jueves, 23 de febrero de 2012

Zen y el cerebro 11

ZEN Y EL CEREBRO

JAMES H. AUSTIN, M.D.

Resumen y traducción Alfredo Amescua

14. Zazen en Ryoko-in

…Cuando respires, enfatiza la exhalación. Di la palabra ‘uno’ en silencio al mismo tiempo que exhalas. Inhala todo el universo: déjalo deslizarse hacia fuera otra vez. [En este momento emite una exhalación larga y pareja, sostenida: “U . . . n . . . o”.] Luego deja que tus ojos se hagan poderosos para que penetren profundamente en un punto. Mantén tus ojos en ese punto. ¿Ves aquella hoja en el jardín? Observa esa hoja poderosamente, para que tu visión se dirija directamente a ella. Primero debes aprender a ver las cosas y luego a través de ellas…

…“Tu siguiente paso es concentrarte una frase simple que te ayude a relajarte pero que te mantenga enfocado. Muchas de esas frases nos llegan de la dinastía Han. Por ejemplo: ‘Nubes blancas abrazan la piedra mística’. Si usas cualquier frase como esta, concéntrate sólo en el sentimiento general de ella. Olvida las palabras y no trates de visualizar la escena. Cuando finalmente alcanzas esa etapa de la práctica en la que no hay pensamientos en tu mente, entonces puedes tomar un koan…

…“Siempre recuerda,” concluye, “llevar a cabo tu sesión al resto de tu vida. Al hacer esto, el zazen gradualmente se hace un camino dentro de tu vida. Para los monjes Zen regulares, la vida en práctica se convierte entonces en un libro sin fin, compuesto sólo por tres capítulos. El primero es este estar en el mismo núcleo de nuestra sesión, incluso cuando sales de la postura sentada. El segundo es comunicar este mismo núcleo tanta a otros como a todas las cosas. El tercereo es ayudarle a otras personas a desarrollar su propio núcleo”…

…Poco antes de las 9:00 a.m. se escucha un sonido “Dock, dock, dock”. El líder del grupo, el jikijitsu, está golpeando un madero. Luego se escucha un “¡CRACK!” sólido, salto. Más tarde me entero que se golpean dos bloques de madera. Luego suena una pequeña campana, en tonos precisos, hermosos. Su último sonido se esparce por todo el zendo, penetrando en mi cerebro. Silencio. Ha comenzado la sesión…

…La primera sesión en el zendo es muy difícil. Mi práctica de ayer, en casa, duró sólo unos cuantos minutos. No fue ninguna preparación para estos treinta minutos de jalón. Los primeros diez minutos en el zendo se pueden soportar, el tiempo que sigue es inaguantable, los minutos finales son una tortura. Dolores en las rodillas y los muslos son el problema principal…

…Aprendo mucho de mis compañeros en el grupo Zen, o sangha. La viuda también había sido estudiante en un templo Soto Zen diferente. Le pregunto cuál fue su principal aprendizaje con su roshi anterior. “Dejar ir”, me dice, “Dejar ir todas tus preocupaciones condicionadas, los pensamientos e ideas a los que te aferras”. Estas dos simples palabras me son muy útiles…

…Lentamente, sensaciones de calma y claridad se empiezan a extender sutilmente fuera del zendo, penetrando los asuntos de la vida cotidiana. Se hace más fácil aceptar las cosas desagradables. Incluso cuando estoy irritado, tengo una creciente sensación de quién se está molestando… Ahora, en las bulliciosas calles de Kyoto, empiezo a hacer crecer esta perspectiva. En paralelo, la sensación anterior de ser un yo privado y aislado tiende a disminuir. Pero todo esto viene y va, en su mayoría todavía a nivel intelectual…

15. Atención

…entrenar tanto la atención como el darse cuenta es absolutamente central al Zen. Todos saben qué se siente “poner atención”. Lo que sucede, técnicamente, es que aumentamos la manera como procesamos la información de un sitio predeterminado en el espacio. La atención parece un asunto simple, pero en el interior es toda una serie de fenómenos interrelacionados. Incluyen darse cuenta, una frase derivada de estar pendiente, observando. Darse cuenta implica percepción, una fase puramente sensorial de receptividad. La atención va hacia fuera. Es un darse cuenta llevado hacia algo. Tiene implicaciones ejecutivas, motoras. Atendemos a las cosas…

…La atención se mueve. El proceso de moverse sucede ya sea voluntaria o involuntariamente. Recuerda lo que sucede en una fiesta. Podemos voltear en una dirección, mientras todavía mantenemos la atención en otra parte para escuchar una conversación cercana. Es más, también podemos mover la atención hacia nuestro interior. Nuestros pensamientos pueden abarcar ampliamente un gran campo interior de temas personales. En Kyoto descubrí que todo también es un campo fértil. Mi mente vagaba y esto interfería seriamente con mi zazen…

…Supón que una persona elige dirigir su atención hacia fuera, a una sola cosa dentro del espacio extrapersonal. Luego, antes de que el sujeto pueda cambiar de ese objeto a otro, se llevara mucho tiempo: casi medio segundo, un promedio de 400 milisegundos. En la primera fase del proceso que cambia la atención los dos hemisferios cerebrales parecen ser igualmente simplistas. Sin embargo, cuando ambos generan lo que parece ser un sólo, así llamado, faro de atención, su haz no es estable. Parpadea encendiéndose y apagándose cada vez que cambiamos de un centro a otro. Al cambiar, cerramos una “puerta” de atención en el primer sitio, luego rápidamente la abrimos otra vez al llegar al segundo sitio. Esto es útil. Evita el borroneo que llegaría si resaltáramos cada posibilidad que interviene…

…De manera similar, la percepción se puede “abrir” para abarcar un campo más grande, conforme la atención se distribuye sobre un dominio mayor. O, usando la atención selectiva, nos podemos enfocar en una sola cosa. Allí podemos persistir, sosteniendo nuestro foco de atención fijo en un solo elemento de un campo…

…¿Cómo podemos ahora, como adultos, regresar voluntariamente y reenfocar nuestra atención itinerante, esa facultad que James creía que era tan importante? Sostener la atención requiere un flujo de impulsos firme, dinámico. Mucho de este flujo tónico empieza en el tallo cerebral en nuestra formación reticular ascendente (consultar los capítulos 36 y 37)…

Continuará

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