miércoles, 16 de marzo de 2011

Ciencia Hindú Yogi de la Respiración 8

por Yogi Ramacharaka

12. SIETE EJERCICIOS YOGHIS MENORES

En este capítulo damos siete ejercicios menores de la respiración yoghi, que sin poseer nombres especiales, cada uno es distinto e independiente de los otros y tiene en vista un propósito diferente. Cada estudiante hallará que algunos de estos ejercicios se adaptan mejor a las necesidades especiales de su caso particular. Aunque los hemos denominado los ejercicios menores, ellos son muy útiles y valiosos; de lo contrario, no aparecerían en este libro. Dan a una un curso condensado de cultura física y desenvolvimiento pulmonar, y podrían ser fácilmente, ampliados y elaborados en un pequeño libro sobre el asunto. Tiene, naturalmente un valor adicional, debido a que la respiración yoghi forma una parte de cada ejercicio.

No hay que dejarlos de lado a causa de que los llamamos menores, porque algunos o varios de estos ejercicios pueden ser justamente los que se necesiten. Hágase la prueba y decida cada uno por sí mismo.

Ejercicio I
1)                De pie, firme y con las manos a los costados.
2)                Inhalar una respiración completa.
3)                Levantar los brazos lentamente, manteniéndolos rígidos hasta que las manos se junten por encima de la cabeza.
4)                Retener la respiración unos pocos segundos, permaneciendo con las manos en la posición anterior.
5)                Hacer descender las manos lentamente a los costados, exhalando despacio al mismo tiempo.
6)                Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio II
1)                De pie, firme y con los brazos extendidos hacia el frente.
2)                Inhalar una respiración completa y retenerla.
3)                Llevar los brazos horizontalmente hacia atrás hasta donde puedan ir, volver a la primera posición, repetir varias veces estos movimientos, reteniendo entre tanto la respiración.
4)                Exhalar vigorosamente por la boca.
5)                Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio III
1)                De pie, firme y con los brazos extendidos hacia el frente.
2)                Inhalar una respiración completa.
3)                Hacer un movimiento circular con los brazos hacia atrás unas cuantas veces, reteniendo mientras tanto la respiración. Se puede variar este movimiento alternando la rotación como las aspas de un molino de viento.
4)                Exhalar vigorosamente por la boca.
5)                Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio IV
1)                Acostado boca abajo con las manos a los costados y las palmas apoyadas en el suelo.
2)                Inhalar una respiración completa y retenerla.
3)                Con el cuerpo rígido, elévese éste por la fuerza de los brazos, hasta que descanse sobre las manos y los dedos de los pies.
4)                Volver a la primera posición. Repetir varias veces el movimiento.
5)                Exhalar vigorosamente por la boca.
6)                Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio V
1)                De pie, firme y con las palmas de las manos apoyadas en la pared.
2)                Inhalar una respiración completa y retenerla.
3)                Aproximar el pecho hasta la pared, descansando el peso del cuerpo sobre las manos.
4)                Retirar el cuerpo hacia atrás, con la fuerza muscular de los brazos solamente, manteniendo el cuerpo rígido.
5)                Exhalar vigorosamente por la boca.
6)                Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio VI
1)                De pie, firme con los brazos en jarras, es decir con las manos apoyadas en la cintura y los codos hacia afuera.
2)                Inhalar una respiración completa y retenerla.
3)                Mantener las piernas y caderas rígidas e inclinar el busto bien hacia adelante, como si se saludara, y al mismo tiempo exhalar lentamente.
4)                Volver al la primera posición y tomar otra respiración completa.
5)                Doblarse hacia atrás, exhalando lentamente.
6)                Volver a la primera posición, tomando una respiración completa.
7)                Inclinar el tronco hacia un lado, exhalando lentamente. Se varía el movimiento inclinándose a la derecha y a la izquierda.
8)                Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio VII
1)                De pie, firme, o sentando, con el busto erguido y recta la columna espinal.
2)                Tomar una respiración completa, pero en vez de hacerlo en una corriente fija y continua, inhalar con intermitencias cortas, rápidas y frecuentes, como si se tomara la fragancia de sales aromáticas o amoníaco y no se quisiera absorber una cantidad excesiva. No exhalar ninguna de estas pequeñas inhalaciones, sino que se agregan las unas a las otras hasta que llenen por completo el espacio pulmonar.
3)                Retenerla durante unos pocos segundos.
4)                Exhalar por las fosas nasales, en una emisión larga y reposada.
5)                Practicar la respiración purificadora.

