miércoles, 2 de abril de 2014

Hatha Yoga Pradipika 05




YOGA SWAMI SVATMARAMA









TRADUCCIÓN Y COMENTARIOS DE HANS-ULRICH RIEKER
PROLOGO DE B.K.S. IYENGAR

Traducción al inglés de Elsy Bechrer.

Traducción al español Alfredo Amescua V.


Capítulo 3: Las asanas.


(17b) Se habla primero de las asanas, que son la primera etapa de hatha yoga.  Así que uno debe de practicar las asanas, que dan [al yogui] fuerza, lo mantienen en buena salud y hacen ágiles sus extremidades.

Nuestro interés todavía no está con raja yoga y sus misterios.  Primero nos concentraremos en la fuerza, salud y agilidad del cuerpo.  Mucho de esto será de ayuda directa en raja yoga.

(18)     Ahora procederé a impartir algunas de las asanas que fueron adoptadas por hombres sabios como Vasistha y practicadas por yoguis como Matsyendra.

(19)     Sentarse derecho en un piso plano, aprieta ambos pies entre las pantorrillas y los muslos [de las piernas contrarias].  Esta es svastikasana.


(20)     Coloca el pie derecho junto a la nalga izquierda y el pie izquierdo junto a la nalga derecha.  Esta es gomukhasana y parece como la boca de una vaca.

(21)     Coloca un pie sobre el otro muslo y el otro pie bajo el muslo contrario.  Esta es virasana.

En las últimas tres frases simplemente tenemos variaciones para sentarse con las piernas cruzadas como se ha acostumbrado en India durante miles de años.  Estas asanas por sí mismas no son una práctica; más bien son condiciones fundamentales sobre las que se basa la práctica real.  La siguiente oración es una continuación de las instrucciones del número (20).

(22)     Presiona firmemente el ano con los pies cruzados y siéntate así.  Pero hazlo con cuidado.  Esta es kurmasana.

Aquí podríamos buscar un significado más profundo, ya que la postura realmente no tiene ninguna característica de gimnasia.  Todavía no podemos entender la significancia de la presión en el ano y el énfasis especial en hacerlo con cuidado.  Pero en este punto, desde luego, el estudiante todavía no sabe nada acerca de lo esencial.

(23)     Asumiendo la postura del loto, inserta las manos entre los muslos y las pantorrillas.  Pon las manos firmemente en el suelo y levanta el cuerpo.  Esta es kukutasana.

Todavía no se ha mencionado la postura del loto: se colocan los pies cruzados sobre los muslos contrarios, tan cerca del cuerpo como se pueda.  Empuja las manos a través de esta “red” de piernas y colócalas firmemente en el suelo.

Aquí tenemos lo que claramente parece un ejercicio de gimnasia.  Sin embargo lo que está involucrado es algo bastante diferente.  Mucho más adelante aprenderemos que se necesita un poco de ayuda para “levantar la kundalini”, y esta asana la proporciona.  Puede parecer una asana difícil.  Pero las cosas se complican aún más en lo siguiente:

(24)     Asumiendo la postura kukutasana [mencionada anteriormente], coloca los dos brazos alrededor de tu cuerpo y permanece levantado como una tortuga [con la espalda tocando el suelo].  Esta es uttana kurmasana.

Aquí resulta evidente el carácter gimnástico; de hecho parece tan exageradamente acrobática que nos preguntamos si es menos que gimnasia - ¿o más?  ¿Qué hay detrás de ella?  Kurma asana significa “postura de la tortuga”.  Con un poco de imaginación podemos imaginar que el cuerpo en esta posición como una tortuga.  Pero extrañamente la referencia en esto es algo bastante diferente.

Hasta ahora hemos encontrado la tortuga tres veces.  Primero en el No. (10): “A aquellos que practican yoga, hatha yoga es como la tortuga que sostiene al mundo”.  En segundo lugar (No. (22)) en la asana en la que se presiona el ano se llama “postura de la tortuga” (kurmasana).  Y ahora aquí en el No. (24) tenemos la “tortuga levantada” (uttana kurmasana).  Veamos los textos antiguos.  En el Bhagavat Purana, uno de los textos antiguos más ricos de la mitología y el simbolismo hindúes, encontramos una leyenda que es más que una simple leyenda.  En una batalla contra los demonios, los dioses estaban perdiendo: se habían considerado a sí mismos divinamente superiores a las fuerzas del mundo (las demoníacas), pero estas fuerzas estaban paradas más segura y firmemente en su terreno.  Brahma, a quienes los dioses imploraron su ayuda, ascendió con los amenazados al Señor del Mundo, Vishnu, para pedir su consejo.

“Hagan la paz con los demonios”, los urgió, “y batan con su ayuda el néctar de la inmortalidad.  El divino solo esta tan indefenso como los terrestres solos.  Juntos deben batir el océano de leche hasta que se convierta en el néctar de la inmortalidad.”

Así juntos los acérrimos enemigos tomaron la montaña Mandara, la espina dorsal del universo, le enredaron a su alrededor la serpiente Vasuki en tres y media vueltas y jalando la cabeza (los demonios) y la cola (los dioses) alternativamente, empezaron a batir el océano terrestre de leche.

Pero pronto la montaña se hizo muy pesada para los diligentes y lentamente se hundió más y más bajo.  Entonces Vishnu se transformó en una tortuga, se zambulló al fondo del océano y levantó la montaña para que se pudiera completar el trabajo.

Prácticamente todas las palabras de esta leyenda son la expresión de un profundo simbolismo, mucho del cual se aclarará en el transcurso de nuestro estudio y práctica.  Por ahora consideremos sólo los puntos más importantes.  No sólo en la medicina moderna, sino en la antigua yoga, la columna vertebral es la parte más importante y sutil del cuerpo.  De hecho pronto veremos que la columna vertebral tiene la tarea más importante.

Sobre este “eje del universo [humano]” hacemos presión en kurmasana, así que las fuerzas combinadas de lo divino (subconsciente) y lo terreno (consciente) pueden lograr su tarea.  La mayoría de las asanas involucran a la columna vertebral, como la siguiente:

(25)     Agarrá ambos dedos gordos del pie con las manos [izquierdo con la izquierda, derecho con la derecha], mantén una pierna derecha y jala la otra a la oreja como lo harías con la cuerda de un arco.  Esta es dhnurasana.

La columna vertebral tiene dos extremos: la tierra (abajo]) y el cielo (arriba), como es apropiado para una “montaña sagrada en el centro del mundo”.  Y – como debe de ser – los problemas mundanos se sitúan principalmente en la parte inferior y los más ideales en la superior.  No se puede esperar que comprendamos esto.  Que los problemas mundanos se centren en la mitad inferior del cuerpo sólo lo puede conocer alguien que sepa algo de los chakras.  El yogui desarrolla la comprensión sólo en la tercera etapa.

Nos podemos comparar a nosotros mismos con un árbol que tiene sus raíces en la tierra y la corona con sus frutos en el cielo.  Tal como debemos satisfacer las necesidades de las raíces para proporcionarle alimento a la fruta en la corona, así la mayoría de las asanas están diseñadas para cultivar la raíz de nuestro árbol de vida, la columna vertebral.  Como esta asana:

(26)     Coloca tu pie derecho en la parte exterior de la articulación de la cadera izquierda y el pie izquierdo fuera de la rodilla derecha [que está plana sobre el piso].  Toma el pie izquierdo con la mano derecha [pasando el brazo por el lado izquierdo de la rodilla] y el derecho con la mano izquierda.  Voltea la cabeza totalmente hacia la izquierda.  Esta es matsyendrasana.

