jueves, 11 de marzo de 2010

Introducción al Om Yoga 14

El siguiente artículo se publicó originalmente en inglés en la página Atma Jyoti Ashram, pueden acceder al artículo original haciendo clic en el título de esta publicación.

A continuación les ofrezco la traducción:



Swami Nirmalanda Giri


El camino solar de la liberación.

Toda la vida vegetal, animal y humana de este planeta depende del sol. Los poderes sutiles de la luz solar son los que estimulan el crecimiento y la evolución. La luz solar estimula particularmente la actividad de los centros superiores del cerebro, especialmente los de la glándula pineal. Incluso en las profundidades de al tierra un hombre sensible puede sentir cuando el sol sale y se pone. El sol realmente despiértale más profundo sentido en nosotros. Tal como la semilla que germina lucha para ascender hacia el sol y hacia sus rayos que dan vida, también todas las formas superiores de vida buscan al sol, que actúa como un imán metafísico, atrayéndolas hacia arriba hacia una consciencia en expansión constante. La luz del sol es la forma radiante de Om. El sol inicia a todo el sistema solar hacia Om.

Los seres humanos son criaturas solares, por lo tanto entonar Om les resulta natural. El Amritabindu Upanishad dice: “Por medio de Om, él [el yogui que medita] ve el camino, el camino por el que va su prana. Por lo tanto uno siempre debe repetir Eso [Om] para avanzar por el camino correcto: a través de la puerta del corazón, la puerta del aire que lleva hacia arriba y la apertura de la puerta de la liberación que se conoce como la orbe abierta [el sol]” (Amritabindu Upanishad 25,26).

¡La puerta de la liberación! Cuando el individuo se manifiesta en esta tierra pasa del mundo astral al plano material por medio del sol, que es una masa de energías astrales en explosión, no simples gases ardientes. Y cuando el individuo ha completado este curso de evolución dentro de este plano, a la hora de la muerte de su cuerpo se levanta hacia arriba en su cuerpo sutil y pasa a través del sol a los mundos superiores, para ahí evolucionar todavía más o pasa directamente a las profundidades del Brhaman trascendente.

“Om y el sol son idénticos en esencia”.

Para asegurar que esto suceda, el Yogui Om practica japa y la meditación Om, ya que el Chadogya Upanishad nos dice que Om y el sol son idénticos en esencia, “ya que el sol continuamente suena ‘Om?” (Chadogya Upanishad 1.5.1). O sea, la energía del sol es una manifestación del Om. Los científicos han descubierto recientemente este fenómeno. En la pagina 16 de la edición de National Geographic de julio de 2004 encontramos esto: “Burbujas del tamaño de Texas cubren la faz del sol… Llamados gránulos, las células de plasma de corta vida llevan el calor a la superficie a través de la convección, de la misma manera que el agua hierve en una olla. El subir y bajar de los gránulos crea olas de sonido, que causan que el sol lata con fuerza como un tambor cada cinco minutos.

Los yoguis Om entonan Om en ritmo con su respiración, ya que el upanishad agrega que “la respiración continuamente suena ‘Om’” (Chandogya Upanishad 1.5.3) Las energías solares y la respiración también están conectadas íntimamente.

Nuestra vida depende de la luz del sol, así que también es una manifestación del poder de Om. Japa y la meditación Om nos alinean con los poderes solares que son Om y por lo tanto aumentan considerablemente nuestra fuerza vital y la evolución de todos los niveles de nuestro ser.

El Yoga Om nos prepara para la Gran Salida. Como también dice el Chandogya Upanishad: “Incluso como una gran carretera que corre entre dos pueblos, éste y el de más allá, incluso así los rayos del sol van a estos dos mundos, éste y el de más allá. Empiezan del sol de más allá y entran en los nadis. Empiezan de los nadis y entran en el sol de más allá… Cuando un hombre sale de este cuerpo, asciende por estos mismos rayos o asciende con el pensamiento de Om. Conforme su mente se va deteriorando, se va al sol. Eso, verdaderamente, es la puerta del mundo, una entrada para los que saben, un rechazo para los que no saben” (Chandogya Upanishad 8.6.2,5).

Los rayos solares no sólo fluyen hacia este mundo, también atraen hacia el sol y más allá. En el cuerpo humano el proceso de exhalación e inhalación está relacionado a la energía solar, y mucho del poder solar por el que subsistimos es atraído hacia el cuerpo a través de nuestra respiración. Es por eso que Giri Bala (Consulte la Autobiografía de un Yogui, Capítulo 46) empleaba una forma especial de respiración para vivir sin comer. Los rayos solares no sólo golpean la superficie de nuestro cuerpo, sino que penetran hasta los nervios físicos –nadis. Los nadis también son los canales en el cuerpo astral que corresponden a los nervios físicos. Tal como los impulsos eléctricos fluyen a través de los nervios físicos, la fuerza solar sutil, o prana, fluye a través de los nadis sutiles y nos mantiene vivos y funcionando. Y como ya hemos visto, la respiración, conforme fluye, siempre está sonando Om. La respiración, entonces, es un vehículo para las energías solares que producen la evolución y nosotros incrementamos su efecto a través de japa y la meditación Om.

La entonación continua de Om, tanto dentro como fuera de la meditación, condiciona nuestros niveles sutiles para que al momento de la muerte estemos orientados hacia los poderes solares y podamos ascender por ellos – especialmente si continuamos nuestras entonaciones de Om incluso después de que el cuerpo se ha dejado. Esas entonaciones garantizarán nuestro ascenso al mundo solar. Aquellos que se han imbuido con las vibraciones Pránvicas entrarán a través de la puerta solar, mientras que aquellos que no lo han hecho se les cerrarán y se verán forzados a regresar a un nuevo nacimiento terrenal.

“Al momento de dejar este mundo, recuerda Om, el Señor, el Protector”, (Yarur
Veda 40:15) Cualquier cosa en la que pensemos más durante la vida, en eso mismo pensaremos a la hora de nuestra muerte. Esto lo afirma Krishna en el Bhagavad Gita (8:5-10): “A la hora de la muerte, cuando un hombre deja su cuerpo, debe dejarlo con su consciencia absorta en Mí. Entonteces se unirá Conmigo. Puedes estar seguro de eso. Cualquier cosa que un hombre recuerde al final, cuando está dejando el cuerpo, la realizará en el más allá, porque eso será en lo que su mente se ha ocupado con mayor constancia durante su vida. Por lo tanto deben recordarme a Mí en todo momento, y deben hacer su deber. Si su mente y su corazón están enfocados en Mí constantemente, llegarás a Mí. Nunca lo dudes. Haz un hábito de practicar la meditación y no dejes que se distraiga tu mente. De esta manera finalmente llegarás al Señor. Que es quién da la luz, el más alto de lo más alto”. Y el Prashna Upanishad (5:5,7): “Si medita en el Ser Supremo con la Sílaba Om, se hace uno con la Luz, el Sol. Es conducido al mundo de Brahman. Ve a la Persona que mora en el cuerpo, Quién es más alta que la vida más alta… Que el sabio obtiene, incluso por el simple sonido de Om como apoyo Aquello que es tranquilo, que no envejece, que es inmortal, sin miedo y supremo”.

Aquellos que constantemente invocan y meditan en Om durante sus vidas recordarán Om al momento de la muerte, y por medio de Om ascenderan al sol y más allá al Más Allá real. “Como se dice, ciertamente que el cielo es este Om, por lo tanto uno debe meditar y prepararse para unirse con él”. (Maitrayana Upnaishad 6:3)

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