13 VIBRACIÓN Y RESPIRACIÓN RÍTMICA YOGHI

Todo está en vibración. Desde el átomo más pequeño hasta el mayor de los soles, todo vibra. Nada hay en absoluto reposo en la Naturaleza, y un átomo privado de vibración destruiría el Universo. En incesante vibración es ejecutada la obra universal. La materia es constantemente manipulada por la energía e innumerables formas y variedades sin número resultan, y, sin embargo, ni las formas ni las variedades son permanentes.

Principian a cambiar desde el momento que son creadas; de ellas surgen formas innumerables que as u vez cambian también y dan nacimiento a otras nuevas, y así en continua sucesión infinita. Nada es permanente en el mundo de las formas, y, no obstante, la gran Realidad es inmutable. Las formas no son más que apariencias, van y vienen, pero la Realidad es eterna e invariable.

Los átomos del cuerpo humano están en constante vibración y ocurren en él cambios incesantes. En unos pocos meses hay casi un cambio completo de la materia que compone el cuerpo, y apenas si un átomo de los que ahora forman nuestro cuerpo se encontrará en él dentro de algunos meses. Vibración, constante vibración. Cambio, constante cambio.

En toda vibración hay cierto ritmo. El ritmo compenetra el Universo. El movimiento de los planetas alrededor del Sol; el asenso y descenso del mar; el latido del corazón; el flujo y reflujo de las mareas, todo obedece a leyes rítmicas. Los rayos del Sol llegan hasta nosotros y la lluvia desciende obedeciendo a la misma ley. Todo crecimiento sólo es una manifestación de esta ley. Todo movimiento es una exhibición de la ley del ritmo.

Nuestros cuerpos están sujetos a las leyes rítmicas como lo está el planeta en su revolución alrededor del sol. Gran parte del aspecto esotérico de la ciencia yoghi de la respiración, está basada sobre este conocido principio de la Naturaleza. Utilizando inteligentemente el ritmo del cuerpo, es como el yoghi puede absorber una gran cantidad de prana y producir con ella los resultados que desea. Hablaremos más detenidamente de esto más tarde.

El cuerpo que ocupamos es como un pequeño brazo de mar que penetra en la tierra, y aunque solo aparenta obedecer a leyes propias, realmente está subordinado al flujo y refluyo de las mareas del océano. El gran mar de la vida avanza y retrocede, se eleva y desciende; y nosotros respondemos a su ritmo y vibraciones. En condiciones normales recibimos la vibración y el ritmo del gran océano de la vida y respondemos a su influjo; pero cuando la entrada del brazo de mar está obstruida con despojos, nos vemos privados de recibir los impulsos del Océano Madre y la discordia se manifiesta en nosotros.

Habréis oído de cómo una nota de violín pulsada repetidamente y en ritmo, pondrá en actividad una serie de vibraciones que a su tiempo  destruirán un puente. El mismo resultado se produce cuando un regimiento de soldados cruza un puente, y en tales ocasiones se da siempre la orden de romper el paso para evitar que la vibración produzca una catástrofe. Estas manifestaciones del movimiento rítmico darán una idea del efecto de la respiración rítmica sobre el cuerpo. El sistema entero toma las vibraciones y llega a ponerse en armonía con la voluntad, que produce el movimiento rítmico de los pulmones, y mientras dure tan completa armonía, responderá fácilmente a las órdenes de la voluntad.

Con el cuerpo así en acorde, el yoghi no encuentra dificultad para aumentar la circulación en cualquier parte del cuerpo por una orden de la voluntad,  o dirigir una corriente mayor de la fuerza nerviosa a cualquier parte u órgano para estimularlo y fortalecerlo.

