticamente un eclipse de sol que declarando a sus contemporáneos que el agua es el elemento primario de todo el universo, idea que había sido común a varias mitologías anteriores. Del mismo modo, Pitágoras ganó celebridad como descubridor de ciertos principios básicos de la acústica.
Aristóteles dice que los pitagóricos “se aplicaron al estudio de la matemática y fueron los primeros en hacer prosperar esa ciencia (4)“. Considerando los principios del número como los primeros principios de todas las cosas existentes Pitágoras descubrió experimentalmente que los intervalos musicales dependen de ciertas proporciones aritméticas entre las longitudes de las cuerdas en la misma tensión, y aplicó este descubrimiento de las leyes de la armonía a la interpretación de toda la estructura del cosmos. Así en la antigua Grecia como en la Europa actual, la especulación filosófica acerca de la estructura y de las fuerzas del universo, la naturaleza de las cosas y el carácter esencial del hombre, en gran medida ha sido influida por el espíritu de la investigación científica, cuyo resultado es la disolución de las ideas arcaicas, tradicionalmente establecidas por la mitología y la teología, acerca del hombre y el mundo.
(…)
Por el contrario, la filosofía india se ha mantenido tradicional. Auxiliada y renovada no por el experimento externo sino por las experiencias íntimas de la práctica del Yoga, no ha destruido las creencias heredadas sino que las ha interpretado, y a su vez ha sido interpretada y corregida por las fuerzas de la religión. En la India, la filosofía y la religión difieren en ciertos puntos; pero no ha habido nunca un ataque total y disolvente, por parte de los representantes de la pura crítica, contra el baluarte inmemorial de las ciencias populares. Al final, ambas instituciones se han reforzado recíprocamente, de modo que en cada una de ellas pueden encontrarse características que en Europa atribuiríamos solo a su opuesta. De aquí que no carecieran de justificación los profesores de nuestras universidades que por tanto tiempo se negaron a dar el título griego y occidental de “filosofía” al pensamiento indio en torno a los problemas humanos de siempre. Sin embargo —y espero mostrarlo— existe y ha existido en la India algo que realmente es filosofía: una aventura tan osada y asombrosa como la más arriesgada que haya emprendido el mundo occidental. Solo que surge de una situación y una cultura orientales, apunta a fines relativamente extraños al espíritu de las universidades modernas y se sirve de otros métodos: los fines o metas que inspiraron a Plotino, Escoto Erígena y Meister Eckhart, así como las especulaciones de alto vuelo de presocráticos como Parménides, Empédocles, Pitágoras y Heráclito.
(1) Infra, págs. 37-40 y 78-118.
(2) Infra, págs. 326 y sigs.; 358, 359.
(3)Georg Misch, discípulo de Dilthey y compilador de sus copiosos manuscritos póstumos, y que ahora [1942] se encuentra en Cambridge, Inglaterra, ha comparado los pasos y etapas de la filosofía griega durante el período anterior a Platón con desenvolvimientos paralelos en la historia china e india. Misch ha reunido textos de cada una de estas tres tradiciones, en los cuales se tratan problemas similares, y los ha presentado en una serie de traducciones selectas, junto con comentarios. (Georg Misch, Der Weg in der Philosophie, Leipzig 1926). [Hay ed. alemana posterior, ampliada, y traducción inglesa, parcialmente reelaborada sobre la segunda edición alemana. (N. del T.)].
(4) Aristóteles, Metafísica, 1, 985 b 24.
De: Heinrich Zimmer, Filosofías de la India, pp. 27-32, Eudeba, Bs. As.
Heinrich Zimmer nació en Alemania en 1890. Estudió Sánscrito y Lingüística en la Universidad de Berlín, donde se graduó en 1913. En Heidelberg ejerció más tarde la dirección en Filología India, y escribió ahí importantes trabajos en su área. En 1938 quedó cesante por orden del régimen nazi y emigró primero a Londres, enseñando en Balliol Collegue, Oxford, y en 1942 a New Cork, en la Universidad de Columbia, falleciendo en 1943, cuando se hallaba en el punto más alto de su trayectoria intelectual. Entre sus métodos figura el estudio de las imágenes religiosas como vía de transformación psíquica interior. Su profundo y vasto conocimiento de la mitología hindú y de la filosofía india en general, especialmente de los aportes puránicos y tántricos, le produjo valiosos reconocimientos por contemporáneos y posteriores, tales como Joseph Campbell y el propio Carl Gustav Jung. Es autor entre otras obras de Mitos y Símbolos, y El Rey y el Cadáver (cuentos, mitos y leyendas sobre la recuperación de la integridad humana), siendo esta última y Filosofías de la India preparadas para su publicación por Jopseph Campbell, a partir de las extensas anotaciones dejadas a su muerte por Zimmer.
11 de abril de 2009.
Heinrich Zimmer.
Cuando yo era estudiante, generalmente se consideraba que la frase “filosofía india” era contradictoria, una contradictio in adiecto, comparable al absurdo de decir “madera de hierro”. La “filosofía india” era algo sencillamente inexistente como las “calendas griegas” o, como dicen los lógicos hindúes, “los cuernos de la liebre” o “el hijo de una mujer estéril”. De todos los profesores que ocupaban cátedras de filosofía en forma permanente en esa época, había solo un solitario entusiasta, un discípulo de Schopenhauer, el viejo Paul Deussen, que daba regularmente clases sobre la filosofía de la India. Desde luego, los orientalistas, hasta cierto punto, proporcionaban información preparando ediciones de textos, auxiliados acaso por algún discípulo; pero nunca se preocupaban por investigar el problema de si había una “filosofía india”. Todo cuanto encontraban en sus documentos lo interpretaban sobre base filológica, y luego pasaban a la línea siguiente. Entre tanto los profesores de filosofía estaban unánimemente de acuerdo —unos cortésmente, otros sin cortesía— en que la filosofía, en el sentido cabal de la palabra, no existía fuera de Europa. Y, como veremos en seguida, esta actitud no carecía totalmente de justificativo desde el punto de vista técnico.
Pero en esa misma época otro grupo de historiadores elaboraba una concepción mucho más amplia y alentadora de la historia de las ideas y de la evolución del espíritu humano. Su representante más destacado fue Wilhelm Dilthey. Estos hombres sintieron la necesidad de incorporar las filosofías de la India y de la China a las obras que pretendían ser la historia universal del pensamiento humano, aunque ellos mismos fueran incapaces de realizar esta tarea. Sostenían —desde entonces se lo ha admitido en general— que si hemos de aceptar a un pensador como Hobbes en la lista de autores importantes, no podemos desatender a lo que dijo Confucio sobre la educación, la política, el gobierno y la ética. O si Maquiavelo ha de ser tratado como el primer pensador político moderno, algo habrá que decir acerca del sistema hindú que aparece en el Arthashastra (1). Igualmente, si san Agustín, santo Tomás de Aquino y Pascal pueden llamarse filósofos religiosos, entonces no es posible hacer a un lado a los grandes teólogos hindúes como Sânkara y Râmânuja (2) que, con gran despliegue de técnica escolástica, expusieron los fundamentos filosóficos de la teología vedantina ortodoxa. Y tan pronto como se reconoce que Plotino o Meister Eckhart son filósofos, no es posible ignorar a Lao Tse, ni a los maestros del yoga hindú o budista. Y así se fueron añadiendo referencias a la China y a la India en nuestras historias del pensamiento, como notas de pie de página, ojeadas marginales, o capítulos preliminares, que adornaban la historia de la “verdadera” filosofía, que comenzó con los griegos jónicos, Tales, Anaximandro y Heráclito, en los siglos VI y V antes de Cristo(3).
A pesar de la influencia de este punto de vista, aun en los primeros años de este siglo muchos no quisieron conferir al pensamiento hindú el dignificante título de “filosofía”. Sostenían que “filosofía” es un término griego que significa algo único y particularmente noble, nacido entre los griegos y proseguido solo por la civilización occidental. (…) Hegel acuñó ciertas fórmulas aún insuperadas para el estudio de la historia, que han sido corroboradas por el conocimiento más reciente de los hechos y de las fuentes (hoy mucho mayor de lo que era en su época). Aunque sin par en su capacidad intuitiva, desterró a la India y a la China, junto con sus filosofías, de los principales capítulos de su obra, considerando que las hazañas de estas dos civilizaciones casi desconocidas eran una especie de preludio ejecutado antes de que se levantara el telón que ocultaba la “verdadera” historia, que comenzó en el Cercano Oriente, y la “verdadera” filosofía, que era un invento de los griegos. El argumento de Hegel —que sigue siendo el argumento de aquellos a quienes todavía repugna dar el título de “filósofos” a los inmortales pensadores de la India y de la China— es que a los sistemas orientales les falta algo. Comparados con la filosofía occidental, antigua y moderna, lo que evidentemente les falta es el contacto íntimo, renovado y fructífero con las progresistas ciencias naturales: les faltan los métodos críticos cada vez más perfectos y la concepción, cada vez más secular, ateológica, prácticamente antirreligiosa, del hombre y del mundo. Y se pretende que esto basta para restringir la aplicación de la palabra “filosofía” en el sentido que se le da en Occidente.
Hay que admitir que en este punto la Guardia Vieja tiene razón. La filosofía occidental se ha distinguido por su íntima y continua relación con la ciencia racional. Considérese, por ejemplo, el papel de las matemáticas aplicadas en la astronomía, la mecánica y la física griegas, o el planteamiento que pensadores como Aristóteles o Teofrasto hicieron de problemas de zoología y de botánica, metódicamente y sin el oscurecimiento de concepciones teológicas o místicas. Se ha sostenido que el pensamiento indio, en el mejor de los casos, puede compararse no con la gran línea de la filosofía occidental sino solo con el pensamiento cristiano medieval, desde los Padres de la Iglesia hasta santo Tomás de Aquino, cuando la especulación filosófica estaba sometida a los intereses de la fe “revelada” y obligada a desempeñarse como sierva o auxiliar de la teología (ancilla theologiae), sin permitírsele desafiar o analizar los fundamentos dogmáticos establecidos e interpretados por los decretos de los papas y mantenidos mediante la persecución de todos los herejes y librepensadores. La filosofía griega, y luego también la filosofía moderna —tal como la representan Giordano Bruno (que murió en la hoguera) y Descartes— invariablemente ha dejado tras de sí una estela revolucionaria, produciendo en forma creciente y radical una liberación del pensamiento capturado por el tradicionalismo religioso. Ya a mediados del siglo V a. C., Anaxágoras fue desterrado de Atenas por declarar que el Sol no era el dios solar Helios sino una esfera celeste incandescente. Entre los crímenes imputados a Sócrates, por los que tuvo que beber la cicuta, figuraba el de falta de fe en la religión establecida, es decir en las divinidades tutelares de Atenas. Y desde los días de Bruno y Galileo en adelante, las ciencias y la filosofía modernas han alcanzado su actual madurez solo batallando a cada paso contra las doctrinas del hombre y de la naturaleza tradicionalmente establecidas por la Iglesia. Nada comparable, o por lo menos nada de magnitud tan revolucionaria y explosiva, se ha manifestado jamás en Oriente.
