martes, 2 de marzo de 2010

Introducción al Om Yoga 11

El siguiente artículo se publicó originalmente en inglés en la página Atma Jyoti Ashram, pueden acceder al artículo original haciendo clic en el título de esta publicación.

A continuación les ofrezco la traducción:



Swami Nirmalanda Giri

Chidakasha

“Aquel que viaje en el barco de Om, en él se hace manifiesto el akasha interno después de un tiempo” (Maitrayana Upanishad 6:28) “Asumiendo la postura de meditación, e introspectando durante todo ese tiempo, el yogui debe escuchar el sonido [de Om]… Al persistir en la práctica de la misma manera más y más, el sonido se escuchará más y más sutilmente… La mente, perdida en ese sonido olvidando todo lo externo, se hace una con él, como el agua y la leche y pronto se funde con el Chidakasha” (Nadabindu Upanishad 39).

En los tratados avanzados de yoga a menudo encontramos este término, “Dhidakahs” que significa “el Espacio (Ether) de la Consciencia”. Este es el nivel de existencia y consciencia tan puro y sutil, tan entretejido con el Espíritu, que es indistinguible del Espíritu. Al no fijar nuestra atención en ningún punto del cuerpo, pero al entornar ligeramente los ojos hacia arriba durante la meditación activamos los centros superiores de consciencia en los cuerpos sutiles y por lo tanto nos damos cuenta del Chidakasha sin forma y sin lugar. Aquellos que se sintonizan continuamente y funden so consciencia con Dhidakasha de esta manera con el tiempo se identificarán totalmente con el espíritu-yo individual y con el Espíritu Supremo. Ya que todas las cosas han surgido de/en Chidakasha, esta unión es el principio de la Consciencia Cósmica.

Varios textos nos informan que tanto Om como la respiración surgen directamente de Chidakasha. Por esta razón en el Yoga Om unimos las entonaciones de Om con la respiración. Experimentar Chidakasha a un grado cada vez mayor dentro de la meditación es la experiencia suprema para el yogui. Entre más meditamos penetramos en la Consciencia Infinita de la que somos parte eterna más y más alto, más y más lejos. Meditar con los ojos entornados hacia arriba empieza a centrar nuestra consciencia en Dhidakahsa inmediatamente, en los niveles ethericos de nuestro ser.

Aunque no fijamos nuestra atención en el cuerpo, experimentaremos cambios sutiles que se llevan a cabo incluso físicamente, especialmente en la columna y en cerebro – e incluso en el “tercer ojo”. Al entornar nuestros ojos hacia arriba y entonar Om en ritmo con la respiración activamos literalmente miles de canales en los cuerpos físicos y sutiles, haciendo que la fuerza vital fluya hacia arriba al loto de los mil pétalos del cerebro (Sahasrara Chakra) espontáneamente y sin esfuerzo y luego se funda en el Chidakasha, en la Luz Divina que es la esencia de Om, la Palabra que da Vida, Pranava.

“Al final de la vida, habiéndonos preparado con esta práctica, ascenderemos del cuerpo al ámbito de la inmortalidad”.

El proceso de meditación se lleva a cabo dentro de Chidakasha, el asiento del yo-espíritu. Este es el Paraíso del que caímos a la “tierra” de la consciencia material y al que regresaremos a través de la meditación. Entonces al final de la vida, habiéndonos preparado con esta práctica, ascenderemos del cuerpo al ámbito de la inmortalidad. “El hombre que, habiendo subyugado sus sentidos, repite todos los días el Mantra Pranava, se deshace de su espiral mortal y se convierte al Chidakasha que no es sino otra manifestación de Parabrahman. Ya que Om es Parabrahamn Mismo” (El Agni Purana).

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