En las variaciones más actuales de esta asana, el pie derecho no se agarra con la mano izquierda; en cambio, la mano se coloca en la espalda lo más lejos que sea posible.  Así se ve en nuestra ilustración.  Pequeñas variaciones en las asanas o variaciones ocasionales en los nombres han surgido porque varios maestros desarrollaron las mismas asanas.  Las variaciones ocurren en puntos menores.  Esto se hace bastante evidente con una comparación entre nuestro Hatha Yoga Pradipika con el trabajo más común y muy posterior, la Gheranda Samhita.

(27)     Esta matsyedrasana aumenta el apetito abanicando el fuego gástrico [pitta], y destruye los padecimientos físicos.  Se despierta Kundalini y la luna se hace firme.

Por primera vez el texto menciona Kundalini, una fuerza latente del potencial más alto, que se dice que reposa enredada una y media veces, como la serpiente en el océano de leche agitado, durmiendo en el centro más bajo (Chakra Muladhara) al pie del “árbol de la vida”, la columna vertebral.  Este poder serpentino, Kundalini, no se puede describir completamente, incluso por uno que ha tenido éxito en despertarlo.  Cuando despierta, se dispara a través del cuerpo como un shock eléctrico y, temblando y sorprendida, la persona se da cuenta que ha sucedido un evento poderoso dentro de sí misma.  Esto es sólo el principio.

Todo el cuerpo tiembla.  Parece que se ha abierto una puerta a través de la que fluye un caudal de luz desde algún mundo desconocido, una luz de brillantez incomparable.  Después de mucho tiempo el cuerpo tembloroso se calma, pero el destello de luz que se dispara a través de la columna vertebral a la coronilla de la cabeza es inolvidable.

Sin embargo, este destello de luz no es la Kundalini.  Es simplemente una señal del despertar.  La Kundalini misma no se dispara, sino que más adelante se levantará lentamente, pasando a través de las estaciones (los chakras), cada uno de los cuales crea otra experiencia nueva y poderosa.

Como se menciona anteriormente, la “montaña en el centro del mundo” tiene a la tierra sus pies y el cielo en su pico.  Entre la tierra y el cielo están en sol (el centro del sistema planetario) y la luna.

En el centro del triángulo formado por el ombligo y los dos pezones está el “sol” [plexo solar]; en el extremo superior de la columna vertebral, en la médula oblongata, se asienta la “luna”.  “Sol” y “luna” no son chakras sine auroesféras que quedan directamente bajo la influencia de dos chakras, descansando justo arriba y abajo respectivamente.

A través de esta asana, se “masajea” la esfera de la “luna”, que es tan importante como que aquí encontramos la fuente del fluido de vida (kapha).  Pero también el polo opuesto, el “sol” se ve afectado por este proceso de torcer la columna vertebral.  Y dado que aquí se origina el “fuego de vida” (pitta), surge del trabajo combinado de estos dos pozos-arroyos una influencia estimulante sobre la fisiología del cuerpo.

(28)     Estira ambas piernas y, tomando los dedos de los pies, pon tu cabeza sobre las rodillas.  Esta es paccimasana [pashimottanasana]

(29)     Esta más excelente de todas las asanas causa que la respiración fluya a través del sushmna, ventila el fuego del apetito [pitta], hace las articulaciones

La frase más esencial de esta sloka necesita aclaración.  Sushumna es el nombre del canal del grueso de un cabello que recorre la columna vertebral a lo largo.  Es la ruta de kundalini.  ¿Realmente fluye el aliento a través de este canal?  Parece fisiológicamente imposible.  “Aliento o respiración” en sánscrito es prana; pero lo que nosotros llamamos respiración es sólo una fracción insignificante de lo que los hindúes entienden por prana.  Aliento es más que aire inhalado y exhalado, más que oxígeno y nitrógeno, incluso más de lo que un químico puede analizar.  Aliento es el portador de una fuerza vital especialmente eficaz, de una corriente que nutre al organismo.  Realmente hay poca diferencia entre esta “corriente vital” y una corriente eléctrica.

Suficiente de prana por ahora.  (Habrá mucho más en capítulos posteriores).  Otra vez en esta asana vemos lo que parece ser simplemente un ejercicio físico, pero es uno con un significado y propósito específico.

(30)     Presiona tus manos firmemente en el suelo y balancea tu cuerpo presionando los codos contra tus entrañas.  Levanta las piernas derechas en el aire hasta que tus pies estén al nivel de tu cabeza.  Esta es mayurasana.

(31)     Esta asana cura varias enfermedades del bazo e hidropesía, y elimina toda enfermedad causada por exceso de vata, pitta o kapha.  Digiere la sobreabundancia de comida e incluso destruye el veneno halahala.

La asana parece como nuestro bien conocido ejercicio en las barras paralelas.  Y es gimnasia.  En este punto del entrenamiento el plan es perfeccionar el cuerpo y especialmente entrenar los músculos abdominales tan importantes en la Parte Dos y Tres de este trabajo.

Mientras los dioses y demonios batán diligentemente la leche del océano y el océano empezó a cambiar gradualmente, los demonios probaron el líquido y se doblaron con mucho dolor porque el primer producto era puro veneno (halahala).  Para prevenir más problemas, Shiva se tragó el veneno restante.  Se quedó en su lengua y la volvió azul.

En esta etapa del desarrollo el estudiante no entiende el significado más profundo de la historia y todavía no sabe que es una alegoría romántica de su propio desarrollo.  Le da gusto escuchar que Shiva se bebió el veneno y cree que por lo tanto está fuera de peligro hasta que aprende que el peligro todavía lo amenazará si no sigue cuidadosamente las instrucciones de su gurú.  Y no sabe que el veneno no es un químico sino un veneno espiritual, un peligro psíquico que surge de la práctica equivocada.

Aquí surge nuevamente la pregunta de cómo ésta sola asana puede tener consecuencias de tan largo alcance que hace que el veneno se vuelva inocuo.  Para juzgar necesitamos saber dos cosas: primera, ¿a qué tipo de peligro se refiere?; segunda, ¿qué efectos produce esta asana?

Trataremos este asunto para darle al estudiante occidental una comprensión más profunda, aunque realmente no pertenece aquí.

Como se mencionó anteriormente, toda la mitología India tiene una relación directa con el yoga.  Cuando se menciona el universo (macrocosmos), también se hace una referencia al hombre (microcosmos).  Y bajo “dioses y demonios” debemos entender las fuerzas que se manifiestan en el hombre en los niveles psíquico, mental y físico.

Así el batido del océano es, hablando generalmente, un proceso en yoga.  Este océano de leche simboliza el cerebro.  En el curso del entrenamiento de yoga ocurre una transformación de la consciencia desde la “leche del pensamiento devocional” a través del “veneno del desarrollo imperfecto” al “néctar de la iluminación”.  En el estado de evolución incompleta yace el mayor peligro, Ej., acción prematura que resulta en un juicio erróneo, mal informado.  El estudiante presume que posee ciertos poderes e incluso puede haber visto alguna indicación de éstos, pero todavía no es capaz de reconocerlos y gobernarlos.  Y esto es veneno, especialmente para el desarrollo posterior.  Ahora es imperativo movilizar las fuerzas contrarias.

En mayursana la presión de ambos codos sella los “canales de prana” de los dos nadis y así fuerza una provisión de sangre aumentada a aquellas partes del cerebro que más urgentemente la necesitan.

Parece claro que la sufusión de sangre del cerebro debe tener una influencia en nuestra consciencia, pero la sangre misma es menos importante que la corriente de prana que se imparte a sí misma en la corriente sanguínea.  Es, por así decirlo, una electrificación del cerebro, un cambio de velocidad en el mecanismo psíquico.  Y se comprobado mil veces que una mente clara es el resultado de la práctica de yoga.

(32)     Acostado totalmente sobre la espalda se llama savasana.  Con esta asana se elimina el cansancio causado por otras asanas; también promueve la calma mental.

