El Hatha Yoga Pradipika.
El Pradipika está dividido en cuatro partes. La primera explica yamas (limitación de la conducta), niyamas (observancias), asanas (posturas) y alimentos. La segunda describe pranayama (control o limitación de la energía) y las shatkarmas (prácticas de limpieza interna). La tercera trata con mudras (sellos), bahdhas (cerrojos), los nadis (canales de energía a través de los que fluye el prana) y el poder de kundalini. La cuarta expone pratyahara (abandono de los sentidos), dharana (concentración), dyaha (meditación) y samadhi (absorción).
En total, el texto tiene 390 versos (floras). De estos, cerca de cuarenta tratan las asanas, aproximadamente ciento diez con pranayama, ciento cincuenta con mudras, handhas y Shatkarmas y el resto con pratyaharam dharana, dhyana y samadhi.
Asanas.
El texto empieza con asanas como el primer paso en hatha yoga. Por este motivo se le ha llamado el yoga de seis ramas (sadanga yoga) en contraposición con las ocho ramas del yoga patanjala (astanga yoga) que incluye, como su fundamento, las primeras dos ramas, yama y niyama. Sin embargo, el hatha yoga no ignora yamas y niyamas. Posiblemente, en la época de Svatmarama, las disciplinas éticas se daban por sentadas, así es que no las explica en detalle.
Sí habla de la no violencia, la verdad, no desear, abstinencia, tolerancia, fortitud, compasión, sinceridad, moderación en los alimentos y limpieza como yama y entusiasmo en yoga, satisfacción, fe, caridad, adoración de Dios, estudio de las escrituras espirituales, modestia, poder de discriminación, oraciones y rituales como niyama. (Las disciplinas éticas de qué hacer y qué no hacer se dan en el texto. Se ilustran con ejemplos asanas, pranayamas, bandas, mudras y shotkarmas para ayudarles a los aspirantes en su práctica. No se pueden explicar dharana, dhyana y samadhi, sólo se pueden experimentar, cuando se han dominado las primeras etapas).
Se dice que hay tantas asanas como especies vivas: 840,000. Eso significa que los músculos y las articulaciones se pueden flexionar, extender y rotar en varios miles de formas. El Pradipika, sin embargo, describe sólo dieciséis asanas. De manera similar, Vyasa solo nombra once asanas en sus Yoga Sutras, y hay treinta y dos en Ghreanda Samhita. Es posible que las prácticas the yogasana fueran una rutina diaria tan regular que sólo era necesario tocar el tema sin profundizar. En vista de estas figuras, afirmar que el hatha yoga es solamente un yoga física es simplemente ridículo.
Los Yoguis estaban en contacto constante con la naturaleza y buscaban remedios naturales para combatir las aflicciones. En su búsqueda, descubrieron cientos de asanas para incrementar la vida – darles fuerza y restaurarla a su nivel óptimo.
Las asanas no son sólo ejercicios físicos: tienen efectos bioquímicos, psico-fisiológicos y psico-espirituales. Las células del cuerpo tienen su propia inteligencia y memoria. A través de la práctica de diferentes asanas se mejora la circulación de la sangre, se balancea el sistema hormonal, se estimula el sistema nervioso y se eliminan toxinas para que las células, tendones y nervios se mantengan a su máximo nivel. Se alcanza una salud y armonía física, mental y espiritual.
El comentario Jyotsna de Sri Brahmananda resume clara y hermosamente el efecto de las asanas: él dice: “el cuerpo está lleno de inercia (tamasic), la mente vibrante (rajastc) y el Yo sereno y luminoso (sattvic). Con la perfección de las asanas, el cuerpo perezoso se transforma al nivel de la mente vibrante y juntos se cultivan para alcanzar el nivel de serenidad del Yo”.
Patanjali, también, declara que la perfección en las asanas trace concordia entre el cuerpo, la mente y el alma. Cuando se ejecutan las asanas con la interpenetración de las tres, se desarrolla la benevolencia de la consciencia. Entonces el aspirante deja de ser perturbado por los pares de opuestos y se experimenta el estado de existencia indivisible.
Pranayama.
La Parte Dos está dedicada principalmente al pranayama y sus técnicas. Pranayama significa prana vrtti nirodha o contención de la respiración, que por naturaleza es vacilante. De acuerdo a Svatmarama, “Cuando la respiración deambula lamente está vacilante. Pero cuando la respiración está en calma, la mente también estará quieta” (2:2).
Pranayama desecha las toxinas y rectifica los desbalances de los humores, del viento (vata), la bilis (pitta) y la flema (kapha).
Todos los textos de yoga, incluyendo el de Patanjali, son enfáticos en su punto de vista que uno debe ganar la perfección de las asanas antes de practicar pranayama. Este punto se ignora en la actualidad, y mucha gente piensa que cualquier asana sentada cómoda es suficiente para la práctica de pranayama y que el pranayama se puede practicar con seguridad sin la base de la asana. Svatmarama advierte: “Con la práctica imperfecta de pranayama el yogui invita todo tipo de dolencias” (2:16).
Las asanas, aunque son importantes para la salud y el balance del cuerpo, tienen un propósito más profundo: difumar la consciencia de manera uniforme por todo el cuerpo, para que se eliminen la dualidad entre los sentidos, los nervios, la mente, la inteligencia y la consciencia, y todo el ser esté en armonía. Cuando se limpian los sistemas nervioso, circulatorio, respiratorio, digestivo, endócrino y genito-excretorio por medio de las asanas, el prana se mueve sin ser obstruido hasta las células más remotas y las alimenta con una copiosa provisión de energía. Así rejuvenecido y vitalizado, el cuerpo – el instrumento del Yo – se mueve hacia la menta de la autorrealización.
Prana.
Prana es una fuerza auto-vigorizante. La inspiración del aliento ventila y funde dos elementos opuestos de la naturaleza – fuego y agua – para que se produzca una nueva energía bio-eléctrica, llamada prana. Prana neutraliza las fluctuaciones de la mente y actúa como un trampolín hacia la emancipación.
Pranayama almacena prana en siete cámaras de energía, o chakras, de la espina, para que se pueda descargar cuando sea necesario para enfrentar la agitación de la vida.
Patanjali declara que “el dominio de pranayama quita el velo que cubre la luz de la inteligencia y augura el amanecer de la sabiduría”.
Svatmarama explica los diferentes tipos de pranayama y sus efectos, pero advierte que así como un domador de leones, tigres o elefantes estudia sus hábitos y humores y los trata con amabilidad y compasión, y luego les enseña sus trucos lenta y firmemente, el practicante de pranayama debe estudiar la capacidad de sus pulmones y hacer que la mente esté pasiva para poder domar al aliento entrante y saliente. Si el domador de animales no es cuidadoso, el animal lo mutilará. De la misma manera, una práctica equivocada de pranayama minará la energía del practicante.
Continuará
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