(…)
Por otra parte, existe una actitud de reverente tradicionalismo, notable en la mayoría de los grandes documentos del pensamiento oriental, una disposición a someterse a las autorizadas declaraciones de los maestros inspirados que pretenden haber tenido contacto directo con la verdad trascendental. Esta característica sería indicio de una incorregible preferencia por la visión, la intuición y la experiencia metafísica antes que por el experimento, el trabajo de laboratorio y la reducción de los datos de los sentidos a fórmulas matemáticas exactas. Nunca hubo en la India tan estrecha afinidad entre la ciencia natural y la filosofía que permitiera una importante fecundación recíproca. No hay nada en la física, la botánica o la zoología hindú que pueda compararse con los grandes descubrimientos de Aristóteles, Teofrasto, Eratóstenes y los científicos de la Alejandría helenística. El pensamiento de la India no ha sido influido por las críticas, los nuevos materiales y las sugerencias que los pensadores occidentales han estado recibiendo continuamente de fuentes científicas.
(…)
Bajo el influjo de los grandes descubrimientos de nuestros laboratorios, la filosofía moderna ha reformado por completo su concepción de los problemas. Sin el desarrollo de la matemática, la física y la astronomía, sin la obra de Galileo, Torricelli y sus contemporáneos, nunca se hubiera descubierto la nueva manera de pensar cuyos representantes son Descartes y Spinoza. Spinoza se ganaba la vida como óptico, fabricando lentes, moderno instrumento de avanzada para las ciencias más recientes. La obra múltiple de Leibniz muestra con la mayor claridad la estrecha relación o, más bien, la fusión de la matemática y la física con la filosofía del siglo XVII. Y no es posible estudiar a Kant sin tomar en cuenta a Newton.
Durante el siglo XIX, la contrapartida de la ciencia fueron las filosofías positivistas y empiristas de Comte, Mill y Spencer. En realidad, todo el curso del pensamiento occidental en la Edad Moderna ha sido fijado por el progreso incesante y pacificador de las ciencias racionales, secularizadas, desde los días de Francis Bacon y el surgimiento de la Nueva Ciencia, hasta el momento actual, en que las vertiginosas teorías de Einstein, Heisenberg,
Planck, Eddington y Dirac sobre la estructura del átomo y del universo han proyectado nuevas tareas no solo para los filósofos de hoy sino para los de generaciones futuras.
Nada similar encontraremos en la historia de la India, aunque en la Antigüedad clásica existe una situación análoga desde Tales a Demócrito, y desde Platón y Aristóteles a Lucrecio. No pocos presocráticos se distinguieron en matemática, física y astronomía tanto como en la especulación filosófica. Tales se hizo más famoso prediciendo matemáticamente un eclipse de sol que declarando a sus contemporáneos que el agua es el elemento primario de todo el universo, idea que había sido común a varias mitologías anteriores. Del mismo modo, Pitágoras ganó celebridad como descubridor de ciertos principios básicos de la acústica.
Aristóteles dice que los pitagóricos “se aplicaron al estudio de la matemática y fueron los primeros en hacer prosperar esa ciencia (4)“. Considerando los principios del número como los primeros principios de todas las cosas existentes Pitágoras descubrió experimentalmente que los intervalos musicales dependen de ciertas proporciones aritméticas entre las longitudes de las cuerdas en la misma tensión, y aplicó este descubrimiento de las leyes de la armonía a la interpretación de toda la estructura del cosmos. Así en la antigua Grecia como en la Europa actual, la especulación filosófica acerca de la estructura y de las fuerzas del universo, la naturaleza de las cosas y el carácter esencial del hombre, en gran medida ha sido influida por el espíritu de la investigación científica, cuyo resultado es la disolución de las ideas arcaicas, tradicionalmente establecidas por la mitología y la teología, acerca del hombre y el mundo.
(…)
Por el contrario, la filosofía india se ha mantenido tradicional. Auxiliada y renovada no por el experimento externo sino por las experiencias íntimas de la práctica del Yoga, no ha destruido las creencias heredadas sino que las ha interpretado, y a su vez ha sido interpretada y corregida por las fuerzas de la religión. En la India, la filosofía y la religión difieren en ciertos puntos; pero no ha habido nunca un ataque total y disolvente, por parte de los representantes de la pura crítica, contra el baluarte inmemorial de las ciencias populares. Al final, ambas instituciones se han reforzado recíprocamente, de modo que en cada una de ellas pueden encontrarse características que en Europa atribuiríamos solo a su opuesta. De aquí que no carecieran de justificación los profesores de nuestras universidades que por tanto tiempo se negaron a dar el título griego y occidental de “filosofía” al pensamiento indio en torno a los problemas humanos de siempre. Sin embargo —y espero mostrarlo— existe y ha existido en la India algo que realmente es filosofía: una aventura tan osada y asombrosa como la más arriesgada que haya emprendido el mundo occidental. Solo que surge de una situación y una cultura orientales, apunta a fines relativamente extraños al espíritu de las universidades modernas y se sirve de otros métodos: los fines o metas que inspiraron a Plotino, Escoto Erígena y Meister Eckhart, así como las especulaciones de alto vuelo de presocráticos como Parménides, Empédocles, Pitágoras y Heráclito.
(1) Infra, págs. 37-40 y 78-118.
(2) Infra, págs. 326 y sigs.; 358, 359.