Qué bueno que la relajación sea parte del esquema.  Y es agradable descubrir que no hay ningún misterio implicado, simplemente acuéstate en el suelo.

Pero esta relajación también es necesaria, como aquello que sigue es más riguroso, tiene mayor profundidad.  Estamos a punto de dar un paso importante hacia raja yoga.

(33-34) Las asanas que enseñó Shiva son 84 en número.  De estas describiré cuatro de las más importantes.  Son siddhasana, padmasana, simhasana y bhadrasana.  De estas siddhasana es la postura mejor y más cómoda.

(35)     Presione un talón en el lugar bajo los órganos sexuales.  [el perineo] y ponga el otro talón justo sobre esta región [cerca del abdomen].  Presione la barbilla contra el pecho, siéntese derecho, con los órganos controlados y fije los ojos entre las cejas.  Esta es siddhasana, con la que se eliminan todos los obstáculos en el camino a la perfección.

Queda claro que hay más en juego en esto que un simple ejercicio de gimnasia, especialmente ya que ya no hay ninguna mención de sanación o extremidades ágiles.

¿Pero qué significan estos detalles inusuales?  Cada talón presiona un cierto punto, el inferior el chakra muladhara, el superior el chakra svadhistana.  El cuello se dobal para presionar el chakra vishuddha en la garganta y los ojos se vuelven hacia el chakra ajna.

El chakra manipura en la región del diafragma y el chakra anahata en la región del corazón parecen ser ignorados.  En realidad es todo lo contrario.  El chakra del corazón tiene una posición única de muchas maneras; en cualquier caso no respondería a ninguna presión física.  En esta posición puede ser influenciado por un proceso meditativo, como veremos más adelante.

El chakra manipura también se maneja de manera inusual, ya que las instrucciones son de naturaleza estática.  Un sloka posterior (41) agregará un elemento dinámico que afectará el chakra manipura, entre otras cosas.

(36)     Coloque el talón derecho sobre el órgano sexual y el talón izquierdo sobre el derecho.  Esto también es siddhasana.

(37)     Algunos llaman a esta siddhasana; otros dicen que es vajrasana o muktasana o guptasana.

¿Por qué? ¿Hay una diferencia de opinión?  No, hay buenas razones.  Esta asana puede servir para diferentes propósitos, y cada nombre indica un énfasis diferente.  Pero no nos queremos perder en los detalles.

(38)     Los siddhas dicen: Sólo entre las yamas lo más importante es no hacerle daño a nadie, y entre las niyamas, moderación, así que siddhasan es la jefa de todas las asanas.

No debemos tomar esto como una característica cualitativa.  Más bien uno debería decir: así como la no violencia es el leitmotiv de todos los otros principios, y la moderación el lineamiento para todas las demás cualidades, así también siddhasana es el fundamento de todos los demás requerimientos para la visión interna del raja yoga (sin hacerlas superfluas, sin embargo).

(39)     De las 84 asanas uno siempre debe practicar siddhasana [sobre todas], purifica los 72 nadis.

Los nadis son las rutas a través de las cuales el cuerpo recibe su provisión de prana.  No debemos pensar en ellos como hebras nerviosas, y sería difícil afirmar si sí o no hay 72,000, tampoco tiene ninguna consecuencia.  Sólo tres nadis son importantes para nosotros: primero, la ruta sushumna mencionada anteriormente al centro de la columna vertebral, y luego los dos nadis principales que corren paralelos a la columna vertebral, ida (izquierda) y pingala (derecha).

Empiezan en las narinas de sus lados respectivos, se enrollan una vez alrededero del chakra ajna como un hilo en un huso y terminan hasta abajo donde el canal principal, el sushumna, termina también, en el chakra muladhara.  Ya que la tarea de los nadis es circular la corriente vital del prana, deben mantenerse limpios, que no es cosa sencilla.  Bajo circunstancias especiales esta asana sirve para ese propósito.  Pero hay otros métodos que se indican bajo otras condiciones.  La segunda parte de este trabajo los utiliza.