Y de la misma manera, por la respiración rítmica  se pone al unísono y es capaz de absorber una gran cantidad de prana que queda a disposición de su voluntad. Puede emplearla y la emplea como un vehículo para transmitir pensamientos a otros y atraer hacia él todos aquellos cuyos pensamientos están en armonía con la misma vibración. Los fenómenos de la telepatía, transmisión del pensamiento, curación mental, mesmerismo, etc., fenómenos conocidos desde siglos por los yoghis, pero que recién ahora despiertan un interés intenso en el mundo occidental, pueden hacerse mucho más poderosos si la persona emisora del pensamiento lo hace después de haber respirado rítmicamente.

La respiración rítmica aumentará la eficacia de la respiración mental, magnética, etcétera, en algunos cientos por cientos.

En la respiración rítmica lo que principalmente se debe adquirir es la idea mental del ritmo. Para aquellos que conocen algo de música la idea de la medida de los tiempos es familiar; a los demás, el paso rítmico de los soldados: izquierda, derecha, izquierda, derecha; uno, dos, tres, cuatro; uno, dos, tres, cuatro, les dará la idea.

Los Yoghis basan su tiempo rítmico en una unidad correspondiente al latido de su corazón. El latido del corazón varía en las diferentes personas, pero la unidad del latido de cada persona es lo que servirá de modelo rítmico propio a ese individuo particular en su respiración rítmica. Obsérvese cada uno el latido normal del corazón poniendo los dedos sobre el pulso y encones cuente 1, 2, 3, 4, 5, 6; etc.; hasta que el ritmo llegue a quedar bien fijo en la mente. Un poco de práctica fijará el ritmo de modo que se pueda reproducir fácilmente. El principiante inhala generalmente en seis unidades de pulso aproximadamente, pero con la práctica será capaz de aumentar mucho esta cifra.

La regla yoghi par ala respiración rítmica es que las unidades de inhalación y exhalación deben ser las mismas, mientras que las de retención y entre respiraciones deben ser la mitad del número empleado en la inhalación y exhalación.

El siguiente ejercicio de respiración rítmica debería ser dominado completamente, pues él forma la base de muchos otros a los cuales se hará referencias más tarde.

1)                Sentado, con le busto erguido, en una postura cómoda de manera que el pecho, cuello y cabeza estén tan cerca de la línea recta como sea posible, con los hombros echados atrás y las manos descansando cómodamente sobre las rodillas. En esta posición el peso del cuerpo lo soportan en gran parte las costillas y puede mantenerse la posición cómodamente. El yoghi ha observado que no se pueden obtener los mejores efectos de la Respiración Rítmica, cuando se está con el pecho contraído y el abdomen saliente.
2)                Inhalar con lentitud una Respiración Completa, contando seis unidades de pulso.
3)                Retener contando tres unidades de pulso.
4)                Exhalar lentamente por la nariz, contando seis unidades de pulso.
5)                Contar tres pulsaciones entre respiraciones.
6)                Repetirlo varias veces, pero evitando al principio la fatiga.
7)                Antes que se dé por terminado el ejercicio, practíquese la respiración purificadora, que descansará y limpiará los pulmones.

Después de un poco de práctica se podrá aumentar la duración de las inhalaciones y exhalaciones hasta que transcurran quince unidades de pulso. En este aumento hay que recordar que las unidades para retención y entre respiraciones deben ser la mitad de las unidades para la inhalación y exhalación.

No hay que exagerar el esfuerzo para aumentar la duración de la respiración, pero si poner tanta atención, como sea posible para adquirir el ritmo, que es más importante que la extensión de la respiración. Practíquese y ensáyese hasta adquirir el compás del movimiento y sea casi sentido el ritmo de la moción vibratoria a través de todo el cuerpo. Requerirá un poco de práctica y perseverancia, pero la satisfacción que se experimenta por el progreso obtenido hará fácil la tarea. El yoghi es el hombre más paciente y perseverante, y sus grandes conquistas son debidas en gran parte a la posesión de estas cualidades.


Fuente
Ciencia Hindú Yogi de la Respiración   por Yogi Ramacharaka
Manual de Filosofía Oriental de la Respiración el Desarrollo Físico Mental Psíquico y Espiritual
Ó, Copyright Editorial Medina Hermanos, S. A. México. S / a
Digitalizador: @ Regina
L-01 – 25/01/04
www.formarse.com.ar

No hay comentarios: