Como comentaba el otro día, en estos seis meses de ausencia, me ha dado tiempo a hacer muchas cosas, incluso escribir un reportaje sobre yoga en las empresas que aquí reproduzco.
El yoga reduce los niveles de estrés, calma el cuerpo y la mente y tonifica nuestro cuerpo. Quizás sean estos algunos de los motivos por los que cada vez más, tanto multinacionales como pymes se interesen por esta disciplina como forma para motivar y “relajar” a sus empleados.
Y es que durante los últimos años han proliferado en las principales ciudades españolas no solo centros de Yoga sino centros cuya principal función es ofrecer sus servicios “milenarios” a empresas de todos los tamaños.
YogaWork es uno de esos centros. El centro, que recientemente ha abierto sus puertas en Madrid, responde según sus responsables a la necesidad de las empresas, en las que “el absentismo laboral, la desmotivación y la falta de implicación están a la orden del día”.
De esta forma, comentan que “mejorando la calidad física, mental, intelectual y emocional del individuo, mejorará la calidad de la empresa a la que pertenece”.
El Yoga mejora las organizaciones
Hemos mantenido una interesante charla con Jorge Caballero, uno de los impulsores de esta iniciativa, que nos ha trasladado su visión sobre cómo el yoga puede mejorar la vida no solo de las personas, sino también de las organizaciones.
Lo primero que le hemos preguntado es cómo han conseguido introducir sus servicios en un ambiente corporativo, en el que por norma general, tienden a mirarse con cierta distancia iniciativas que pueden sonar “estrafalarias”.
En este sentido, Caballero tiene claro que el Yoga en la empresa no solo es un ideal sino que es una realidad cada vez más consolidada en España y se apoya en una breve reflexión para demostrarlo:
“Las empresas cada vez están mas interesadas en tener motivados y contentos a sus empleados, por lo que al explicarles como se desarrollan nuestras clases y como es el tipo de Yoga que hacemos, entienden de inmediato los beneficios a corto, medio y largo plazo, por los que les parece lógico brindar a sus empleados algo tan básico como es el mantenimiento de su salud y bienestar” asegura.
Frente a los que piensan que este tipo de acciones formativas son sólo posibles o incluso habituales en grandes empresas, Caballero es bastante tajante y aclara que normalmente los centros tienen capacidad de trabajar tanto en grandes empresas, como en pymes ya que adaptan sus programas “a cada empresa y a cada colectivo en particular” de modo que aunque en principio se ofrecen clases generales, se tiene muy en cuenta cuáles son los “problemas específicos” que puedan resultar de un trabajo concreto que se realice en la empresa.
Y aunque reconoce que en tiempos de crisis “las pequeñas empresas pueden mostrarse más reacias a invertir en este tipo de formación como la que nosotros promovemos” constatan entusiasmados como curiosamente, “aunque estemos en crisis, se están registrando más inscripciones en centros de Yoga, y es porque la gente realmente lo necesita y, no nos equivoquemos, la gente sabe muy bien en que gasta su dinero”.
Actuar contra el estrés
Uno de los principales motivos por los que cada vez más empresarios, ejecutivos y directivos se animan a recibir clases de Yoga es por su capacidad para luchar de forma muy efectiva contra el estrés, una de las enfermedades más peligrosas que sufre el trabajador moderno.
De hecho existen estudios que revelan que el estrés en el trabajo afecta en la Unión Europea a 41 millones de personas y esto provoca unas pérdidas de 20.000 millones de euros al año, siendo la tasa de absentismo laboral tres veces mayor en España que en el conjunto europeo.
Para el responsable de YogaWork “de todos es sabido el alto nivel de estrés, dolores de espalda, depresiones, etcétera que padece la gente, sobre todo en las grandes ciudades”.
Si esto lo unimos a la inactividad y las muchas horas sentados en una misma postura, casi siempre no muy buena, nos encontramos con personas que “pueden gestionar grandes empresas pero no pueden gestionar su propio cuerpo por los muchos acortamientos musculares y articulares que padecen”.
Tal y como explica Caballero en este punto, a través de las posturas (asanas) se consigue “no solo trabajar el cuerpo, sino que el contenido mental cambia y se actúa sobre el sistema nervioso” por lo que el alumno se ve liberado de lo que le sostiene día a día a las situaciones de estrés y comienza a saber como controlarlo por medio de la respiración y los estiramientos propios de esta disciplina.
Normalmente, tras una primera toma de contacto en la que el alumno no sabe muy bien a que atenerse, la respuesta suele ser muy positiva, y es que los que lo prueban por primera vez, suelen repetir, sobre todo porque como dice Caballero, la disciplina que imparten en su centro, Yoga IYENGAR®, “queda lejos de la quietud, o de la práctica aburrida que tiene mucha gente en la cabeza cuando viene a las clases”.
Sin embargo hay que tener cuidado, porque como en muchos otros sectores, tampoco el Yoga se libra del intrusismo laboral. El auge que ha experimentado esta disciplina en los últimos años, ha provocado que “cada vez hay mas escuelas haciendo cursos de profesorado con muy bajo nivel de enseñanza, y mas interesados en el factor económico que en formar buenos profesores” por lo que antes de solicitar este tipo de servicios no estaría de más, que la empresa se interesase sobre la calidad del centro.
En el caso de YogaWork, declaran que han sido certificados por la AEYI (Asociación española de Yoga IYENGAR®)uno de los emblemas que garantizan la calidad de las clases recibidas.
Fuente: Cuaderno de Yoga, 16 de septiembre de 2009
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