domingo, 16 de agosto de 2009

Meditación Zen 29

Vacuidad. Cuando se estudia el budismo, se debe hacer una limpieza general de la casa en la mente.

Para la mayoría, todo existe; piensa que todo lo que ve y todo lo que oye existe. Desde ya, el pájaro que vemos y oímos existe, pero lo que quiero decir en de este caso puede no ser exactamente lo mismo que lo que otro quiere decir. La comprensión budista de la vida incluye a la vez la existencia y la no existencia.

Para nosotros la verdadera existencia viene de la vacuidad y vuelve nuevamente al vacuidad. Lo que aparece a partir de la vacuidad es la verdadera existencia.

Se dirá “puedo hacerlo mañana o el año que viene”, en la creencia de que algo que existe hoy existirá mañana... Pero no hay un camino fijo que exista permanentemente. No hay un camino establecido para nosotros. Tenemos que encontrar el propio camino en todo momento.

Cualquier idea o camino establecidos por otra persona por muy perfectos que sean, no son el verdadero camino para nosotros.

Cada uno debe trazarse su verdadero camino y, una vez trazado, él expresará el camino universal. Éste es el misterio. Cuando se comprende cabalmente una cosa, se comprende todo. Cuando se trata de comprender todo se acaba por no comprender nada. Lo mejor es entenderse uno mismo y así se comprende todo.

Reflexionemos: “Paso a paso detengo el sonido del arroyo murmurante”. Cuando se camina por la orilla del arrollo, se oye correr el agua. El sonido es continuo, pero uno debe ser capaz de interrumpirlo si lo desea. Esto es libertad, es renunciación.

En el zazén, si uno trata de mirar un punto fino, se cansa después de cinco minutos aproximadamente. Eso no es concentración. Concentración significa libertad. Por eso el esfuerzo no ha de estar dirigido hacia algo. Uno debe concentrarse en la nada.

Shunryu Suzuki, Mente Zen, mente de principiante.


Todo viene de la nada y regresa a la nada, como la gota de lluvia que nace en el océano y eventualmente regresa a él. Los caminos que sigue la gota son variados, como los caminos que se le presentan al ser humano.

Constantemente tenemos ante nosotros una gran cantidad de posibilidades, una gran cantidad de caminos; que en ese momento surgen a partir de las experiencias pasadas, tanto inmediatas como lejanas. Los caminos que se nos presentan no sería esos si no hubiéramos vivido cada momento como lo hicimos y no de otra manera. No serían los mismos pero serían otros, porque siempre hay un camino que tomar, uno de muchos por el que nos debemos decidir a cada instante. Y dependiendo del camino que escogemos en este instante, con base en esa decisión, aparecen nuevos caminos para decidir en el siguiente instante. Diferentes a los que hubieran aparecido si hubiéramos tomado un decisión diferente en ese instante.

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