(40)     El yogui que medita  en el atman y come moderadamente logra los siddhis del yoga después de haber practicado siddhasana durante 12 años.

La meditación en el atman es una reflexión sobre nuestro propio misterioso yo; es el camino al autoconocimiento.  Dios (Brahman) y atman han sido la gran Unidad desde tiempos inmemoriales: “Yo soy” es el nombre de Dios que Moises escucho y que se proclama como el primer nombre de Dios en la Kabala judía.  Era el mismo en el Egipto antiguo y todavía lo es con los Parsis.  “Yo soy Brahma (bramasmi)”, esta es la meditación incluso de los hindúes que no son yoguis.  Sólo el meditador, que lo puede experimenar, entenderá el atman.  El intelectual ataca el problema con lógica y deducción filosófica que sólo resulta en más complicaciones, pero nunca llevan a una solución.  La meditación atman es misticismo perfecto.  En cuanto a los 12 años, esto es sólo aplicable al aspirante promedio.  Uno de mis gurús alcanzo su meta en 23 días, pero con 16 horas diarias de meditación.  Si hubiera meditado sólo ocho horas tal vez hubiera necesitado dos años, y con cuatro horas no menos de diez.

(41)     Si se perfecciona siddhasana y se restringe la respiración cuidadosamente en kemvala kumbhaka, ¿qué necesidad hay para todas las demás asanas?

Una vez más un nuevo término, kumbhaka.  Este es un asunto simple, kumbhaka es el momento entre la inhalación y la exhalación, o viceversa, cuando se retine la respiración por algún tiempo.

Cualquiera puede observar el desarrollo de prana: después de unas cuantas inhalaciones y exhalaciones profundas y rápidas, concéntrate en las puntas de los dedos.  Lo que sientes entonces es el efecto directo del prana.

Más adelante se hablará de las variedades de kumbhaka, de las que kevala kumbhaka es sólo una.

(42)     Cuando se logra diddhasana, podemos disfrutar del éxtasis del estado meditativo (unmani avastha), la luna y los tres bandas siguen naturalmente sin esfuerzo.

Esta sloka no es para el estudiante sino para el maestro.  Todavía no se conocen los tres bandas, el estado unmani avastha es una tierna esperanza, y cómo puede “seguir” la luna todavía es un misterio.  Ten paciencia; todo se explicará en su momento.

(43)     No hay ninguna asana como siddhasana, ningún kimbhaka como kevala, ningún mudra como khecari y ningún laya iguala nada [andhat nada].

Una sloka que sólo puede subrayar el maestro en este punto, mientras el estudiante añora esperanzado el día en que puede convencer a sí mismo de su eficacia.  Si esto es válido o no sólo lo podremos juzgar al final de este libro.

(44)     Coloca el talón derecho sobre la base del muslo izquierdo y el izquierdo sobre el muslo derecho.  Cruza los brazos detrás de la espalda y sostén los dedos de los pies, los derechos con la mano derecha y los izquierdos con la izquierda.  Presiona la barbilla contra el pecho y mira la punta de la nariz.  Esto se llama padmasana y cura todas las enfermedades[1].

Antes que nada, parece que lo que tenemos aquí sin duda es un ejercicio gimnástico de un valor enorme, pero un que exige un alto grado de habilidad.  La caja torácica de expande y se refuerzan los pulmones y hombros, la columna vertebral se endereza, y los músculos abdominales se estiran: una postura ejemplar desde un punto de vista puramente físico.

A esto se agregan los resultados que se manifiestan inmediatamente cuando meditamos en esta postura.  Antes que nada hay una conciencia completamente nueva del cuerpo; luego la columna vertebral adquiere una nueva forma: se hace derecha, mientras que usualmente tiene una forma ligeramente como S; la “ruta del kundalini” es liberada de sus curvas y así se puede recorrer más fácilmente.  Pero también hay una influencia en los chakras, y por último si bien no menos importante, el “circuito” del prana se recanaliza.  Sin embargo tan contradictorio como parece el valor de esta asana como un ejercicio físico es mayor que su valor meditativo.