(3)Georg Misch, discípulo de Dilthey y compilador de sus copiosos manuscritos póstumos, y que ahora [1942] se encuentra en Cambridge, Inglaterra, ha comparado los pasos y etapas de la filosofía griega durante el período anterior a Platón con desenvolvimientos paralelos en la historia china e india. Misch ha reunido textos de cada una de estas tres tradiciones, en los cuales se tratan problemas similares, y los ha presentado en una serie de traducciones selectas, junto con comentarios. (Georg Misch, Der Weg in der Philosophie, Leipzig 1926). [Hay ed. alemana posterior, ampliada, y traducción inglesa, parcialmente reelaborada sobre la segunda edición alemana. (N. del T.)].
(4) Aristóteles, Metafísica, 1, 985 b 24.
De: Heinrich Zimmer, Filosofías de la India, pp. 27-32, Eudeba, Bs. As.
Heinrich Zimmer nació en Alemania en 1890. Estudió Sánscrito y Lingüística en la Universidad de Berlín, donde se graduó en 1913. En Heidelberg ejerció más tarde la dirección en Filología India, y escribió ahí importantes trabajos en su área. En 1938 quedó cesante por orden del régimen nazi y emigró primero a Londres, enseñando en Balliol Collegue, Oxford, y en 1942 a New Cork, en la Universidad de Columbia, falleciendo en 1943, cuando se hallaba en el punto más alto de su trayectoria intelectual. Entre sus métodos figura el estudio de las imágenes religiosas como vía de transformación psíquica interior. Su profundo y vasto conocimiento de la mitología hindú y de la filosofía india en general, especialmente de los aportes puránicos y tántricos, le produjo valiosos reconocimientos por contemporáneos y posteriores, tales como Joseph Campbell y el propio Carl Gustav Jung. Es autor entre otras obras de Mitos y Símbolos, y El Rey y el Cadáver (cuentos, mitos y leyendas sobre la recuperación de la integridad humana), siendo esta última y Filosofías de la India preparadas para su publicación por Jopseph Campbell, a partir de las extensas anotaciones dejadas a su muerte por Zimmer.
domingo, 22 de noviembre de 2009
El hombre más feliz de la tierra.
Mucho se ha escrito acerca de Mattieu Ricard, “El hobre más feliz de la tierra”, pero considero que el siguiente artículo publicado en el blog “Yoga, Aprender por el cuerpo” de Adriana Paoletta el 2 de noviembre de 2009 hace un buen resumen de la historia de este hombre.
«¿Acaso quieres vivir una vida en la que tu felicidad dependa de otras personas?».
Es más feliz que usted, seguro. Mucho más. Matthieu Ricard obtuvo una nota inalcanzable en un estudio sobre el cerebro realizado por la Universidad de Wisconsin (EEUU). Los especialistas en neurociencia afectiva le nombraron «el hombre más feliz de la Tierra». A sus 61 años, quien hoy es asesor personal del Dalai Lama tiene una vida digna de un guión de cine. Biólogo molecular, hijo de un filósofo ateo, dejó su carrera por abrazar al budismo.
¿Una bonita casa en la playa? Matthieu Ricard prefiere el monasterio apartado de toda civilización donde vive, en las montañas de Nepal. ¿Una cuenta bancaria boyante? Ha entregado todo el dinero de las ventas de sus libros a la caridad. ¿Quizá un matrimonio bien avenido o una excitante vida sexual? Tampoco: a los 30 años decidió acogerse al celibato y dice cumplirlo sin descuidos. En realidad, Matthieu Ricard carece de todas las cosas que los demás perseguimos con el convencimiento de que nos harán un poco más felices. Y sin embargo, este francés de 61 años, biólogo molecular hasta que decidió dejarlo todo y seguir el camino de Buda, es más feliz que usted y yo. Mucho más feliz. El más feliz.
Científicos de la Universidad de Wisconsin llevan años estudiando el cerebro del asesor personal del Dalai Lama dentro de un proyecto en el que la cabeza de Ricard ha sido sometida a constantes resonancias magnéticas nucleares, en sesiones de hasta tres horas de duración. Su cerebro fue conectado a 256 sensores para detectar su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción y así con decenas de sensaciones diferentes.
Los resultados fueron comparados con los obtenidos en cientos de voluntarios cuya felicidad fue clasificada en niveles que iban del 0.3 (muy infeliz) a -0.3 (muy feliz). Matthieu Ricard logró -0.45, desbordando los límites previstos en el estudio, superando todos los registros anteriores y ganándose un título –«el hombre más feliz de la tierra»– que él mismo no termina de aceptar. ¿Está también la modestia ligada a la felicidad? El monje prefiere limitarse a resaltar que efectivamente la cantidad de «emociones positivas» que produce su cerebro está «muy lejos de los parámetros normales».
El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su tiempo en la contemplación y que carece de bienes materiales es capaz de alcanzar la dicha absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en un trabajo mejor, un coche más grande o una pareja más estupenda?
Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que la mente es un órgano en constante evolución y, por lo tanto, moldeable. «La plasticidad de la mente», en palabras del científico estadounidense, cuyo estudio es el quinto más consultado por la comunidad investigadora internacional.
Los científicos han logrado probar que la corteza cerebral izquierda concentra las sensaciones placenteras, mientras el lado derecho recoge aquellas que motivan depresión, ansiedad o miedo. «La relación entre el córtex izquierdo y el derecho del cerebro puede ser medida y la relación entre ambas sirve para representar el temperamento de una persona», asegura Ricard, que durante sus resonancias magnéticas mostró una actividad inusual en su lado izquierdo.
Los neurocientíficos americanos no creen que sea casualidad que durante los estudios llevados a cabo por Davidson los mayores registros de felicidad fueran detectados siempre en monjes budistas que practican la meditación diariamente. Ricard lo explica en la capacidad de los religiosos de explotar esa «plasticidad cerebral» para alejar los pensamientos negativos y concentrarse sólo en los positivos.
La idea detrás de ese concepto es que la felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y, lo que es más improbable, alcanzar definitivamente y sin condiciones.
Lograr el objetivo de la dicha no es fácil. Ricard ha escrito una decena de libros –estos días combina sus retiros espirituales con la promoción de su obra Happiness en el mundo anglosajón– y cientos de artículos tratando de mostrar el camino y, aunque la mayoría de sus obras se han convertido en éxitos editoriales, el propio autor descarta que su lectura garantice el éxito. Al igual que un logro en atletismo o en la vida laboral, el cambio sólo es posible con esfuerzo y tenacidad, pero Ricard asegura que todo habrá merecido la pena una vez se alcanza el estado de éxtasis mental que logran los elegidos. En su Defensa de la felicidad (Urano), la traducción de su último libro publicado en España, el monje explica cómo nuestra vida puede ser transformada incluso a través de variaciones mínimas en la manera en que manejamos nuestros pensamientos y «percibimos el mundo que nos rodea».
Es un viaje hacia el interior de uno mismo que Matthieu Ricard recorrió contra todo pronóstico. Nacido en París en 1946, el «monje feliz», como se le conoce en todo el mundo, creció en un ambiente ilustrado. Su padre, Jean-François Revel, fue un reconocido escritor, filósofo y miembro de la Academia Francesa que reúne a la elite intelectual del país galo. Su madre dedicó gran parte de su vida profesional a la pintura surrealista y tuvo un gran éxito antes de convertirse también ella en monja budista. Ricard vivió en su juventud los excesos propios del París de los años 60 y tras terminar sus estudios de secundaria se decidió por las ciencias. Hizo su doctorado en genética celular en el Instituto Pasteur de París y trabajó con el premio Nobel de medicina François Jacob. Parecía destinado a convertirse en uno de los grandes investigadores del campo de la biología cuando le dio a su padre el disgusto de su vida.
El estudio de textos budistas desencadenó una llamada espiritual que le llevó a dejarlo todo. Decidió que el laboratorio no era lo suyo y partió hacia el Himalaya para hacerse discípulo de Kangyur Rinpoche, un histórico maestro tibetano de la tradición Nyingma, la más ancestral escuela del budismo. Era 1972 y las próximas tres décadas de este francés de carácter suave y cultura exquisita –el único europeo que lee, habla y traduce el tibetano clásico– iban a ser dignas del mejor guión de una película.
Tras estudiar con los grandes maestros del budismo, pasar meses en retiros y recorrer los pueblos del Himalaya, conoció al Dalai Lama y en 1989 se convirtió en uno de sus principales asesores y en su traductor al francés. Su posición como mano derecha del Señor de la Compasión le ha convertido en la figura budista occidental más influyente del mundo y llevaron al gobierno francés a concederle la Orden Nacional Francesa.
La vida elegida por Ricard le enfrentó a los ideales en los que se había formado y al ateísmo de su padre. Ambos decidieron discutir sus diferencias en El monje y el fisólofo, un diálogo que sólo en Francia vendió 500.000 copias y en el que la búsqueda de la felicidad está presente en cada capítulo. «Tenía muchas esperanzas en su futuro profesional y me parecía una lástima que abandonara [su carrera científica]. Después me di cuenta de que había transferido su espíritu científico al estudio del budismo», decía el padre antes de morir, una vez hubo aceptado la elección de Matthieu.
La idea de Ricard de ofrecerse para los estudios de la mente que llevaba a cabo la Universidad de Wisconsin estuvo influenciada por el propio Dalai Lama, que durante años ha colaborado con científicos occidentales, facilitando el análisis cerebral de los monjes y su capacidad de aislar la mente durante las sesiones de meditación.
Uno de los aspectos que más ha fascinado a los investigadores es la capacidad de los monjes de suprimir sentimientos que hasta ahora creíamos inevitables en la condición humana: el enfado, el odio o la avaricia.
El estudio de sus cerebros demuestra una capacidad extraordinaria para controlar sus impulsos basados en el principio de que Buda no prometió a sus seguidores la salvación en el cielo, sólo el final de sus sufrimientos en la tierra si lograban controlar sus deseos.
Para muchos ese ha sido uno de los puntos flacos del budismo: la limitación de las ambiciones personales y la pasividad.
Ricard suele acudir a una anécdota del Dalai Lama para negar que el control de los impulsos negativos sea igual a pasividad o falta de respuesta, por ejemplo ante un crimen o un genocidio. «Alguien le preguntó en una ocasión al Dalai Lama qué haría si alguien entra en una habitación para matar a todos los presentes. Su respuesta irónica fue: «Empezaría por dispararle a las piernas. Y si eso no funciona, apuntaría a la cabeza».
Ricard cree que el problema es que nuestros sentimientos negativos hacia otras personas no están a menudo justificados, sino que los hemos creado nosotros en nuestra mente de forma artificial como respuesta a nuestras propias frustraciones.
Y ése es uno de los impulsos que el monje francés piensa que hay que aprender a controlar si se quiere ser feliz. Para el escritor, la felicidad es «un tesoro escondido en lo más profundo de cada persona». Atraparla es cuestión de práctica y fuerza de voluntad, no de bienes materiales, poder o belleza. Los que llegan al final del viaje y logran la serenidad que lleva a la dicha, asegura Ricard, sienten lo mismo que «un pájaro cuando es liberado de su jaula».
Tampoco es necesario leer a este hijo adoptivo de Buda o retirarse a un templo en el Himalaya para comprobar que el «dinero no da la felicidad». Los habitantes de las barriadas pobres de Manila se muestran, a pesar de sus dificultades, aparentemente más contentos que los tiburones financieros de la vecina y multimillonaria Hong Kong. Cada vez que se hace una encuesta sobre felicidad global, los filipinos aparecen entre los pueblos más satisfechos. Ni la pobreza ni el hecho de que su país haya sido declarado el «lugar del mundo más afectado por los desastres naturales» por el Centro para la Investigación y Epidemiología de Desastres parecen afectar su visión positiva de la vida. Su intensa vida social y familiar compensa penurias privaciones. Los honkoneses, con una renta per cápita 20 veces mayor, aparecen sistemáticamente en los últimos lugares en los mismos sondeos de felicidad.
La presión consumista, el estrés y el deterioro de las relaciones sociales figuran entre las causas de insatisfacción más citadas por los ciudadanos. Todo el desarrollo y el dinero del mundo no han logrado levantar el ánimo de la Nueva York de Asia.
Matthieu Ricard ve en resultados como éste la prueba de que cualquiera, no importa las desgracias que haya vivido, puede alcanzar la felicidad si cambia el chip mental que a menudo nos hace detenernos en los aspectos negativos de la existencia. Incluso la pérdida de los seres queridos puede sobrellevarse con relativa facilidad si se afronta la muerte desde una perspectiva nueva, menos centrada en su dramatismo. «Mi padre murió el año pasado a los 82 años. Como dependía tanto de su brillantez intelectual, cuando se vio limitado se desanimó», asegura el monje, para quien la muerte de quienes nos rodean debe ser aceptada como un paso más en el ciclo natural de la vida y no necesariamente como un episodio triste. «El mejor homenaje que podemos ofrecer a los que ya no están con nosotros es vivir la vida de forma constructiva, ser conscientes de que nacemos solos y morimos solos. ¿Por qué no sentir que cada ser humano es nuestro familiar, que cada casa es nuestro hogar?»
Los investigadores que han estado analizando las emociones de Ricard creen que los resultados podrían servir para paliar enfermedades como la depresión y llevar a la gente a entrenar una mente saludable de la misma forma que hoy se acude al gimnasio a mejorar la forma física.
Más aún, si como sugiere Ricard, una de las claves de la satisfacción personal es el control y la supresión de instintos negativos como el odio, y si existe una forma de limitarlos, estaríamos ante la posibilidad de mejorar la condición humana y enmendar sus peores defectos.
Por supuesto son muchos los que apuntan a la inocencia y la sobredosis de utopía que supone pensar en una aldea global en la que todo el mundo perdona a los demás y nadie se enfada con nadie, un mundo basado en las buenas maneras y sentimientos, sin guerras ni luchas de poder. El monje francés responde a quienes dudan con la pregunta que mejor define su visión de la vida: «¿Acaso quieres vivir una vida en la que tu felicidad dependa de otras personas?»
Matthieu Ricard no quiere. Por eso en lugar de una casa en la playa ha elegido una vida contemplativa en el monasterio nepalí de Shechen; por eso ha regalado los millones de euros procedentes de sus libros (se han vendido millones de copias en todo el mundo y han sido traducidos a una decena de lenguas); y quizá por eso ha evitado los conflictos propios de la vida matrimonial.
El «hombre más feliz del mundo» no sugiere que todo el mundo haga lo mismo para encontrar la dicha. Sólo que aprendamos que la deseada casa de la playa, los millones en el banco o esa pareja tan atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo que tenemos quizá sí.
Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.
Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.
Soledad :existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.
Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.
Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.
Conflictos de pareja minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.
Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.
Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.
Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.
Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.
Por David Jiménez,
«¿Acaso quieres vivir una vida en la que tu felicidad dependa de otras personas?».
Es más feliz que usted, seguro. Mucho más. Matthieu Ricard obtuvo una nota inalcanzable en un estudio sobre el cerebro realizado por la Universidad de Wisconsin (EEUU). Los especialistas en neurociencia afectiva le nombraron «el hombre más feliz de la Tierra». A sus 61 años, quien hoy es asesor personal del Dalai Lama tiene una vida digna de un guión de cine. Biólogo molecular, hijo de un filósofo ateo, dejó su carrera por abrazar al budismo.
¿Una bonita casa en la playa? Matthieu Ricard prefiere el monasterio apartado de toda civilización donde vive, en las montañas de Nepal. ¿Una cuenta bancaria boyante? Ha entregado todo el dinero de las ventas de sus libros a la caridad. ¿Quizá un matrimonio bien avenido o una excitante vida sexual? Tampoco: a los 30 años decidió acogerse al celibato y dice cumplirlo sin descuidos. En realidad, Matthieu Ricard carece de todas las cosas que los demás perseguimos con el convencimiento de que nos harán un poco más felices. Y sin embargo, este francés de 61 años, biólogo molecular hasta que decidió dejarlo todo y seguir el camino de Buda, es más feliz que usted y yo. Mucho más feliz. El más feliz.
Científicos de la Universidad de Wisconsin llevan años estudiando el cerebro del asesor personal del Dalai Lama dentro de un proyecto en el que la cabeza de Ricard ha sido sometida a constantes resonancias magnéticas nucleares, en sesiones de hasta tres horas de duración. Su cerebro fue conectado a 256 sensores para detectar su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción y así con decenas de sensaciones diferentes.
Los resultados fueron comparados con los obtenidos en cientos de voluntarios cuya felicidad fue clasificada en niveles que iban del 0.3 (muy infeliz) a -0.3 (muy feliz). Matthieu Ricard logró -0.45, desbordando los límites previstos en el estudio, superando todos los registros anteriores y ganándose un título –«el hombre más feliz de la tierra»– que él mismo no termina de aceptar. ¿Está también la modestia ligada a la felicidad? El monje prefiere limitarse a resaltar que efectivamente la cantidad de «emociones positivas» que produce su cerebro está «muy lejos de los parámetros normales».
El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su tiempo en la contemplación y que carece de bienes materiales es capaz de alcanzar la dicha absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en un trabajo mejor, un coche más grande o una pareja más estupenda?
Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que la mente es un órgano en constante evolución y, por lo tanto, moldeable. «La plasticidad de la mente», en palabras del científico estadounidense, cuyo estudio es el quinto más consultado por la comunidad investigadora internacional.
Los científicos han logrado probar que la corteza cerebral izquierda concentra las sensaciones placenteras, mientras el lado derecho recoge aquellas que motivan depresión, ansiedad o miedo. «La relación entre el córtex izquierdo y el derecho del cerebro puede ser medida y la relación entre ambas sirve para representar el temperamento de una persona», asegura Ricard, que durante sus resonancias magnéticas mostró una actividad inusual en su lado izquierdo.
Los neurocientíficos americanos no creen que sea casualidad que durante los estudios llevados a cabo por Davidson los mayores registros de felicidad fueran detectados siempre en monjes budistas que practican la meditación diariamente. Ricard lo explica en la capacidad de los religiosos de explotar esa «plasticidad cerebral» para alejar los pensamientos negativos y concentrarse sólo en los positivos.
La idea detrás de ese concepto es que la felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y, lo que es más improbable, alcanzar definitivamente y sin condiciones.
Lograr el objetivo de la dicha no es fácil. Ricard ha escrito una decena de libros –estos días combina sus retiros espirituales con la promoción de su obra Happiness en el mundo anglosajón– y cientos de artículos tratando de mostrar el camino y, aunque la mayoría de sus obras se han convertido en éxitos editoriales, el propio autor descarta que su lectura garantice el éxito. Al igual que un logro en atletismo o en la vida laboral, el cambio sólo es posible con esfuerzo y tenacidad, pero Ricard asegura que todo habrá merecido la pena una vez se alcanza el estado de éxtasis mental que logran los elegidos. En su Defensa de la felicidad (Urano), la traducción de su último libro publicado en España, el monje explica cómo nuestra vida puede ser transformada incluso a través de variaciones mínimas en la manera en que manejamos nuestros pensamientos y «percibimos el mundo que nos rodea».
Es un viaje hacia el interior de uno mismo que Matthieu Ricard recorrió contra todo pronóstico. Nacido en París en 1946, el «monje feliz», como se le conoce en todo el mundo, creció en un ambiente ilustrado. Su padre, Jean-François Revel, fue un reconocido escritor, filósofo y miembro de la Academia Francesa que reúne a la elite intelectual del país galo. Su madre dedicó gran parte de su vida profesional a la pintura surrealista y tuvo un gran éxito antes de convertirse también ella en monja budista. Ricard vivió en su juventud los excesos propios del París de los años 60 y tras terminar sus estudios de secundaria se decidió por las ciencias. Hizo su doctorado en genética celular en el Instituto Pasteur de París y trabajó con el premio Nobel de medicina François Jacob. Parecía destinado a convertirse en uno de los grandes investigadores del campo de la biología cuando le dio a su padre el disgusto de su vida.
El estudio de textos budistas desencadenó una llamada espiritual que le llevó a dejarlo todo. Decidió que el laboratorio no era lo suyo y partió hacia el Himalaya para hacerse discípulo de Kangyur Rinpoche, un histórico maestro tibetano de la tradición Nyingma, la más ancestral escuela del budismo. Era 1972 y las próximas tres décadas de este francés de carácter suave y cultura exquisita –el único europeo que lee, habla y traduce el tibetano clásico– iban a ser dignas del mejor guión de una película.
Tras estudiar con los grandes maestros del budismo, pasar meses en retiros y recorrer los pueblos del Himalaya, conoció al Dalai Lama y en 1989 se convirtió en uno de sus principales asesores y en su traductor al francés. Su posición como mano derecha del Señor de la Compasión le ha convertido en la figura budista occidental más influyente del mundo y llevaron al gobierno francés a concederle la Orden Nacional Francesa.
La vida elegida por Ricard le enfrentó a los ideales en los que se había formado y al ateísmo de su padre. Ambos decidieron discutir sus diferencias en El monje y el fisólofo, un diálogo que sólo en Francia vendió 500.000 copias y en el que la búsqueda de la felicidad está presente en cada capítulo. «Tenía muchas esperanzas en su futuro profesional y me parecía una lástima que abandonara [su carrera científica]. Después me di cuenta de que había transferido su espíritu científico al estudio del budismo», decía el padre antes de morir, una vez hubo aceptado la elección de Matthieu.
La idea de Ricard de ofrecerse para los estudios de la mente que llevaba a cabo la Universidad de Wisconsin estuvo influenciada por el propio Dalai Lama, que durante años ha colaborado con científicos occidentales, facilitando el análisis cerebral de los monjes y su capacidad de aislar la mente durante las sesiones de meditación.
