miércoles, 13 de mayo de 2009

Meditación Zen 12

La repetición.  Si se pierde el espíritu de la repetición, la práctica se tornará bastante difícil.
 
Buda no estaba interesado en los elementos que componen al ser humano ni en teorías metafísicas de la existencia Lo que más le importaba era cómo existía él mismo en ese momento preciso… Le interesaba principalmente la forma en que llegamos a la iluminación.  La persona iluminada posee un carácter perfecto y deseable para él y para los demás.
 
Uno no puede estar quieto, hay que hacer algo.  Y cuando se hace algo, se debe observar todo cuidadosamente y mantenerse muy alerta… Nos interesa principalmente el modo en que este cuerpo físico se convierte en un sabio.  No importa qué es un sabio.  Un sabio es un sabio.
 
La práctica propiamente dicha consiste en repetir una y otra vez hasta descubrir la manera de convertirse en [sabio].  En nuestro camino o sistema, no hay nada secreto.  Se trata solamente de practicar el zazén.  Ese es nuestro camino…

Shunryu Suzuki, Mente Zen, mente de principiante.


¿Será que la iluminación es simplemente estar en el aquí y ahora? ¿Constantemente? ¿Observando todo y no viendo nada? ¿Viendo todo sin observar nada?
 
El simple deseo de algo, o el pensar en lo que se va a hacer, me lleva al futuro.  Siempre que recuerdo algo estoy en el pasado.  ¿Cuándo estoy en el aquí y ahora?  Cuando estoy en el no-tiempo, cuando pienso con la no-mente.  Cuando veo sin ver, cuando escucho sin escuchar, cuando siento sin sentir.
 
Cada vez que me voy al pasado o al futuro, tengo que regresar.  Regresar a lo que sucede aquí y ahora, regresar a la respiración, a la sensación de mi cuerpo, para ver, para escuchar, para oler, para sentir, lo que está en el presente.
 
Hay que repetir constantemente este regresar, para poder lograr hacerlo sin pensar, en automático.  Cuando quiero lograr, no logro nada.  Cuando quiero hacer, no estoy haciendo nada.  Sólo logro algo cuando hago algo.

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