La siguiente asan con el mismo nombre es importante en esta conexión, que contiene todos los beneficios que se mencionan como secundarios en la asana anterior.  Las dos combinadas en una práctica sistemática dan los resultados que se desean en esta etapa de la evolución.

(45-47) Coloque sus pies firmemente en los muslos opuestos y coloque sus manos firmemente en medio, una sobre la otra [en su regazo], fije sus ojos en la punta de la nariz y toque la parte trasera de los dientes superiores con la punta de la lengua.  Presione la barbilla contra el pecho y levante el aire [apana vayu] lentamente mientras contrae el músculo del ano.  Esa es padmasana y destruye todas las enfermedades.  [Pero] esto sólo lo pueden lograr unas cuantas personas inteligentes.

Este es el primer pasa para raja yoga.  En la anterior padmasana creamos las condiciones físicas esenciales.  La columna vertebral se enderezó y el “arco de los nadis” se estiró (como lo llamaba mi gurú), así que el verdadero yoga podía empezar ahora.  Pero incluso cuando hemos logrado esta postura es como una olla vacía, por qué lo que es esencial en esto, el prana, sólo se desarrollará en la segunda etapa.

Esta sección presenta una parte de la anatomía que todavía no se menciona, como ciertamente no se menciona a menudo: el músculo del esfínter del ano.  También debemos saber que además del circuito del prana hay otras cuatro corrientes similares que fluyen a través de nuestro cuerpo, una de las cuales, llamada apana, fluye a través de las “regiones inferiores” tal como el prana fluye a través del sistema respiratorio.  Podemos influenciar el prana a través del proceso de la respiración y el apana con el movimiento del músculo del esfínter mencionado anteriormente.  ¿Para qué? Otra vez debemos ver hacia atrás.  Se dijo que el prana debe entrar en el delgado canal de sushumna; pero el prana no se puede mover más abajo del diafragma, mientras que apana encuentra su límite superior abajo del diafragma.

Si podemos juntar estas dos corrientes, un flujo continuo abarca de las narices al final de la columna vertebral, constituyendo así una sola unidad capaz de satisfacer su tarea.

Ahora se ha creado la condición que se utilizará prácticamente en el siguiente paso.

(48)     Habiendo adoptado la postura de padmasana, con las manos una sobre otra y la barbilla presionada firmemente contra el pecho, medita en Brahma, contrayendo frecuentemente el músculo del ano para levantar apana.  De manera similar, contrayendo la garganta, fuerza el prana hacia abajo.  Así con la ayuda de kundalini [que se despierta con este proceso] alcanzamos el Conocimiento más alto.

(49)     Cuando el yogui permanece en padmasana y así retiene la respiración inhalada a través de las puertas de los nadis [narinas] alcanza la liberación.  No hay duda de ello.

Si se ha entendido todo hasta ahora, uno tiene una idea de lo que está en juego.  Sólo un punto no está tan claro como parecería: que el yogui alcanza la liberación.  ¿Liberación de qué?  ¿Cómo es la liberación?

