lunes, 16 de agosto de 2010

Añadir un punto de luz

Cuando realizamos una rutina de yoga en nuestra casa, es fácil perder la concentración. Tan pronto como comenzamos a realizar una serie que ya conocemos de memoria, nuestra mente comienza a vagar, libre.




Empezamos a pensar sobre lo que tenemos que hacer nada más llegar al trabajo, lo que vamos a preparar de cenar, la discusión que tuvimos esa tarde con nuestro hijo/a, etc. De esta forma, puede que sí, estamos practicando yoga, pero no estamos presentes, por lo que buena parte de sus efectos beneficiosos se pierden.

Cuando estamos en clase, la voz de nuestro profesor nos guía, nos corrige con sus movimientos y siempre tenemos un referente al que prestar atención. En casa, como decíamos, esto en buena parte desaparece, pero hay elementos que pueden ayudarnos. En mi caso, en ocasiones utilizo una vela, concentrándome en su luz, intentando no pensar en nada más.

Visualizo la asana, la ejecuto y durante el tiempo que permanezco en casa postura miro la vela, de cinco a diez respiraciones cada vez. Resulta evidente que no siempre podemos mantener la atención en la vela, ya que algunas asanas nos impiden cualquier tipo de contacto visual; pero de alguna manera sabemos que está ahí, y de alguna forma, nos sigue guiando.

Fuente: Cuaderno de Yoga, 21 de octubre de 2009.
Por sadaka

No hay comentarios: