viernes, 15 de mayo de 2009

Hatha Kundalini; Raya Los Ocho Pasos del Raja Yoga

El siguiente artículo se publicó originalmente en el blog “Yoga fuente de eterna juventud”. Lo publico aquí ya que es un buen recordatorio de los ocho pasos del yoga.

Hatha Yoga, Meditación y Kundalini Yoga son estilos preliminares al Raya Yoga o de los Ocho Pasos. Todo Yogui deberá aplicarse eficientemente a este propósito enfrentando al dinamismo de la mente, combinando la concentración progresiva con Vairagya, desapego de la mente o desapasionamiento. Raya o Raja Yoga prescribe desde el comienzo retirar los sentidos de su fijeza en los objetos sensoriales, retirar la mente respecto a los sentidos y una retirada de uno mismo respecto de la mente. La aproximación al Raya Yoga debe hacerse integrando teoría y práctica, valiéndonos de él en cuanto hagamos, sirviéndonos de él en el transcurso de nuestra vida diaria, aplicándolo y no tan sólo contentándonos con el conocimiento intelectual abstracto.

LOS OCHO PASOS DEL YOGA: Yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi.

Yama: se refiere al cultivo de los principios de buena conducta tales como la no-violencia (ahimsa), la verdad (satya), el no-robar (asteya), el celibato (brahmacharya) y la no-posesión (apari-graha).

Niyama: se refiere a la observancia de reglas de buena conducta tales como la pureza (saucha), el contento (santosha), la austeridad (tapas), el estudio de los textos sagrados (svadhyaya) y la devoción a Dios (Isvara-pranidhana).

Asana: De las diferentes posturas, ochenta y cuatro son las principales. De éstas, nuevamente, cuatro, a saber, simha, bhadra, padma, y siddha se consideran excelentes. De éstas, también, se considera que sólo siddha es la más excelente. Así lo declaran los textos del yoga.

Pranayama: De acuerdo a las medidas prescritas en los textos sagrados, exhalar el aire vital es rechaka, inhalar es puraka, y retenerlo en el corazón es kumbhaka. En lo que respecta a la «medida», algunos textos dicen que rechaka y puraka deben ser iguales en medida, y kumbhaka dos veces esa medida, mientras que otros textos señalan que si rechaka es la medida de uno, puraka debe ser la medida de dos, y kumbhaka de cuatro. Por «medida» se entiende el tiempo que se tarda en recitar una vez la Gayatrimantra. Así pues, el pranayama, que consiste en rechaka, puraka y kumbhaka debe ser practicado a diario de acuerdo a la propia capacidad, lenta y gradualmente. Entonces surge en la mente un deseo de reposar en la felicidad sin movimiento. Después de esto, uno debe practicar el pratyahara.

Pratyahara: Consiste en regular la mente impidiéndola fluir hacia los nombres y formas externos. La mente, que hasta entonces había estado distraída, ahora deviene controlada. Las ayudas en lo que a esto respecta, son (1) meditación en el pranava, (2) fijar la atención entre las cejas, (3) mirar la punta de la nariz y (4) reflexionar en el nada. La mente que ha devenido concentrada de esta manera, será apta para permanecer en un sólo punto. Después de esto, debe practicarse el dharana.

Dharana: Esto es fijar la mente en un lugar que sea apto para la meditación. Los lugares que son eminentemente aptos para la meditación son el corazón y el Brahma-randhra (abertura en la coronilla de la cabeza). Uno debe pensar que en medio del loto de ocho pétalos que hay en este lugar, brilla como una llama, la Deidad que es el Sí mismo, es decir, el Brahman, y hay que fijar la mente en él. Después de esto, uno debe meditar.

Dhyana: Ésta es la meditación, a través del pensamiento «Yo soy Él», de que uno no es diferente de la naturaleza de la antedicha llama. Si en este momento uno hace la indagación «¿Quién soy yo?», entonces, tal como lo declaran las escrituras, «El Brahman que está por todas partes brilla en el corazón como el Sí mismo, que es el presenciador del intelecto»; uno realiza que es el Sí mismo Divino el que brilla en el corazón como «yo—yo». Este modo de reflexión es la mejor meditación.

Samadhi: Como un resultado de la fruición de la antedicha meditación, la mente se disuelve en el objeto de meditación sin albergar las ideas «Soy fulano de tal; yo estoy haciendo esto y esto». Este estado sutil en que incluso el pensamiento «yo—yo» desaparece, es el samadhi. Si uno practica esto todos los días, procurando que no sobrevenga el sueño profundo, Dios le conferirá a uno pronto el estado supremo de la quiescencia de la mente y habrá trascendido las prácticas de Hatha Yoga, meditación y Kundalini Yoga.

Publicado por Tanumanasi el domingo, enero 11, 2009

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