Uno de los aspectos que más ha fascinado a los investigadores es la capacidad de los monjes de suprimir sentimientos que hasta ahora creíamos inevitables en la condición humana: el enfado, el odio o la avaricia.
El estudio de sus cerebros demuestra una capacidad extraordinaria para controlar sus impulsos basados en el principio de que Buda no prometió a sus seguidores la salvación en el cielo, sólo el final de sus sufrimientos en la tierra si lograban controlar sus deseos.
Para muchos ese ha sido uno de los puntos flacos del budismo: la limitación de las ambiciones personales y la pasividad.
Ricard suele acudir a una anécdota del Dalai Lama para negar que el control de los impulsos negativos sea igual a pasividad o falta de respuesta, por ejemplo ante un crimen o un genocidio. «Alguien le preguntó en una ocasión al Dalai Lama qué haría si alguien entra en una habitación para matar a todos los presentes. Su respuesta irónica fue: «Empezaría por dispararle a las piernas. Y si eso no funciona, apuntaría a la cabeza».
Ricard cree que el problema es que nuestros sentimientos negativos hacia otras personas no están a menudo justificados, sino que los hemos creado nosotros en nuestra mente de forma artificial como respuesta a nuestras propias frustraciones.
Y ése es uno de los impulsos que el monje francés piensa que hay que aprender a controlar si se quiere ser feliz. Para el escritor, la felicidad es «un tesoro escondido en lo más profundo de cada persona». Atraparla es cuestión de práctica y fuerza de voluntad, no de bienes materiales, poder o belleza. Los que llegan al final del viaje y logran la serenidad que lleva a la dicha, asegura Ricard, sienten lo mismo que «un pájaro cuando es liberado de su jaula».
Tampoco es necesario leer a este hijo adoptivo de Buda o retirarse a un templo en el Himalaya para comprobar que el «dinero no da la felicidad». Los habitantes de las barriadas pobres de Manila se muestran, a pesar de sus dificultades, aparentemente más contentos que los tiburones financieros de la vecina y multimillonaria Hong Kong. Cada vez que se hace una encuesta sobre felicidad global, los filipinos aparecen entre los pueblos más satisfechos. Ni la pobreza ni el hecho de que su país haya sido declarado el «lugar del mundo más afectado por los desastres naturales» por el Centro para la Investigación y Epidemiología de Desastres parecen afectar su visión positiva de la vida. Su intensa vida social y familiar compensa penurias privaciones. Los honkoneses, con una renta per cápita 20 veces mayor, aparecen sistemáticamente en los últimos lugares en los mismos sondeos de felicidad.
La presión consumista, el estrés y el deterioro de las relaciones sociales figuran entre las causas de insatisfacción más citadas por los ciudadanos. Todo el desarrollo y el dinero del mundo no han logrado levantar el ánimo de la Nueva York de Asia.
Matthieu Ricard ve en resultados como éste la prueba de que cualquiera, no importa las desgracias que haya vivido, puede alcanzar la felicidad si cambia el chip mental que a menudo nos hace detenernos en los aspectos negativos de la existencia. Incluso la pérdida de los seres queridos puede sobrellevarse con relativa facilidad si se afronta la muerte desde una perspectiva nueva, menos centrada en su dramatismo. «Mi padre murió el año pasado a los 82 años. Como dependía tanto de su brillantez intelectual, cuando se vio limitado se desanimó», asegura el monje, para quien la muerte de quienes nos rodean debe ser aceptada como un paso más en el ciclo natural de la vida y no necesariamente como un episodio triste. «El mejor homenaje que podemos ofrecer a los que ya no están con nosotros es vivir la vida de forma constructiva, ser conscientes de que nacemos solos y morimos solos. ¿Por qué no sentir que cada ser humano es nuestro familiar, que cada casa es nuestro hogar?»
Los investigadores que han estado analizando las emociones de Ricard creen que los resultados podrían servir para paliar enfermedades como la depresión y llevar a la gente a entrenar una mente saludable de la misma forma que hoy se acude al gimnasio a mejorar la forma física.
Más aún, si como sugiere Ricard, una de las claves de la satisfacción personal es el control y la supresión de instintos negativos como el odio, y si existe una forma de limitarlos, estaríamos ante la posibilidad de mejorar la condición humana y enmendar sus peores defectos.
Por supuesto son muchos los que apuntan a la inocencia y la sobredosis de utopía que supone pensar en una aldea global en la que todo el mundo perdona a los demás y nadie se enfada con nadie, un mundo basado en las buenas maneras y sentimientos, sin guerras ni luchas de poder. El monje francés responde a quienes dudan con la pregunta que mejor define su visión de la vida: «¿Acaso quieres vivir una vida en la que tu felicidad dependa de otras personas?»
Matthieu Ricard no quiere. Por eso en lugar de una casa en la playa ha elegido una vida contemplativa en el monasterio nepalí de Shechen; por eso ha regalado los millones de euros procedentes de sus libros (se han vendido millones de copias en todo el mundo y han sido traducidos a una decena de lenguas); y quizá por eso ha evitado los conflictos propios de la vida matrimonial.
El «hombre más feliz del mundo» no sugiere que todo el mundo haga lo mismo para encontrar la dicha. Sólo que aprendamos que la deseada casa de la playa, los millones en el banco o esa pareja tan atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo que tenemos quizá sí.
Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.
Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.
Soledad :existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.
Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.
Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.
Conflictos de pareja minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.
Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.
Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.
Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.
Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.
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