Lección 5a
Hay ciertos obstáculos en el camino del toga, que debes, por todos los medios, superar al principio de tu carrera de Yogui. So no cuidas adecuadamente contra estos impedimentos en el momento adecuado por medio de las advertencias de tu Guru, harán pedazos todas tus esperanzas y tus aspiraciones y eventualmente te llevarán a una caída miserable.
Lujuria, avaricia, ira, odio, celos, miedo, inercia, depresión, prejuicios, intolerancia, malas compañías, arrogancia, auto-suficiencia, deseo de reconocimiento y fama, curiosidad, construir castillos en el aire son las principales. Debes mirar a tu interior y observar tu mente. Debes tomar medidas efectivas para arrancar de raíz estos obstáculos.
“Mujeres, camas, asientos, vestidos y riquezas son obstáculos en el Yoga. Platillos delicados, carruajes, reinos, señorío y poderes; oro, plata, así como cobre, gemas, madera de savila; aprender los Vedas y los Sastras, bailar, cantar y ornamentos; harpa, flauta y tambor; montar elefantes y caballos; esposas e hijos, placeres mundanos; todos estos son impedimentos”. (Siva Samhita: Cap. V-3).
El estudiante de Yoga no debe poseer muchas riquezas ya que lo arrastrarán a tentaciones mundanas. Puede quedarse con una pequeña suma para obtener las necesidades del cuerpo. La independencia económica es de primordial importancia para un aspirante; ya que lo aliviará de las ansiedades y le permitirá continuar su práctica sin interrupción.
Si te ofendes fácilmente por trivialidades, sabe que no podrás hacer ningún progreso en el Yoga y la meditación. Debes, por lo tanto, cultivar una naturaleza amable y amorosa y ser adaptable. Algunos aspirantes se ofenden fácilmente, si se les señalan sus defectos y sus vicios. Se indignan y empiezan a pelear con la persona que les muestra sus defectos. Piensan que la persona los está inventando por celos y odio. Esto es malo. Otros pueden detectar tus defectos fácilmente. Si no llevas una vida de introspección, si tu mente tiene tendencias sociables, ¿cómo puedes encontrar tus propios defectos? Tu vanidad vela y hace borrosa tu visión mental. Si tú, por lo tanto, quieres crecer en la espiritualidad y en el Yoga, debes admitir tus defectos, cuando te los señalan otros. Debes esforzarte para erradicarlos y debes estar muy agradecido con la persona por señalarte tus defectos.
Es un asunto muy difícil erradicar la naturaleza auto-asertiva. Esta naturaleza nace sólo de la ignorancia. Todos han construido su personalidad desde tiempos sin principio. Esta personalidad se ha hecho muy fuerte. Es difícil doblar esta personalidad y hacerla flexible y elástica. Quieres dominar a los demás. No quieres oír las opiniones y los argumentos de otros, aunque sean bastante lógicos, sólidos y alcanzables. Tienes un par de ojos amargados. Dices: “Cualquier cosa que yo diga es correcta. Cualquier cosa que haga es correcta. Los puntos de vista y las acciones de otros son incorrectas”. Nunca admites tus errores. Haces tu mejor esfuerzo para justificar tus puntos de vista caprichosos con argumentos torcidos. Si los argumentos fallan recurres a la vituperación y a peleas. Si la gente no te demuestra respecto ni te honra, instantáneamente te embarcas en un arranque de furia. Te complace inmensamente cuando alguien te halaga. Dirás cualquier cantidad de mentiras para justificarte. La auto-justificación va de la mano con la naturaleza Rajásica auto-asertiva. Nunca puedes crecer en el Yoga mientras tengas esta naturaleza auto-asertiva con el hábito de la auto-justificación. Debes cambiar tu actitud mental. Debes desarrollar le hábito de ver todos los asuntos desde el punto de vista de los otros. Debes tener esta visión de rectitud y veracidad. Sólo entonces crecerás en el Yoga y en la espiritualidad. Dbes tratar el respecto y el honor como despojos y veneno y la censura y el deshonor como ornamentos y néctar.
También te será difícil ajustarte a las maneras y los hábitos de otros. Tu mente esta llena de gustos y disgustos, prejuicios de casta, credo y color. Eres bastante intolerante. La naturaleza de encontrar fallas está arraigada en ti. Saltas al instante para encontrar las fallas de los demás. No puedes ver lo bueno en otros; tienes un par de ojos mórbidos. No puedes apreciar las acciones meritorias de otros. Presumes de tus propias habilidades y meritos. Esa es la razón por la que peleas con todas las gentes y no puedes mantener relaciones cordiales con otros por mucho tiempo. Debes superar estos defectos desarrollando la tolerancia, el amor y otras virtudes buenas.
Continuará
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