jueves, 10 de septiembre de 2009

Meditación Zen 32

Inclinación, no inclinación. Cuando nos inclinamos a algo bello, eso es también actividad de Buda.

Dogen-Zenji ha dicho: “Aunque es medianoche, el alga está ya aquí: aunque llega el alba, es de noche”.

La práctica del zazén y la actividad cotidiana son la misma cosa. Llamamos zazén a la vida cotidiana y a la vida cotidiana zazén. Pero, generalmente, pensamos “ahora terminó el zazén y vamos a emprender nuestra vida cotidiana”. Mas ésta no es la comprensión correcta. Son la misma cosa.

Toda existencia depende de alguna otra cosa. Estrictamente hablando, no hay existencia individual separada. Hay simplemente muchos nombres para la una existencia. A veces la gente enfatiza la unidad, pero ésta no es nuestra comprensión. Nosotros no recalcamos ningún aspecto en particular, ni siquiera la unidad. La unidad es valiosa, pero la variedad es también maravillosa... La unidad y la variedad son los mismo y por eso ha de apreciarse la unidad de cada existencia y también por eso ha de recalcarse la vida cotidiana y no algún estado mental en particular. Se debe encontrar la realidad de cada instante y cada fenómeno.

Dogen-zeni ha dicho: “aunque todo tiene naturaleza de Buda, nosotros amamos las flores y no nos gusta la maleza.” Esto es cierto en cuanto a la naturaleza humana. Pero el que nos inclinemos a lo bello es de por sí parte de la actividad de Buda. El que no nos guste la maleza es también actividad de Buda.

Dogen ha dicho: Aprender algo es conocerse a sí mismo. Estudiar el budismo es estudiarse a sí mismo”. Aprender algo no es adquirir lo que no se sabía ya de antemano. Uno sabe algo antes de aprenderlo. No hay ninguna brecha entre el “yo” antes de saber algo y el “yo” después de saberlo.

Como dijo Dogen: “Una flor se marchita aunque la amemos, y la maleza crece aunque no la amemos”. Aunque así sea, ésta es nuestra vida.

En el terreno del pensar, hay diferencia entre la unidad y la variedad, pero en la experiencia real, la variedad y la unidad son la misma cosa.

Shunryu Suzuki, Mente Zen, mente de principiante.


Comprender que tanto lo que nos gusta como lo que no nos gusta forman parte de nuestra naturaleza. Son una sola cosa. Lo que nos gusta no es bueno, ni malo. Lo que no nos gusta no es malo, ni bueno. Son juicios, etiquetas, que les asignamos a las cosas en nuestra mente. Las cosas simplemente son.

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