martes, 10 de enero de 2012

Zen y el cerebro 8

ZEN Y EL CEREBRO

JAMES H. AUSTIN, M.D.

Resumen y traducción Alfredo Amescua


10. El espejo Zen: Más allá del narcisismo y la despersonalización

El entendimiento humano es como un espejo irregular, que distorsiona y descolorea
la naturaleza de las cosas mezclando su propia naturaleza en ellas.
Francis Bacon (1561–1626)

Los cisnes salvajes no intentan dejar su reflejo. El agua no tiene la intención
de recibir su mensaje.
Zenrin Kushu

...Conforme el cerebro crea una imagen instantánea de la realidad, directa y claramente, parece actuar como la superficie de un espejo. El Zen usa la analogía del espejo frecuentemente para insinuar que las percepciones de uno se registra de la misma manera que el agua en calma retrata con precisión la luna en el cielo. Nada más entra: ninguna noción egoísta, ninguna interpretación intelectual, ninguna asociación anterior cargada emocionalmente. Así que el espejo reflejante del Zen simboliza la manera natural e inmediata de cómo funciona el cerebro pre-conscientemente…

…La mitología griega nos dio a Narciso. Todavía le rendimos homenaje con cada mirada furtiva a nuestra cara en un espejo. Y sería otra cara reflejada, también dentro de nuestras tradiciones occidentales, la que haría la pregunta retórica, “Espejito, espejito en la pared, ¿quién es la más bella de todas?” La pregunta parece ser la esencia del Narcisismo, la palabra cargada de valores que sugiere que el observador está tanto absorto neuróticamente en su yo como alejado de la sociedad…

…Cierto, la meditación Zen requiere mucha autodisciplina para escapar de las distracciones y hacer tiempo para sentarse. Pero, ¿se dirige todo el proceso Zen a magnificar o adorar al yo? No, para disolver sus ficciones…

…Así que cualquier noción de que el Zen pueda ser narcisista surge de una profunda malinterpretación tanto del Zen como del narcisismo. La práctica de meditación Zen lleva a la persona fuera del narcisismo, no a él. Sea la razón que sea por la que los estudiantes empiezan con el Zen, su camino de ahí en adelante es una experiencia de humildad progresiva…

…Otro término, despersonalización, suena más siniestro. Describe la sensación de que el lado cercano se ha salido de la frontera entre el yo y el otro. En la despersonalización, la experiencia pierde su contenido usual, altamente subjetivo, privado y afectivo… Si el Zen promueve esa despersonalización, ¿no implica esto que el Zen y la despersonalización son ambos patológicos)…

… La gente reacciona de manera diferente cuando sus percepciones de la realidad cambian en cualquier lado de la frontera yo/otro. La mayoría de los normales que preservan su comprensión se pueden ajustar a una alteración en su conjunto de realidades internas o externas. Sin embargo, cuando pacientes deprimidos pierden su sensación cálida de subjetividad personal, sienten que se ha abierto un hueco psíquico profundamente desagradable. En su falta de sensación perciben un distanciamiento preocupante de otras personas y cosas. Es una pérdida importante…

…Afortunadamente, las clases de cambios de fronteras que surgen del contexto de meditación están fundidos benéficamente. Sí, el yo físico implícito anterior no se pierde en la absorción interna. Pero el experimentador es llevado a las connotaciones altamente positivas de un espacio vasto y silencioso, lleno de dicha. Sí, durante un despertar importante, se corta hasta la última raíz y rama subjetiva. Se percibe como estar totalmente emancipado de cualquier vínculo anterior implícito en el Yo-Mi-Mío. Lo que es más, este relámpago de comprensión lleva al experimentador a un contacto sin palabras con el sentido de la Realidad eterna, en toda su perfección inmanente. Así que este evento transmite el descubrimiento de una verdadera Realización, no su pérdida…

…Así que los otros dos viejos términos psicológicos no encajan. Tal vez “impersonalización” y “neorealización” se acerquen más al blanco. Como sea que se expresen, estas dos grandes categorías de estados que encontramos en el Zen, ciertamente no son “desórdenes” en ningún sentido psiquiátrico…

…No es suficiente podar sólo algunas ramas del complejo Yo-Mi-Mío visibles externamente. Los pensamientos simples vuelven a crecer rápidamente. Lo que necesita arrancarse son esas profundas raíces invisibles del deseo y el desprecio. Éstas median nuestros deseos y aversiones más profundos… Entonces se hace aparente que algo muy curioso e importante está sucediendo en el Zen, sus métodos de entrenamiento a largo plazo resultan ser bastante selectivos y estar muy bien balanceados. Lo que se corta son precisamente esas imágenes y vínculos emocionales que tienen sobre tonos de mala adaptación. Por lo tanto, no es una calamidad renunciar a los aspectos contra productivos del Yo-Mi-Mío. El resultado no es menos humano, sino más humanista…

Continuará

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