Es liberado aquel que ve este mundo por lo que realmente es, un producto de su propia imaginación.  El no liberado creía que es parte de este mundo tangible; tiene que someterse a las exigencias de las circunstancias y su fortuna o desgracia está aparentemente atada a este mundo tangible.  Sus deseos son por la posesión de cosas o gente.  Sólo vive para la conciencia de lo que le transmiten sus sentidos.  Y más allá del mundo de los sentidos para él sólo existe la obscuridad de fantasías dudosas.  Una fe incierta en un poder superior es casi toda la extensión de su espiritualidad, y más frecuentemente que no incluso esto no es sino un miedo primitivo del castigo que espera de algún lugar que su comprensión atada a la tierra no puede alcanzar.  Su obediencia a leyes divinas se basa en la debilidad y no en el reconocimiento que él mismo es parte de esa ley, una parte de la luz eterna – y de la oscuridad.  Estas “dos almas, ¡alas! In su propio peso, se roxan bajo la ilusión material del cosmos: la materia insensible como maestra con la cual entro al mundo y en cuyo esclavo pronto se convirtió.  Trastabilla sobre la piedra más pequeña, maldice la piedra y con su maldición sólo golpea su propia debilidad.  Su condición es una servidumbre imposible.  Aquel que busca la fuente de su pena en otro lado, que trata de demoler el escollo sin darse cuenta de su propia inconsciencia, siempre es un esclavo.

El liberado conoce y ve todos los problemas dentro de sí mismo.  No es que se haya persuadido a sí mismo de esto por una lógica filosófica.  No, experimenta en la meditación las fuerzas y el contenido de su propia personalidad y puede oponerlas objetivamente a impresiones sensoriales.  Una vez que se da cuenta de su verdadera posición es tan libre de esas impresiones sensoriales como el adulto es libre del apego a los juguetes de su infancia.  Ve esas cosas tan vitales de su mundo como el abuelo ve las muñecas de sus nietas: no que no tenga sentido de ninguna manera, pero capaces de ser idolatradas con el costo del poder interno.  Seguramente, no puede persuadir a la niña “no liberada” de la “inutilidad objetiva” de la muñeca con palabras sabias, pero bajo su guía la niña puede crecer para alcanzar la madurez para que algún día se de cuenta por sí misma de la falta de valor de la muñeca.  Aquí, de manera similar, es inútil tratar de persuadir al ser humano promedio de la inutilidad objetiva de sus juguetes mientras no esté listo para ello.  “No le muestres a los hombres el verdadero valor de su mundo, sino que enséñales a comprenderlo pos sí mismos”.  Tal vez este sea el precepto más apto en todo el yoga.

(50)     Coloca los tobillos en la región de los órganos sexuales [entre el ano y el escroto]: el tobillo derecho a la derecha y el izquierdo a la izquierda.

Esto significa arrodillarse con las rodillas ligeramente separadas, los pies cruzados.

(51)     Coloque las palmas sobre las rodillas con los dedos extendidos hacia fuera y los ojos sobre la punta de la nariz [y respire] con la boca abierta y la mente concentrada.

(52)     Esta es simhasana, considerada de gran valor por los yoguis superiores.  Esta asana facilita las tres bhandhas.

Si el estudiante no sabe algo de los bandhas, esta asana tiene poco significado.  Bandha viene de “atar”.  Hemos visto que hay algo que atar, a saber prana (el circuito superior) y apana (circuito inferior).

Si intentamos esta asana nos damos cuenta que el pecho se expande cuando inhalamos y el abdomen retrocede.  Este es el primer paso de las bandhas.

(53-55) Coloque los tobillos bajo las nalgas, derecho bajo derecha, izquierdo bajo izquierda, en cada lado del perineo.  Presione las plantas de los pies juntas y sosténgalas firmemente con ambas manos.  Esta es bhadrasana y cura todas las enfermedades.  Los siddhas y yoguis la llaman gorakshasana.  El yogui debe practicar esto hasta que ya no sienta más dolor o cansancio.

No se obtiene mucho de raja yoga a través de esta asana.  Sí controla los deseos no deseados.

(56)      Entonces debe limpiar los nadis practicando pranayama, así como los mudras y kumbhakas de varios tipos.

Esto se aprenderá en el siguiente nivel.



[1] “La enseñanza secrea es que debe de haber un espacio de cuatro pulgadas entre la barbilla y el pecho” Sri Nivasa Iyangar. The Hatha Yoga Pradipika of Yoga Swami Svatmarama (traducción don comentario) (Adyar, 1949), p. 22. – Trans.




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